Sobre el eterno debate sobre las dos etapas de la banda uruguaya.

Otra vez lo mismo: El Cuarteto de Nos pone a sonar su nueva canción y los detractores o exfanáticos descargan su rechazo en las redes sociales. Hasta cuándo, se preguntan en los comentarios del video de "Gaucho Power", Roberto Musso va a estar haciendo estas canciones que hace rato le aseguraron el éxito. Hasta cuándo, pregunto, van a hacer el mismo reclamo que empezó hace ya 10 años, con el disco Raro.

"Yendo a la casa de Damián" fue la primera "herejía", y desde entonces es un loop eterno en el que se habla de un grupo vendido y comercial, que se volvió pop y que sobre todas las cosas, cambió. ¿Y a quién se le ocurre que cambiar está bien? La historia solo empeoró con Bipolar, Porfiado y Habla tu espejo; al mismo tiempo que El Cuarteto cruzaba fronteras, agotaba entradas y ganaba premios.

La salida de "Gaucho Power" removió todo ese ¿resentimiento? que aquellos viejos escuchas (o incansables detractores) de la banda conservan, y se volvió al debate de siempre sobre si aquel Cuarteto era mejor que este.

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Al margen de los gustos (y de que no es necesario perder tanto tiempo diciendo lo terrible que nos parece aquel tema o ese artista), ¿qué se podría esperar del Cuarteto? ¿Cómo recibiríamos hoy como sociedad temas como "El putón del barrio", "Siempre que escucho al Cuarteto" o "Mongo y el oficial"? Y si la cuestión son las letras "menos honestas", ¿nos creeríamos que un cincuentón cante con el corazón que se agarró el pitito con el cierre?

Este debate, en tiempos donde cada uno puede elegir y consumir la música que quiere, es demasiado caprichoso.

BELÉN FOURMENT

ACÁ Y ALLÁBELÉN FOURMENT