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Como dos extraños que se reencuentran

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Paul Simon
FABRICE COFFRINI - AFP - AFP

Stranger To Stranger, el nuevo disco de Paul Simon.

Cada uno lidia con la madurez, el paso el tiempo y las preguntas que empiezan a surgir hacia el final de la existencia como puede. Simon lo hace en forma de canciones y discos que no siguen una dirección demasiado lineal o definida. Más bien, los caminos que ha tomado parecen responder a impulsos espontáneos y ocurrencias del momento, que a un espíritu artístico consciente de sí mismo y determinado a seguir un rumbo ya marcado de antemano.

Esto no quiere decir, claro, que Simon no tenga temas recurrentes, tanto en sus ideas musicales como en las reflexiones u observaciones que plasma con magistral mesura y recato en sus letras: las relaciones de amor, el paso del tiempo, la melancolía, la trascendencia espiritual, todo eso forma parte del temario de Simon y se mezcla con cosas más mundanas y cotidianas.

En los últimos años, Simon ha puesto con mayor frecuencia en sus discos reflexiones más graves. El disco anterior, So beautiful or so what, a veces parecía una conversación que Simon tenía con Dios. Acá no es para tanto, porque en otro de esos impulsos Simon parecería más preocupado por el sonido que por lo que dicen sus letras, que aún así encapsulan nociones como lo circular del tiempo y los encuentros entre dos espíritus: "De extraño a extraño / Si nos encontráramos por primera vez / Esta vez / ¿Nos imaginás / Enamorándonos de nuevo? / Palabras y melodías / Así dice la antigua historia / Caen del árbol de verano / Cuando sopla el viento" (De "Stranger To Stranger", la canción que le da título al disco).

El propio Simon ha dicho que este disco tiene un carácter más experimental, una búsqueda de texturas y sonidos que realcen otros aspectos de sus canciones. Puede que nos esté tratando de despistar, claro. Porque Simon siempre tuvo una inclinación exploradora, un carácter musical curioso que lo ha llevado a lugares como Sudáfrica, Brasil, la región andina, el Caribe y muchos otros lugares. No hace demasiado, además, que hizo todo un disco (Surprise, 2006) con Brian Eno, el diseñador de lienzos con sonidos digitales y electrónicos.

En el caso de este disco, sin embargo, parecería haber una voluntad mayor de llevar esas exploraciones a lugares más alejados de los habituales. Recién cuando llega a la quinta canción, la que le da el título al álbum, Simon regresa a esas agridulces y pastorales melodías que son tan características de él. Antes de llegar ahí, Simon explora ritmos y arreglos que suenan casi rebeldes, como si fueran irrespetuosos de la historia de su propio autor. Él, en tanto, canta de manera inusual: va como saltando de acá para allá con su delicada y aún juvenil voz, favoreciendo los contrastes y la espontaneidad algo caótica, antes que la fluidez melódica que tantas satisfacciones le han dado a sus admiradores.

A unos meses de cumplir 75 años, Simon sigue desafiándose a sí mismo, yendo a lugares alejados de los que les resultan familiares para ver qué descubre durante el viaje sobre sí mismo. En esas incursiones, Simon también nos incita a descubrir las alegrías y los sinsabores de nuestras propias vidas.

Paul Simon

Disco: Stanger To Stranger

¿Está en la web? Sí, en Spotify

¿Está bueno? Sí. Es un disco de un artista que no reniega de su vejez y aún así consigue transmitir impulsos y pasiones propias de alguien mucho más joven.

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