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"Aún siento que sigo aprendiendo"

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Alejandro Lerner. Foto: Difusión
Nora Lezano

El músico editó un nuevo disco, Auténtico,y charló con El País sobre su regreso a la actividad.

A casi una década de su último disco de canciones inéditas, Alejandro Lerner vuelve al ruedo con un álbum titulado Auténtico (Sony). Son 12 nuevas canciones de un tipo que arrancó hace más de 30 años en el rock argentino, pero se fue corriendo hacia un lugar que él se construyó para sí mismo y que es bastante particular.

El estilo de Lerner no es —estrictamente— melódico internacional, rock o pop, sino una mélange de todo eso, con algunos condimentos como el jazz más accesible y el rock de frecuencia modulada estadounidense, como el de Christopher Cross o Michael McDonald.

Parte del "estilo Lerner", además, incluye un actitud de desprejuicio y colaboración que lo llevó a estar en muchísimos lugares junto a figuras que van desde Pappo a Santana, pasando por prácticamente todo el rock y la música popular argentina, y parte de la latinoamericana.

La lista de encuentros musicales de Lerner, tanto para discos como para conciertos, asombra por su alcance y varidad. Posiblemente por eso, y por el predicamento que han tenido varias de sus canciones como "Todo a pulmón" o "Volver a empezar", es que Lerner, además de brillar con luz propia, también ha sido una suerte de comodín para muchos acontecimientos, como el Concierto del Milenio en 2000, junto a Mercedes Sosa.

Ahora, Lerner se prepara para salir a promocionar otro disco, que como de costumbre está lleno de colaboradores de alto nivel. Desde el casi argentino guitarrista de Sting, Dominic Miller, al percusionista Luis Conte y, curiosamente, la banda argentina de metal Carajo en pleno. O no es tan curioso a la luz de la historia de Lerner, que sin la melena y con más canas sigue sacando melodías amables para las masas, tanto rioplatenses como latinoamericanas.

En charla con El País, Lerner repasa algunas de las cosas que hizo durante los años en los que estuvo fuera del estudio, y aventura que volverá a presentarse en vivo en Uruguay, donde no canta desde hace más de cinco años. "No tengo fechas todavía, pero estoy seguro que Uruguay será parte de este viaje".

—¿En qué contexto nació Auténtico, este nuevo disco?

—En el contexto que estuve alejado de la música, desencantado con la industria. Pero no dejé de hacer cosas. Hice una gira a dos pianos con Armando Manzanero, por ejemplo, que fue muy exitosa. Tocamos en varios países, e hicimos un concierto en el Luna Park, que tengo grabado y filmado. Fui padre dos veces… Hice muchas cosas, que tuvieron más que ver con mis deseos y con mis necesidades creativas. Me puse a estudiar mucho jazz, también. Tomé clases con Gary Burton, clases de improvisación.

—¿Estudiando? Es raro, porque uno desde afuera puede pensar que luego de más de 30 años de trayectoria, y tantos logros, no quedarían muchas ganas de sentarse a hacer esa laboriosa tarea de incorporar nuevos conocimientos.

—(Se ríe). Yo siempre fui un enamorado de la música de Bill Evans y de Piazzolla. Y cuando uno se mete en esos universos musicales se da cuenta que es como aprender a hablar un idioma nuevo. Cuando era jovencito, tenía dos opciones: o empezaba mi carrera de intérprete de rock, o me iba a Boston a estudiar música, orquestación, improvisación, música en general. Decidí empezar en una banda. Y así nació Alejandro Lerner y La Magia. Y después de muchos años, tuve un espacio de tiempo donde pude satisfacer esa necesidad que tuve de joven.

¿Y cómo llegó a Gary Burton?

—Había ido a visitar la universidad de Berklee cuando estuve de gira con Santana por Estados Unidos. Cuando tocamos en Boston, fui hasta ahí a ver cómo era eso. Y cuando vi la oportunidad de poder hacer uno de los cursos —porque la universidad me mandó información con la oferta curricular— la tomé. Fue un curso de tres meses, a través de videos. Y una vez por semana, teníamos, por videoconferencia, un encuentro con él. Todos nos conectábamos a través de las cámaras y él desde su casa, respondía preguntas y nos mandaba ejercicios para que hiciéramos. Y luego nos corregía, nos calificaba. Esos tres meses pude volver a ser alguien que quiere seguir aprendiendo. Acá en Argentina tomé clases también, con Guillermo Romero, que es especialista en la música de Bill Evans. Cuando me estuve preparando para grabar el nuevo disco, me metí también a estudiar ingeniería de sonido.

—En Auténtico, la banda base es Carajo, un trío de metal. No es algo que uno espere encontrar en un disco de Lerner. ¿Cómo se dio el diálogo musical entre el pianista y los metaleros?

—Es que cuando sos buen músico no tenés esos parámetros de si sos metalero o funky. Ahí es juntarse a tocar y respetar al otro. Respetarlo por el nivel en el que está, que puede tocar con cualquiera. Los Carajo un día me llamaron y me dijeron que querían que fuera a tocar con ellos el órgano Hammond, que es uno de mis instrumentos favoritos. Y lo mismo me pasó con Pappo o los Ratones Paranoicos o Richard Coleman. Me gusta salir del ambiente en el cual estoy siempre, donde yo soy el director, donde se toca mi música. A veces necesito que me saquen de ese universo y que me inviten a tocar otras cosas, ¿no? A mí me pareció extraordinario el lenguaje que ellos le pudieron aportar a mi disco. Y así vinieron también Dominic Miller y otros. Eso es lo que hace que el disco sea auténtico.

—¿Qué desafíos quedan? ¿Ganar un Grammy?

—Me gustaría. Tengo siete nominaciones. Pero ese tipo de reconocimientos no son los más importantes ahora. Haber formado una familia es lo que me genera las prioridades. Pero en cuanto a mi carrera, siento que siempre estoy formándome, en un proceso de desarrollo. Me gustaría alguna vez hacer conciertos como los que ha hecho Keith Jarrett: un repertorio de temas muy populares, pero con una improvisación de piano sin límites, donde yo me pueda expresar como pianista. Crecer, cumplir ilusiones creativas… Eso es lo principal en esta etapa de mi vida.

—Ha colaborado con mucha gente, tanto en Argentina como en otros países. ¿Quién le quedó en el tintero?

—Es cierto, estuve con mucha gente. Pude conocer a Stevie Wonder, uno de mis referentes. Pude tocar con Santana. Pude conocer a la Negra Sosa, a Piazzolla, con quien pude charlar. He tenido grandes momentos mágicos en mi vida. Con Rada somos amigos, hicimos cosas juntos. Toqué con él en el Colón, algo impensado antes para un músico de rock. Por supuesto, si algún día le puedo dar un abrazo a Paul McCartney y agradecerle por la música, eso sería genial. Porque para mí Los Beatles están allá arriba, lejos de todos los demás.

Los inicios en el rock argentino de la época

"Mis pares son gente de mi generación. Yo empecé cuando León Gieco y Charly García ya habían empezado su carrera, y terminé tocando con ellos, con Porchetto… Me siento un músico popular, con la suerte de que algo de mi repertorio, a lo largo de los años, siguió generando una relación, un encariñamiento con algunas de mis canciones. Empecé a tocar cuando el rock argentino era absolutamente ecléctico, difícil de definir. Tenía gente como Litto Nebbia, que podía usar ritmos folclóricos. Ese era el rock argentino, que tenía una variedad y un desprejuicio en donde todos teníamos influencias de todos y a nadie le molestaba. Y por otro lado no era un rock comercial, no había tanta interferencia de las compañías discográficas y los canales de televisión. Era un movimiento creativo y alternativo".

Una figura mediática con opiniones políticas

—Hace poco, participó en Bailando por un sueño, pero abandonó enseguida. ¿Por qué?

—Porque era mucha presión para mí. Me subió la presión arterial. El día antes había hecho el lanzamiento de prensa de mi disco, que es prioridad absoluta para mí. El Bailando iba a ser en otra fecha, pero se me juntó todo, y me subió la presión. Todo bien, lo hice. Bailé y traté de ser simpático. A la gente pareció gustarle. Pero no sentí que era un universo como para que yo esté mucho tiempo. Un divertimento, y tenía una función social. El comedor me vino a buscar para que los ayudara, porque yo conocía a su fundadora, que ya falleció. Y doné lo que me pagaron, con lo que se pudo comprar electrodomésticos para el comedor. Y fui a tocar allí.

—En el programa de Mirtha Legrand, fue muy crítico con el gobierno de Cristina Fernández. ¿Qué opinión tiene de la actual situación política argentina?

—No soy partidista, siempre fui cuestionador. Compuse "Indulto" cuando se dio el indulto a los militares durante el gobierno de Menem. Ahora, creo que la gente que podemos tener paciencia (porque tenemos agua caliente y calefacción), podemos esperar para poder hacer una definición. No todos los que votaron a Macri son macristas. Ahora el gobierno tiene que demostrar que tiene la capacidad para revertir una situación que fue mucho más calamitosa de lo que ellos pensaban. Por ahí, eso sí es criticable. Que fueron inocentes de más y no vieron que la situación era peor de lo que se habían imaginado.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Alejandro Lerner. Foto: Difusión

ALEJANDRO LERNER

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