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Una mirada al racismo entre sátira y reflexión

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Logan Browning interpreta a Samantha White. Foto: Difusión

La serie Dear White People ya está disponible en Netflix.

Si bien en 1964 el entonces presidente de EE.UU., Lyndon Johnson, aprobó la ley de Derechos Civiles que prohibía la discriminación racial, hechos recientes hacen pensar que no ha cambiado mucho. Así lo refleja la nueva serie de Netflix Dear White People, cuya primera temporada ya está disponible.

La serie continúa la película del mismo título que Justin Simien escribió y dirigió en 2014. Ahora la historia es contada en 10 capítulos de media hora, que se centra en un grupo de estudiantes negros en la Universidad de Winchester. Una institución privada (y mayoritariamente blanca) que si bien tiene un decano afroamericano, el racismo y la falta de castigos a sus perpetradores se convierten en el tema que empieza a afectar la vida en el campus.

Es en ese momento cuando entra en escena Samantha White (Logan Browning), una joven negra estudiante de comunicación, de ojos verdes y mirada filosa, que conduce un programa radial llamado, justamente, "Dear White People" ("Querida gente blanca").

Allí ella expone las injusticias sociales, el activismo de la boca para afuera y la corrección política a la que se enfrentan ella y sus amigos a diario en esa institución educativa. Como cuando un profesor pregunta qué estudiante quiere dirigir un trabajo sobre la esclavitud, y todos los ojos se posan en Samantha. O como cuando los editores (blancos) de la revista satírica de la universidad crean la fiesta Dear White People (en respuesta al programa de radio), donde los participantes tienen que ir disfrazados como afroamericanos.

Así, a través de la sátira y el humor, la serie presenta al racismo como un tema importante que en pleno siglo XXI se mantiene vivo. Como describió la revista Variety: "Esta es una serie para audiencias blancas y negras (y de cualquier otro color imaginable)".

Si bien la serie se centra en la fiesta de disfraces y sus consecuencias, cada episodio presenta los hechos desde la mirada de un estudiante distinto.

Samantha, un estudiante de periodismo con la primicia de la fiesta, el perfecto hijo del decano, su novia, un joven poeta, o el novio de Samantha, todos tienen una mirada tan similar como diferente del racismo en esa institución y en su vida.

Narrada como un entramado de historias que se van cruzando para llegar al clímax final, la serie tiene un cambio en el episodio cinco (dirigido por Barry Jenkins, ganador del Oscar por Luz de luna), el único donde la sátira deja lugar a la crítica directa, cuando un policía apunta con su arma a un estudiante en una pelea, por ser afroamericano.

Justin Simien, creador de la serie, adelantó a la revista Entertainment Weekly que habrá una segunda temporada y que "la era Trump ha inspirado mucho para lo que me gustaría discutir en la segunda temporada".

Así, Dear White People hace del racismo y su impacto, su hilo narrativo y su eje temático. El resultado es una serie ingeniosa, graciosa por momentos y reflexiva siempre sobre un tema que debería haber quedado sepultado hace ya medio siglo.

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Logan Browning interpreta a Samantha White. Foto: Difusión

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