Crítica
El recital de la mezzosoprano Evgenia Pirshina mostró un virtuosismo poco visto
La prestigiosa asociación cultural InterArte a la cual le debemos tantos acontecimientos artísticos de elevada jerarquía presentó en el Auditorio Carlos Vaz Ferreira el recital de la mezzosoprano Evgenia Pirshina titulado Alma Rusa.
El poder escuchar una interesante selección de obras de compositores rusos de diferentes épocas y estilos cantados en su lengua original a cargo de una notable intérprete rusa hizo que congregara muchísimo público a este espectáculo.
La selección de las obras y la compaginación del programa demostró el excelente criterio y buen gusto de la cantante.
A través de sus interpretaciones pudimos apreciar a una intérprete de condiciones poco comunes. Es magnífica la calidad de su timbre vocal, cuya belleza se mantiene, con rigurosa homogeneidad, a lo largo de todos los grados de su amplio registro.
Poseedora de una ductilidad muy grande en cuanto a la regulación del volumen sonoro, hizo gala de una impecable técnica, tanto en la emisión como en la respiración, logrando una continuidad perfecta en la dicción.
Además de estas cualidades que diríamos “instrumentales”, Pirshina posee un exquisito sentido musical, revelado a través de las diferentes modalidades estilísticas por ella abordadas y en las cuales se nos mostró como una verdadera artista del canto. Si su actuación como “Maddalena” en la ópera Rigoletto nos cautivó, este recital sirvió para afianzar más nuestra valoración sobre su extraordinario talento.
El virtuosismo estuvo representado por el “Gopak” de Mussorgsky, la gracia natural, fantasía y el detalle pintoresco en las “Dos canciones españolas op.100” de Shostakovich y la dulzura infinita al interpretar una obra folklórica “a capella” como bis en recuerdo de su abuela.
No podemos dejar de destacar que interpretó todo el programa de memoria y de elogiar la pulcritud de afinación al cantar en el bis sin el respaldo del piano. Fue excelente el acompañamiento que brindó la pianista salteña Carla Ferreira Romaniuk (no en vano su ascendencia es ucraniana por línea materna) a lo largo de todo el recital, supo desempeñarse con un exacto sentido de su rol, moviéndose con total soltura y belleza sonora.
En definitiva un recital de cámara inolvidable donde el criterio selectivo de las composiciones unido al talento de estas destacadas intérpretes volvió a hacer resaltar la encomiable labor de la Asociación InterArte por elevar el nivel de la cultura musical de nuestro país.
Programa: obras de Rubinstein, Tchaikovsky, Rimsky -Korsakov, Glinka,
Mussorgsky, Rachmaninov y Shostakovich.