Columna farandulera

Una reflexión sobre los tatuajes de los famosos

Cómo los extrañe mis queridos en estos días de ausencia. Por suerte pude volver a escribir, aunque esta vez no les traigo una primicia de las famosas, ni peleas ni reconcilianciones, simplemente una reflexión.
Como muchos, el domingo pasado miré el programa de Susana Giménez y, además de morirme de risa conWanda Nara, lo que me llamó poderosamente la atención fueron los abundantes tatuajes de Icardi.
Me encanta el chico, ya lo he dicho, pero me resulta extraño que se haya tatuado prácticamente todo el cuerpo a su corta edad. Es que no le queda espacio para tatuarse algo si llega a ganar un torneo super importante en el futuro, tiene otro crío con Wanda, o simplemente se le antoja hacerlo.

Eso me ha resultado interesante desde hace un tiempo, e Icardi no es el único que se rindió a esa moda. Lo mismo le pasa a Tinelli que ya se tatuó las “mangas”, David Beckham y muchos famosos más, que han querido dejar sus logros, recuerdos y demás, en su piel.
Por eso me llamó la atención lo que hizo Valeria Aquino, la antigua novia de El Polaco que decidió cambiarse el tatuaje que tenía el nombre de su ex. Ahora en ese lugar aparece una enorme flor, algo desproporcionado para su pequeño bracito, aunque con los gustos no me meto.
Los tatuajes siempre me van a llamar la atención. Será porque soy un poco miedosa y jamás me animaría a hacerme un tatuaje (a esta edad tampoco quiero hacerme la canchera), y sin dudas, elegir el motivo, ya me cansaría. Aunque aplaudo a quienes se han dejado seducir por esa moda.
Eso sí, no se olviden que después no hay marcha atrás y si cambian de opinión, como Aquino, la única opción es hacerse algo más grande, que tal vez ni querían hacerse. Aunque el saber que tenés algo en tu piel que no querés ver más, bien vale el esfuerzo y lo poco estético que pueda ser el resultado final.