El músico Chris Cain toca mañana en la Sala Camacuá.

En Argentina se habla de fenómeno: es la sexta vez que Chris Cain visita el país y en cada ocasión ha convocado más público y despertado más fanatismo. Y es, tanto para el músico estadounidense como para el circuito del blues, todo un acontecimiento que se justifica con una carrera interesante construida por este hombre de Memphis, cuyo nombre ha estado asociado sobre todo al de Albert King, referencia de la música negra. En Uruguay no se ha dado ese fervor bonaerense pero sí un entusiasmo que hace que Cain vuelva a tocar en Montevideo. Se presentará mañana en la Sala Camacuá junto a la banda del guitarrista local Juan Pablo Chapital, Chapital Grooving The Blues. Es a las 21:00 y quedan entradas en Tickantel a 700 pesos.

Desde Buenos Aires, Cain cuenta vía mail que en este concierto estarán sus temas clásicos mezclados con otros clásicos del blues, y con composiciones de sus ídolos, Albert King y B.B. King. "Pero también tendremos varias sorpresas. Van a tener que venir para saberlas", dice este guitarrista y cantante que, transitando por el blues, el jazz y también por el góspel, le dio forma a un estilo propio que ha sido elogiado por sus colegas y que le ha permitido desarrollar una carrera prolífica, aunque de perfil bajo.

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—En esta gira, se está vinculando con músicos de cada lugar. ¿Qué le aporta a usted ese intercambio?

—Me parece muy positivo e interesante, porque la música es compartir y siempre surgen experiencias de aprendizaje tanto para mí como para los músicos con los que toco.

—¿Cree que hay nuevas generaciones nutriendo al género, o que la época de las grandes figuras quedó atrás?

—Si bien hay nuevas figuras del genero de excelente nivel, creo que los verdaderos maestros están partiendo todos y el recambio no es de la misma importancia artística. El tiempo dirá si surgen talentos con el peso de los maestros que ya partieron.

—Ha compartido escenario con grandes figuras de la música, que para el público siempre es un dato interesante. ¿Cuál es su gran recuerdo?

—Siempre recordaré cuando toqué por primera vez con Albert King. Tuve la oportunidad de abrir ese show y fue muy especial, estaba presente toda mi familia. Cuando comencé a tocar, Albert King se sentó al costado del escenario con su pipa y hacía gestos de asentimiento, le gustaba cómo estaba tocando, y luego me invitó a subir con él y su banda al final de su show. Esa noche fue inolvidable para mí.

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