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Crítica: Fiona Apple lanzó su obra maestra y el mejor disco en lo que va de este año

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Fiona Apple. Foto: Difusión

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La cantautora neoyorquina lanzó su primer disco en ocho años, y es una obra maestra. "Fetch the Bolt Cutters" se ganó los elogios de la crítica

Salvaje, honesto y brutal. Si este disco tuviera que ser definido con lo mínimo, esa una apreciación cercana: se podrán decir muchas cosas de lo vocal, lo instrumental, lo lírico, pero ante todo, el flamante Fetch the Bolt Cutters de Fiona Apple es un mapa de emociones, un escaneo completo de la razón y el corazón de un tipo de ser humano. Es la obra maestra de la cantautora y el disco del año.

Estas afirmaciones se vienen repitiendo en la prensa internacional, y hasta se celebra el hecho de que la siempre inconformista revista Pitchfork le haya puesto el primer 10 de la década (el último había sido para My Beautiful Dark Twisted Fantasy, de Kanye West, en 2010). Apple probó su poderío desde su debut Tidal en 1996, y no sacaba disco hacía ocho años.

Fetch the Bolt Cutters es de un salvajismo feroz, en el mejor sentido de la expresión. Es Apple liberando todos sus monstruos internos en un contexto que también está lleno de monstruos. En esa danza fantasmal que transcurre a puro ritmo de tribu, la neoyorquina hace un comentario detallado de todo aquello que de alguna manera la define: el deber ser, el machismo imperante y el necesario feminismo, el amor, la muerte, la salud mental, el otro, el empoderamiento, la rabia.

Es un disco que llevó cinco años y que eligió un sonido “sucio”, para resaltar su cualidad caótica. Es un disco de libertad.

No es un álbum bello: es un álbum incómodo y por ahí pasa lo mejor de Fetch... Fiona Apple podría ser la gran popstar de estos tiempos, pero su instinto y su razón siempre la llevan a otro lado y se lo agradecemos.

De hecho el disco arranca sugiriendo pop bailable de la mano de “I Want You To Love Me”, pero de repente el beat se tranca y le da paso a una melodía ascendente y dramática al piano, sobre la que Apple canta una canción de amor a alguien a quien todavía no conoció.

“Shameika” mantiene el piano en rol protagónico, pero ya más ensamblado con lo rítmico, y el caos empieza a hacerse evidente cuando la cantautora trae una experiencia de la infancia para hablar de aceptación personal. “Estoy enojada, divertida y cálida. Soy un buen hombre en la tormenta, y cuando la caída sea torrencial, recordaré”, entona Apple.

De ahí en más, un pulso primal se apodera de todos: la atmósfera se construye de baterías, elementos de percusión, timbales, campanas, golpes, ladridos de perro y muchas voces. Tan importante como eso son los silencios y los espacios, que terminan de amar esta experiencia caótica de Fetch...

El carácter es tan universal que allí quedan englobadas Patti Smith (en “Relay” o “Newspaper” o “Heavy Ballon”, Apple suena muy Patti), Kate Bush, la superactual Billie Eilish (“Cosmonauts”) y hasta artistas rioplatenses como Alfonsina o Marilina Bertoldi. Todas ellas y más encajan en una búsqueda.

La mala experiencia de una cena (“Pateame todo lo que quieras por debajo de la mesa, no me voy a callar”, grita en “Under the Table”), los influencers, el amor romántico, la sororidad, la depresión, los abusos sexuales (“For Her” es una joya cambiante y con un poderoso coro de mujeres), a todo le canta Apple en este trabajo que merece mucha atención. Hay hasta algo del rap en el peso de estos textos y en cómo elige contarlos en unos momentos.

“Todo lo que escuchaba era el ruido que hacen las personas cuando no saben una mierda, pero no lo sabía entonces”, canta en el tema que da nombre al disco. Y sobre eso gira Fetch the Bolt Cutters: Apple silenció el ruido, se escuchó solo a ella y rompió las cadenas para hacer su mejor obra.

Ficha

Portada de "Fetch the Bolt Cutters" de Fiona Apple
Fiona Apple
DiscoFetch the Bolt Cutters
¿Está online?Sí, en plataformas
¿Está bueno?Es excelente, la obra cumbre de una artista notable

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