“Spinetta Los Amigo” rescata material inédito y valioso.

El sábado pasado, Luis Alberto Spinetta habría cumplido 66 años. El sábado Argentina celebró el Día Nacional del Músico, instaurado en su honor hace dos años. El Flaco murió en 2012 víctima de un cáncer que mantuvo en silencio hasta el tramo final, y dejó un legado inmenso pero también la sensación de que podría haber hecho mucho más.

Para compensar ese sabor amargo en 2015 apareció Spinetta Los Amigo (sic) un álbum póstumo de material inédito que tiene una cosa muy obvia para recriminarle: su brevedad.

Sólo siete temas (y uno por partida doble, en diferentes versiones) hacen este material editado por Sony. Está bien; lo bueno, si breve, dos veces bueno, pero se está hablando de Spinetta. Va a ser bueno.

Con un empaque muy psicodélico y sin una imagen del músico argentino en su presentación, Spinetta Los Amigo prioriza la música y deja que se destaque. "En la memoria de papá", dice la familia Spinetta en los agradecimientos de este álbum, y el producto final refleja esa única y pura intención: la de seguir transmitiendo lo que quedó oculto de su legado.

Las grabaciones de este disco son de 2011, y las hizo Spinetta con sus amigos Rodolfo García y Daniel Ferrón. El baterista y el bajista decidieron mezclar y masterizar este material registrado así, en una reunión justificada por el placer de tocar, sin pretensiones.

El resultado es una belleza. Hay largos pasajes instrumentales de pura experimentación como en la mitad final de "El gaitero" (también en "Apenas floto"); o poesía pura al mejor estilo Spinetta en "Iris".

"Iris", que está también en versión acústica (en la que esconde otro tema, "Río como loco"), es la piedra preciosa del disco. Dedicada a Ana, su hermana, es una canción de amor absoluto, de redención, de despedida ("tal vez en la distancia atroz/ ya no pueda regresar/ Te pido Iris ten piedad de mí").

Spinetta Los Amigo es un breve compendio de canciones delicadas pero llenas de swing, que evidentemente cobraron forma en el estudio.

"Bastante feliz, eh", se oye decir a la voz del Flaco cuando termina "Apenas floto", como si fuera una confesión de su estado pero también una crítica, como si "Apenas floto", una canción de desolación, no debiera estar tan arriba.

Más que la brevedad, no hay nada que achacarle a este último disco de Spinetta y su banda. Pero su familia ya adelantó que del baúl de sus archivos hay mucho por sacar, algo que irán haciendo de a poco, revisando con cuidado y dándole los retoques necesarios.

Hay Spinetta para rato, mientras sus hijos se mantengan determinados a mantener viva su música.

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