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Coldplay: la historia de cuatro cabezas llenas de sueños llega hoy a cines locales

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Coldplay. Foto: Difusión

Exhibición

A Head Full of Dreams, un documental sobre la banda británica, se verá hoy por única vez en Life Cinemas

Ya vendió más de 100 millones de discos a nivel mundial. Ya ganó Grammys, varios, y otra cantidad de premios. Ya trabajó con el legendario Brian Eno e hizo una canción con Beyoncé, una de las aliadas más codiciadas de la industria pop actual. Ya es una de las bandas más escuchadas en la historia de Spotify, una de las más exitosas de la música británica, una de las que más cantidad de hits ha lanzado en los últimos 20 años. Y ya tiene una gira, A Head Full of Dreams Tour, que es la tercera más taquillera en la historia de las giras mundiales: desbancó del podio a The Wall Live de Roger Waters, para ubicarse por detrás del inalcanzable 360 Tour de U2, y de A Bigger Bang Tour de los Rolling Stones.

Si había algo que a Coldplay, la banda pop rock más grande de la actualidad, le faltaba tachar de su lista de pendientes, era estrenar una película. Y eso sucederá hoy: sólo esta noche, los cines del mundo exhibirán A Head Full of Dreams, el film, y Uruguay está incluido en un plan que es cita obligada para fanáticos, y recomendable para melómanos y prejuiciosos. Porque así como es gigante, Coldplay es una de las bandas más resistidas de su tiempo, por esos motivos incomprensibles por los que a veces los humanos rechazamos cosas: sus letras son demasiado sensibles, sus melodías demasiado lindas, sus shows demasiado coloridos y su líder, Chris Martin, es demasiado simpático. Y como si con eso no alcanzara, se les critica que lo que hacen no es rock, y en el siglo XXI, todavía están los que creen que sólo el rock puede llenar estadios.

"A Head Full of Dreams" es una mirada casi que exclusiva a la intimidad de una banda que, está visto, todavía tiene mucha tela para cortar.

La película tiene más o menos la estructura de muchas películas de bandas o solistas de rock. El tono documental se articula alrededor de una gira, que funciona como hilo conductor para recorrer la historia, los pormenores del vínculo humano, la intimidad del estudio, las peleas y las alegrías. Las canciones son las protagonistas, hay un poco de biopic si el cantante es lo suficientemente carismático (y vaya si Chris Martin lo es), y con esas fórmulas bien aplicadas, se pasará un buen rato en el cine y seguro se derramarán algunas lágrimas.

Sin embargo, A Head Full of Dreams tiene un elemento diferencial clave y es la forma en la que fue construida. Como si fuera Richard Linklater haciendo su Boyhood, momentos de una vida, el director Mat Whitecross arma esta historia desde una perspectiva única: desde adentro de la banda, incluso desde antes del principio. Whitecross conoció a Guy Berryman, Jonny Buckland, Will Champion y Chris Martin en 1996, y Coldplay como tal se formó un año después.

Entonces, los méritos de Whitecross son varios. Por un lado (aunque en eso tiene un poco que ver la suerte), estuvo en el momento justo, en el lugar indicado, y se dejó llevar por la convicción de Martin, un pilar —queda clarísimo tras ver la película— del éxito obtenido. La escena premonitoria registrada en 1998, en la que presenta a cámara a la banda y dice que en cuatro años a él y a sus compinches los van a conocer en todos lados, porque van a ser “masivos, absolutamente enormes”, es uno de los puntos altos de la película. La cabeza llena de sueños del título, obvio, es la suya.

Por otro lado, desde la complicidad que tuvo siempre con el grupo, el director logra retratar lo esencial, lo más íntimo. Su cámara, en muchos casos en movimiento, es un ojo que espía y que para los músicos es imperceptible: frente a él se confiesan, se ríen, juegan como chicos, y también la pasan mal, se pelean, se frustran, se muestran vulnerables. El período de grabación del disco X&Y, que implicó la salida temporal del manager Phil Harvey (otro amigo de la juventud) y las críticas feroces de la prensa especializada, componen uno de los pasajes más dramáticos de la película. El otro gran drama tiene que ver con la separación de Martin y la actriz Gwyneth Paltrow, y con cómo sobrellevaron la tristeza.

Esa construcción tan humanizada es lo más rico de un documental que conmueve tanto como inspira. En el fondo, hay algo de fantasía de Disney: cuatro amigos de la universidad quieren hacer una banda, empiezan a tocar y a hacer canciones, se dejan llevar por el impulso de una fuerza creativa contenida en una bonita cara rubia, y de repente llega un contrato discográfico, una reseña en un medio especializado (“un párrafo puede cambiarte la vida entera”, dice Martin) y una canción, “Yellow”, que da la vuelta al mundo en un abrir y cerrar de ojos. Y 20 años después, esos cuatro amigos siguen siendo, además de las cuatro patas de un suceso, lo mismo de siempre: amigos.

“La mentalidad de pandilla definitivamente sigue ahí, sólo que ahora es un poco más grande”, dice Will Champion. "A Head Full of Dreams" le da la razón.

Pero además del relato, Whitecross acierta en el planteo visual. El contraste entre el colorido estridente de los conciertos y el blanco y negro de las instancias de estudio, el uso de una estética pop para la presentación de ciertas imágenes (un filtro tipo caleidoscopio sobre fotos de archivo, por ejemplo), y la forma en que las canciones dialogan entre su registro original, casi casero, y la versión en vivo coreada por una multitud, son detalles que contribuyen a que este no sea otra-película-de-estadio.

Su alianza con la obra y la historia de Coldplay hacen de A Head Full of Dreams una buena película, cargada de risa y de drama y sobre todo, de buenas canciones, de abundancia de hits.

Durante esta gira de Coldplay, el periodista Steve Baltin escribió para Forbes que “te puede no gustar Coldplay, estás en tu derecho. Pero burlarte de una banda que trabaja tan duro y se preocupa tanto por sus fans, dice mucho más de tu cinismo que de su talento”.

"A Head Full of Dreams" va directo en esa línea: no siempre pasa, pero ese lema de “persevera y triunfarás” a veces se cumple. Y si es haciendo canciones lindas con amigos, tal vez no se puede pedir nada más.

FICHA

Una película, una sola noche y varios cines

Solo una noche, en cines de todo el mundo: ese es el formato que muchas bandas y artistas han elegido para mostrar en el último tiempo sus películas, en general mezcla de conciertos con formato documental. Coldplay no es la excepción a eso y esta noche llega a los cines A Head Full of Dreams, un título que celebra los 20 años de uno de los grupos más populares de la actualidad, a partir de su última gira internacional.

La película gira en torno a la última gira mundial de la banda (que llevó el mismo título que el disco, que es el mismo que el del film), que fue cerrada bajo lluvia en Buenos Aires. Alrededor de esa serie de presentaciones, se va contando la historia del grupo, de la mano del director Mat Whitecross, quien conoce a los músicos desde antes que formaran Coldplay, y los fue registrando a lo largo de estos 20 años. Su material es único y de primera mano.

La exhibición de A Head Full of Dreams es hoy, y en Uruguay se puede ver en Life Cinemas, en las salas Alfabeta, 21 y las de los shoppings Costa Urbana y Punta del Este. Las funciones son a las 20.00, y las entradas se pueden comprar online en el sitio de Life, a 320 pesos.

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