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El Cuarteto de Nos presentó "Jueves" entre la payada, las luces y las conquistas de 35 años

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Roberto Musso, con El Cuarteto de Nos, presentó el disco "Jueves" en el Antel Arena. Foto: Marcelo Bonjour

AHÍ ESTUVE

La banda uruguaya presentó su último disco "Jueves", nominado a los Latin Grammy, el sábado pasado en el Antel Arena, ante miles de personas

Roberto Musso va de acá para allá en el escenario, de camisa oscura, con el micrófono en una mano y la otra libre para enfatizar sus gestos y arengar a la masa que, en este caso, ronda las 10.000 personas. En el escenario no hay nadie más y su única compañía es, por casi seis minutos, una computadora, o el dibujo de una (de un viejo monitor, para ser más precisa) que titila a la derecha de la pantalla apaisada que cruza todo el escenario. Con ella, Roberto está teniendo un duelo que representa el momento más esperado de la noche: había que ver de primera mano cómo, El Cuarteto de Nos, iba a llevar al vivo su mayor rareza en mucho tiempo.

El Cuarteto lo hace siguiendo la premisa de que menos es más. Traducir al lenguaje de la banda ese cruce de programaciones y guitarras podría haber implicado meterse en un embrollo imposible, tal vez innecesario, entonces se decidió respetar la lógica del videoclip y dejar que Musso y su rival banquen solos en el escenario. El efecto visual, de un humano diminuto ante una instalación enorme que va mostrando, de forma escrita, lo mismo que va diciendo, hace que ese enfrentamiento entre la inteligencia emocional y artificial tenga todavía mayor efecto en el público.

Ahí, en el Antel Arena, en la presentación de un disco (Jueves) que acaba de recibir una nominación al Grammy Latino gracias al tema “Punta Cana”; ahí, ante el despliegue tan internacional de una banda cada vez más internacional, no deja de ser rarísimo estar siendo parte de una payada del siglo XXI que es aplaudida como una canción pop más. No deja de despertar curiosidad eso de qué le pasará al público fuera de fronteras, a los no uruguayos, cuando escuchan este tema y ven la forma en la que es presentado en vivo. Y un par de cosas más se desprenden de “Contrapunto para humano y computadora”: es de las mejores composiciones que ha hecho Musso en la vida, y un gran riesgo en el historial de una banda que, aunque a veces parezca que no, se ha acostumbrado a arriesgar. Eso siempre está bueno porque en el fondo, el riesgo es lo que le da sentido al arte.

El Cuarteto de Nos presentó el disco "Jueves" en el Antel Arena. Foto: Marcelo Bonjour
El Cuarteto de Nos presentó el disco "Jueves" en el Antel Arena. Foto: Marcelo Bonjour

“Contrapunto...” se lleva la mitad de esta crónica porque es lo extraordinario del recital del sábado. Sin embargo, para Roberto Musso, lo más destacado es el momento en que Santiago Marrero pide a todos que enciendan los celulares e iluminen al escenario, y la banda arranca a tocar “Me amo”. “La postal de lo que pasó recién es lo mejor que nos pasó en todo este tiempo”, dice Roberto al final de la interpretación que incluye una coda distorsionada a lo Sumo. Y la afirmación no es menor si se hace el cálculo de que El Cuarteto lleva tocando ¡35 años! Un disparate.

El resto del show es el despliegue más habitual del Cuarteto, la batería de éxitos a los que una vez más, los fresquitos, los recién salidos de Jueves, ya se integraron con naturalidad pasmosa. “Mario Neta”, con la sorpresiva aparición del puertorriqueño Eduardo Cabra, Visitante (el ex Calle 13), uno de los productores del álbum; “Llegó papá” como el penúltimo tema del set, “Punta Cana” que es la que abre la noche: todas suenan y todas son cantadas como si estuvieran ahí desde siempre.

Suenan respaldadas con unos visuales hechos para la nueva gira, todos bien logrados. Y suenan en voces de un público que va desde los cinco años o menos hasta los 60 o más, reflejo de lo cosechado a lo largo de los años.

El Cuarteto de Nos presentó el disco "Jueves" en el Antel Arena. Foto: Marcelo Bonjour
El Cuarteto de Nos presentó el disco "Jueves" en el Antel Arena. Foto: Marcelo Bonjour

Me detengo un buen rato en dos niñas, rubias, hermanas; se deben llevar un par de años, no más, y los adultos las sostienen sobre las vallas que bordean el campo para que vean mejor. Cantan con firmeza, con interpretación comprometida, la letra de “Mi lista negra”, y entonces voy viendo cómo eso suena y se vibra en todos los que tengo alrededor (mujeres, hombres, madres, padres, niños, adolescentes, de evidentes existencias y procedencias distintas), y me voy preguntando cuántos entienden el cuestionamiento existencial que muchas veces se esconde, en el repertorio del Cuarteto de este milenio, tras rimas y texturas del pop.

El mensaje, sí, pero sobre todo la forma de presentarlo, son los elementos que cimentaron el éxito del Cuarteto de este milenio, y los que hacen que miles terminen bailando al ritmo de “Yendo a la casa de Damián” y elevando una fiesta que tuvo un poco de todo: rareza bien recibida, emoción, sorpresas y disfrute colectivo. Bastante para 35 años.

Formación. A Roberto Musso, Gustavo "Topo" Antuña, Santiago Tavella, Santiago Marrero y Alvin Pintos se sumaron, para el show, Luis Angelero en guitarras y coros en varias canciones, Mauricio Sosa y Fabián Silva en los vientos, y Eduardo Cabra en guitarra para un tema.

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