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Crónica: Julieta Venegas reafirmó su relación con Uruguay en un show íntimo en el Sodre

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Julieta Venegas en el Auditorio Nacional del Sodre. Foto: Estefanía Leal.

AHÍ ESTUVE

La artista mexicana musicalizó a Idea Vilariño e interpretó un clásico de No Te Va Gustar en un recital cálido que incluyó nuevas versiones de su repertorio; esta noche vuelve al Sodre

"Son muy dulces, ¿se lo han dicho?", comentó Julieta Venegas con una amplia sonrisa luego que el público del Auditorio Nacional del Sodre la acompañara en los coros de "Canta, Canta, Canta". Y ese clásico de José Alfredo Jiménez, que interpretó acompañada de su cuatro celeste, fue una especie de guiño a uno de los momentos más íntimos y optimistas del show unipersonal que ofreció en 2019 por ocho ciudades del interior uruguayo y que luego repetiría en 2020 con una noche memorable en el Antel Arena.

En el tiempo que pasó desde aquellos recitales, la carrera de la mexicana cambió bastante. Grabó el esperado sucesor de Algo Sucede (2015) del que ya se conocen los prometedores adelantos "Mismo amor" y "Caminar sola"—, se animó a reimaginar su propuesta y hasta se metió en la lista de las canciones más escuchadas del mundo en Spotify gracias a "Lo siento BB:/", que grabó con Bad Bunny y Tainy. Eso sí, su relación con Uruguay se mantiene tan estrecha como en aquella etapa prepandémica.

Y en la noche del martes, Venegas lo demostró de la mano de un nuevo abrazo musical al público montevideano. Volvió a presentar su musicalización de "Sola", uno de los poemas más movilizadores de Idea Vilariño; se llevó una ovación gracias a su bellísima versión de "Chau", de No Te Va Gustar; y agradeció en varias ocasiones por el respeto que caracteriza a la audiencia uruguaya. Y, por supuesto, sonrió sin parar entre canción y canción. 

Julieta Venegas en el Auditorio Nacional del Sodre. Foto: Estefanía Leal.
Julieta Venegas en el Auditorio Nacional del Sodre. Foto: Estefanía Leal.

Su recital en el Sodre —que repetirá este miércoles; aún quedan entradas en Tickantel— fue uno de esos en los que la relación entre el artista y el público son tan importantes como las canciones. Venegas desveló la historia detrás de letras como "Amores platónicos", "Ese camino" y "Canciones de amor", lanzó algunas carcajadas mientras ensayaba algunas teorías sobre sus canciones de despecho e invitó a los asistentes a corear los estribillos de éxitos como "Eres para mí", "Andar conmigo" y "Limón y Sal". Fue el show que se necesitaba para brindarle un poco de calor a otra noche nublada y fría de inicios de junio.

Y la puesta escénica fue esencial para generar ese clima. Una amplia pantalla que cambió de color en cada canción —y que resaltó la intención de cada letra— fue el elemento ideal para construir el ambiente cercano. El panorama se completó con la propuesta musical, que fue más expansiva que la de sus shows unipersonales pero sin descuidar el valor de lo minimalista.

Durante su paso por el piano, la guitarra, el acordeón y el cuatro, Venegas reimaginó su repertorio gracias al valioso aporte de la contrabajista Belén López y del baterista Panky Malissia. Los músicos arroparon las reversiones de canciones como "Ilusión", "Lento" y "Original" con una serie de enriquecedores detalles musicales que le brindaron una nueva personalidad a los clásicos de su discografía.

Julieta Venegas en el Auditorio Nacional del Sodre. Foto: Estefanía Leal.
Julieta Venegas en el Auditorio Nacional del Sodre. Foto: Estefanía Leal.

Y si bien el show de Venegas en el Auditorio Nacional del Sodre se basó en la intimidad —cuya propuesta había quedado clara con la preciosa apertura de Papina De Palma, que repasó parte de su repertorio acompañada de su guitarra—, la energía del público fue creciendo a lo largo de la noche. El punto máximo llegó con la seguidilla de los éxitos "Me voy", "Andar conmigo" y "El presente", que tuvo al público coreando los estribillos, algunos tímidos bailes desde los asientos y unos cuantos abrazos y seflies entre parejas.

El final, a cargo de "Limón y Sal", tuvo al público aplaudiendo de pie en una larga ovación de agradecimiento por un nuevo abrazo al público uruguayo. Y, como en la mayor parte de su recital, la mexicana devolvió el gesto con una amplia sonrisa. La relación entre Venegas y Uruguay atraviesa su mejor momento, y lo que se vio el martes en el Sodre lo demuestra.

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