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Agarrate Catalina: "No estaremos en el Carnaval 2016"

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Yamandú Cordozo

Ayer, en La Plata, los hermanos Cardozo culminaron una gira que los mantuvo durante un mes en la Argentina presentando Malandra el quinto disco solista de Tabaré que contó con el apoyo de la formación coral de Agarrate Catalina.

Pero esta vez fue sin los atavíos de murguista, “desnudos”, “vestidos con ese verdadero disfraz que es el de gente”. Antesala de lujo del estreno de Un día de Julio el espectáculo que quedó en el tintero de Agarrate Catalina el pasado Carnaval, que en Uruguay se veráantes de que finalice julio y en Buenos Aires ya propone una fecha en el Teatro Gran Rex para el 1° de octubre.

La conversación con El País en un bar de Palermo se produce antes la última presentación sold out de Malandra en Buenos Aires, el jueves 28. El esfuerzo vocal de la seguidilla de shows en diferentes localidades y el frío provocaron que Tabaré, quien debe cantar unas 25 canciones por presentación, se quede a resguardo y el que responda sea Yamandú. La gira fue de 14 presentaciones incluyendo presentación todos los jueves de mayo en el porteño ND Ateneo.

Además de Tabaré, que en la gira remplaza a la media docena de invitados del disco, en este espectáculo, también está el menor de los Cardozo, Martín, cuyas colaboraciones para con sus hermanos son continuas y que en este caso hizo la dirección coral de la Catalina. “La Catalina nos junta a los tres de una manera muy particular porque nos ha expuesto a una convivencia muy intensa que nos hace conocernos de una manera que es muy difícil de lograr si no”, dice Yamandú. “La Catalina nos redefine como hermanos-amigos que trabajan juntos y laburamos mucho desde la confianza en el otro, por el gusto de lo que hace el otro. Hay una relación basada en la admiración y en la honestidad, yo soy mejor cuando trabajo con ellos”.

—Se cumplieron 10 años desde que ganaron por primera vez el concurso. En julio estrenan el espectáculo que les quedó tras la eliminación del Carnaval 2015. Pasaron unos meses, ¿la ven como un mal trago?

—Sí, pero es un mal trago que sirvió. El último carnaval en el que participamos (en 2012) fue bastante hostil para nosotros, duro de transitar, disfrutamos mucho de un espectáculo que tuvimos que brindar para parar tanta pedrada. No hablo desde el concurso solamente: el Carnaval en sí mismo estaba cada vez menos contento de que la Catalina le participara y le dejara de participar y de que fuera y viniera cuando quisiera y con el éxito de la Catalina fuera y dentro del Carnaval. Yo sentía eso.

—¿Pero igual volvieron a intentarlo?

—Sí como el comportamiento del adicto, y por lo maravilloso que ofrece toda la fiesta decidimos volver con amor, trabajo e ilusión. Es una fiesta maravillosa pero que, a mi entender, tiene un concurso en el medio que está tomando toda la fiesta y que eso es un perro que se empezó mordiendo la cola y ahora se está mordiendo la nuca. Tuvimos tres años de estar fuera y pensamos que capaz ya se le había pasado la bronca al carnaval con nosotros. Y no. Nos pegamos un portazo en la cara que nos dolió mucho pero también nos mostró que aunque nos había sentado de culo en el ring, se rompieron las últimas cadenas artísticas que teníamos y esto lo terminamos de comprobar con el espectáculo que vamos a estrenar, que ahora tiene el beneficio de no ceñirse al marco regulador del concurso.

—O sea es un espectáculo más libre.

—Venimos de terminarlo de escribir y vimos que ese marco era estrangulante más que regulador para nosotros. Y que hasta ahora todo lo que habíamos hecho con la Catalina había sido adaptarlo para nuestro barrio y, no vamos a dejar de hacer eso, pero ahora el barrio se nos amplió. Un día de julio es un espectáculo mucho más libre del que íbamos a presentar en el Carnaval.

—¿No hay Carnaval 2016 entonces?

—No. En 2016 no porque estrenamos a fines de julio y queremos girar con este espectáculo. A mi me pasa que la prohibición de participar en el Carnaval, la etiqueta de "No digno para participar en el Carnaval" no me definió ni me volcó nada. Pero sigo pensando que me hace muy mal una cosa que amo y que me hacía muy bien. No sé qué va a pasar. No sé si en algún momento se me caerán o no todas las convicciones.

—Es un final abierto entonces…

—Sí, final abierto.

—En Argentina gusta mucho la murga uruguaya y Agarrate Catalina tiene mucho éxito, al punto de que participaron de los festejos del 25 de mayo. ¿A qué creés que se debe eso?

—El público argentino es maravilloso y tenemos mucha suerte de que eso nos pase. Y no sé por qué pasa, pero las murgas que vinieron antes y metieron a 30 personas en una combi para llevarlas hasta Ushuaia allanaron el camino. La siembra más dura, la tierra más árida, la sufrieron y la gozaron esos colonos, esos adelantados. Nosotros tenemos el beneficio generacional de eso, el beneficio tecnológico de la velocidad en compartir lo que hacemos y el beneficio coyuntural de ser parte de un inédito funcionamiento real del puente artístico cultural entre Uruguay y Argentina: las bandas uruguayas vienen tocan y explotan acá y las bandas de rock argentino utilizan nuestro sonido murguero más tradicional para vestir sus canciones. Hay poco que explicar.

—¿Y cómo analizan su éxito?

—Es medio un misterio, capaz quizás se deba a que nuestros espectáculos tienen una universalidad o una manera de incluir a otros públicos que llega más, capaz que estuvimos paraditos justo donde no iba a caer el piano y justo nos salvamos; o capaz tiene que ver con la vocación desesperada que tiene esta murga de que hacer llegar el mensaje de que se produzca el evento comunicacional. Se animaron mis compañeros de traducir una murga al chino o al coreano, de juntarse con el traductor para que el viera las metáforas, se preocupan, están en eso y sufren si no pasa. Entonces eso, quizás, es un mérito de esta compañía.

—¿Cómo ve la relación entre el rol del artista y la política?

—No sé si mi respuesta funcionará para otros artistas, pero las murgas han operado, consciente o inconscientemente, políticamente por ejemplo contra la dictadura y han operado política y partidariamente para que la izquierda llegara al gobierno. Yo siempre sentí que en la Catalina teníamos que evitar de cualquier manera volvernos el brazo artístico de nada. Ni del Pepe (Mujica) al que admiro en su dimensión humana mucho más que en su rol circunstancial, ni del Frente Amplio, ni de la izquierda, ni de nada. Ahora, el que quiera leer que a nosotros nos va bien, que tenemos cosas facilitadas porque el Pepe Mújica nos regala 600 millones de dólares por mes y se quiere contar ese cuento, el cuento le va a cerrar aunque no sea así.

—Y por lo visto está cansado de explicarlo o negarlo.

—No gasto más energía en negárselo y al que pregunta y consulta desde el real querer saber sobre eso siempre respondo lo mismo: que lo único que tenemos y que nos queda es nuestra brutal honestidad. No escribimos nada que no queremos escribir; no cantamos ni una coma de algo que no nos atraviese el alma y que no pensemos que es necesarísimo para nosotros que lo compartamos. Entonces si justo coincide con la visión del mundo de un tipo y bueno… Nosotros cada vez estamos más concentrados en hacer eso, en ser felices cantando como colectivo cosas que nos atraviesan la vida, como las cosquillas que nos hacen felices, como analizar nuestras tristezas y nostalgias que son cosas que nos comprometen, eso ya es un éxito.

Tabaré: "Siempre hemos tenido absoluta libertad"

Declarado como "rock mestizo", en Malandra Tabaré Cardozo muestra que, aún como solista, le es imposible dejar de lado el ánimo de creación comunitario.

—Malandra presenta un ritmo mestizo. ¿Además del rock que es lo que se distingue a simple escucha cuál es el aporte a nivel personal que te generó su creación?

—La participación de los invitados fue fundamental para que el disco sea lo que es. Engalanaron el laburo y cada uno hizo un aporte invalorable. Con respecto al trabajo con la Catalina, es algo que tengo ya muy incorporado en mi ser y es completamente natural. Lo siento como una parte de mí.

—¿Cree que a nivel de los consumidores y de la industria discográfica se ha generado un mercado con productos en torno al discurso de una crítica social que es, por así llamarla, "políticamente correcta"?

—Por suerte nosotros nunca hemos tenido presiones de la discográfica, con respecto a la temática de las canciones que cantamos. Siempre hemos podido decir con total y absoluta libertad, lo que se nos ocurre. La problemática social es una de las preocupaciones que nos afectan como personas y como artistas y encima del escenario tratamos de plasmar lo que nos pasa abajo.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Yamandú Cordozo

Desde Argentina, Yamandú Cardozo habla del momento de la murgaVICTORIA MOLNAR

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