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Para que bailen los que quieran

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Música tropical. Foto: Difusión

Una escena alternativa de la música tropical está creciendo en escenarios montevideanos.

Se habla de Márama y Rombai como algo incorporado a la terminología uruguaya, pero la realidad es que su fama creció exponencialmente por las redes y los medios, sin que las bandas tengan demasiada actividad en el país. El 12 de noviembre tienen pactado otra presentación en el Velódromo, pero casi no aparecen en boliches ya que más que nada trabajan en Argentina y América del Sur. Por lo tanto, otras bandas de cumbia cheta o pop han aparecido para ocupar su espacio en el circuito de boliches que, tanto en la capital como en el interior, sigue teniendo a la plena nacional como ritmo de cabecera.

Pero en los últimos años se ha ido gestando una escena paralela de música tropical que goza ahora de buena salud. Ahí conviven desde la pura cumbia colombiana tocada por músicos de acá, a la cumbia villera reformulada, a la cumbia digital con influencias del dub y algunos otros cruces llamativos.

Todos los integrantes de esa escena tienen en común la intención de rescatar un grupo de ritmos que cuando llegaron a Uruguay se fueron deformando, hasta convertirse en lo que se conoce como cumbia uruguaya que es algo que, aunque tenga enormes momentos de popularidad como sucedió con Karibe con K o Chocolate en su tiempo, ha estado siempre en un lugar al que la sociedad ha mirado de reojo. Y tienen otra particularidad: que vienen de lugares diferentes. La Imbailable, por ejemplo, nació como un proyecto de la Escuela Universitaria de Música. Sonidero Mandinga, que organiza fiestas de balcumbia, es parte de la banda de hip hop Latejapride*. La voz de Cumbia Club es la actriz y excantante de La Tabaré Lucía Trentini. Pantrar en calor nació del carnaval. Y ayer una nueva edición de Club Subtropical se hizo en Pulpo Rojo, donde suelen tocar bandas de rock y cantautores. Es, teniendo en cuenta también al público, una suerte de cumbia cool que cualquiera puede ir a bailar.

Y todo indica que hacía falta, porque está creciendo mucho.

Movida.

La Imbailable es una orquesta integrada por 10 músicos y tiene cuatro años. Nació, cuenta su saxofonista Lucía Berná, a partir de un trabajo planteado en la Escuela Universitaria de Música de la que algunos eran alumnos. "Ellos encuentran, investigando la cumbia colombiana, una riqueza instrumental. Ya en la década de 1920 esa cumbia se fusionaba con el jazz, con otros ritmos más bailables y se hacen muy buenos arreglos. Explorando esto, que para la mayoría era bastante desconocido, surgió la idea de resurgirlo", señala. La otra inquietud fue recuperar la instancia de baile con banda en vivo, la esencia.

Lo mismo dice Santiago "Chino" Tarallo, que viene de La Imbailable y ahora es parte de Cumbia Club, otra banda numerosa que decidió explorar también en la cumbia boliviana, peruana y argentina, más que nada la cumbia villera. "Y sentíamos la necesidad de la falta de fiestas de cumbias, que vemos bastante a Argentina (ver recuadro)", dice previo a la Fiesta Clandestina del próximo 21 de octubre, en la que la banda compartirá cartel con los argentinos de la Delio Valdez (hay entradas en venta en Abitab).

Y lo mismo dice Néctar, uno de los DJs que forma parte de Club Subtropical (un club bailable itinerante gestado por Nandy Cabrera, que ayer tuvo edición en Pulpo Rojo). "Nos interesa generar una cultura del baile porque la gente libera el cuerpo, y eso es fundamental para un despertar de la consciencia. No es un discurso, pero la idea es que la gente se libere a través del baile", dice.

La idea del rescate también está presente en Sonidero Mandinga (Diego Marrero), quien suele pasar música en las Fiestas Clandestinas de Sala del Museo y que este 14 de octubre hará otra Fiesta Balcumbia —música de los Balcanes con cumbia colombiana, hip hop y más— en Solitario Juan. "Partí del reggae y el dub como DJ y fui integrando sonidos tropicales o subtropicales. Lo que me gusta es la mezcla que se da, que no importa que haya alguien de Carrasco, alguien de Cordón y un cuidacoches. Que se dé esa alquimia".

Piden pista.

"Todo el tema cultural con las bandas no ha devenido en algo mejor y necesitamos espacios donde podamos hacer ruido", dice Berná. "Pero todo esto tiene que ver con una sociedad que vuelve a buscar a la banda para bailar, hay como un auge se podría decir, pero faltan espacios. Es un reto constante", lamenta respecto a la falta de escenarios aptos para este tipo de fiestas, un problema que evidentemente trasciende estilos musicales. El Club Subtropical también ha enfrentado problemas de locaciones y con la Intendencia.

"La música tropical en Uruguay siempre movió gente", dice Tarallo de Cumbia Club, "pero el auge ahora está viniendo de un lugar más cool y eso es lo raro". En ese sentido Berná agrega: "hay un público que en alguna charla diría: yo no escucho cumbia, pero sí voy a ver a La Imbailable en vivo".

Néctar destaca, además, el carácter integrador del Club Subtropical que de alguna manera se extiende a toda esta movida que convoca a un nuevo público heterogéneo. Eso habla bien de estas fiestas: que no hay ningún tipo de prejuicio, podés ser un cheto o un rocho y te vas a divertir igual".

UNA TENDENCIA QUE EMPEZÓ AL OTRO LADO DEL RÍO.

Miss Bolivia y una movida que es más fuerte en Argentina.

"La cumbia es un baile, eso es algo que no queda claro ya desde la definición. Es un baile que se manifiesta con distintos ritmos, y dentro de la cumbia hay distintos estilos, incluso en Colombia", aclara Berná antes de empezar a hablar de esta movida subtropical.

"Acá están los típicos bailes de banda de plena uruguaya y después saltamos a sótanos, donde no existe la idea de una banda de cumbia tocando", señala Tarallo, y en ese sentido se va de inmediato para Argentina, donde la movida de esta cumbia es mucho más fuerte y convocante. Sonidero Mandinga resalta que acá las fiestas subtropicales todavía son de nicho, aunque reconoce que va creciendo la movida.

"En Argentina hay un montón de fiestas y tienen una cultura de cumbia impresionante. Llama la atención la cultura que tienen, vas a fiestas de cumbia y no es que te pasan los hits de Gilda y Rodrigo: te pasan cumbias mexicanas instrumentales que realmente tenés que recorrer para llegar a eso. Son fiestas de 1.000 tipos, y los 1.000 tipos bailan y cantan todo", explica.

Cumbia hasta el lunes o La Delio Valdez (la que viene a la Fiesta Clandestina del 21 de octubre) son algunas de esas bandas argentinas que están en plena popularidad, mientras que en Chile aparece Chico Trujillo. Pero si hay que hablar de la cumbia digital y de la atención que se le está prestando, todos apuntan rápidamente a Miss Bolivia, la de "Tomate el palo" y tantos otros éxitos que son de cumbia de protesta, por ponerle un título que sea claro.

Miss Bolivia estuvo este año en una Fiesta Clandestina junto con Latejapride* (que en Cazadores de gigantes incluyó una cumbia digital) y Sonidero Mandinga, y las entradas se agotaron. "Al llegar a ser mainstream, llevó el sonido de la cumbia digital a un lugar más arriba", destaca Sonidero Mandinga, que la suele incluir en sus fiestas.

Gracias a la visibilidad y al alcance que tuvo la música de esta argentina, esta otra variante de la cumbia ha ido ganando público y está repercutiendo en Uruguay, donde cada vez hay más nuevos proyectos.

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Música tropical. Foto: Difusión

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