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Una bomba de luces, música y sensualidad

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Así arrancó el show de Ricky Martin, que cambió de ropa una y otra vez. Foto: G. Pérez
Recital de Ricky Martin, cantante portorriqueño, Velodromo Municipal, ND 20160314 foto Gerardo Perez
Archivo El Pais

Pocas veces vi a tanto público tan emocionado, entusiasmado, divertido y hasta feliz en un recital, como el lunes en el de Ricky Martin. En las pocas palabras que dijo el puertorriqueño (justas, más bien), en algún momento dijo que esperaba que todos se fueran del Velódromo afónicos y transpirados, e hizo su mayor esfuerzo para lograrlo. Y lo logró, claro.

Es cierto que apenas hace un mes que los Rolling Stones pasaron por Montevideo y que su espectáculo no tiene punto de comparación con ningún otro. Pero el que se vio a comienzos de esta semana va a estar en el resumen de lo mejor del año, sin dudas.

Ricky Martin la rompió. Es un poco informal la expresión, sí, pero es la más descriptiva de lo que fue ese paso por Uruguay. Con su equipo de trabajo (en el escenario son nueve músicos, además de él, y un notable cuerpo de baile) dio un espectáculo de primerísimo nivel, comprimido en menos de dos horas de energía arrolladora.

Apenas pasadas las 21.00 y con el Velódromo ya repleto, los músicos y bailarines salieron a escena para recibir al cantante de pop latino más popular del momento. "Adrenalina", la canción que grabó con Wisin y Jennifer Lopez, abrió el recital y fue un impulso que llevó a la multitud directamente al baile.

Una multitud que, como era esperable, estaba compuesta en general por mujeres eufóricas, que además de cantar prácticamente todas las canciones a viva voz, también se encargaron de resaltar, en voz baja o con los gritos más potentes, la belleza de la estrella de la noche.

Y es que la cara bonita de Ricky Martin tiene mucho peso en el show. Es un tipo tremendamente seductor, tanto cuando canta una balada amorosa como cuando despliega su mejor baile o cuando trata de dirigirse a su público, pero entre tanto griterío se le hace difícil y termina solo sonriendo.

Pero también es mucho más que una cara bonita. El boricua tiene una gran voz que, aunque se sintió agitada en el último bloque de baile (como para no agitarse), se lució a lo largo de la noche. A la vez es un buen bailarín, que acompaña coreografías inteligentes en las que el esfuerzo es de su séquito, pero el lucimiento es todo suyo.

El recital tuvo un arranque bien pop con temas de la última década, como "This is good", "Drop it on me" o "Shake your bon-bon". El setlist, a pesar de lo que puedan sugerir esos nombres, fue casi todo en español, aunque eligió cantar en inglés dos temas que hubieran sido mucho más efectivos si todos los hubieran podido entonar.

Uno fue "Livin la vida loca", que aun así fue un tremendo momento de la noche: Ricky Martin apareció parado en el capó de un auto, un recurso de esos que pocas veces se ven en los circuitos de shows montevideanos.

En realidad, el nivel de este show no es algo tan común de ver por aquí. El escenario, altísimo, cuenta con cuatro estructuras de pantallas LED en las que constantemente se proyectan visuales, pero que además ofician de bases ocasionales para los artistas.

El cantante, algunos músicos y los bailarines se treparon para hacer parte del concierto desde allí, en una suerte de segundo piso.

El trabajo de luces, muy distinto en cada segmento del show (sutil en el bloque de baladas, llamativo en el tramo final) terminó de darle un marco perfecto al espectáculo. Con todo eso, lo recientemente hecho por Maná en el Centenario pareció pequeño.

Y otro fue "La copa de la vida", canción de despedida antes de que el público clamara por "La mordidita", y el cantante saliera a cumplir. Cantado en español, el tema del Mundial de Francia 1998 hubiese sido explosivo.

Pero fue apenas un mínimo detalle en medio de una atronadora sucesión de hits, que reservó para el medio los clásicos románticos de Ricky Martin, desde "Disparo al corazón" o "A medio vivir" hasta "Vuelve", que despojada de instrumentación y en una versión más bien acústica fue un momento redondo.

En lo suyo, el boricua es el mejor, y se lo hizo saber a un concurrido Velódromo que quedó extasiado.

Ricky Martin [*****]

Setlist: “Adrenalina”, “This is good”, “Drop it on me”, “Shake your Bon-Bon”, “Tal vez”, “Livin’ la vida loca”, “Déjate llevar”, “Asignatura pendiente”, “Disparo al corazón”, “A medio vivir”, “El amor de mi vida”, “Fuego contra fuego”, “Tu recuerdo”, “Y todo queda en nada”, “Fuego de noche, nieve de día”, “Vuelve”, “Adiós”, “Lola, Lola”, “María”, “La bomba”, “Por arriba, por abajo”, “Pégate”, “La copa de la vida”, “La mordidita”.
Dirección musical: David Cabrera. Dónde: Velódromo. Cuándo: 14 y 15 de marzo.

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Así arrancó el show de Ricky Martin, que cambió de ropa una y otra vez. Foto: G. Pérez

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