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Ida Vitale, un ícono de la generación del 45

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Ida Vitale recibe el título de Doctor el Honoris Causa de la Udelar junto al físico Rodolfo Gambini. Foto: archivo El País.

PREMIO CERVANTES

Fue colaboradora de El País, y Marcha; también escribió en Posdata. El año pasado volvió a radicarse en Uruguay.

Ida Vitale, la flamante ganadora del Premio Cervantes 2018, es una de las voces más agudas de la generación del 45, de la que salieron otros grandes escritores uruguayos como Carlos Maggi, Manuel Flores Mora, María inés Silva Vila, Carlos Real de Azúa, Mario Benedetti e Idea Vilariño.

Vitale nació el 2 de noviembre de 1923 en Montevideo, En 1946 ingresó a la Facultad de Humanidades y junto a otros estudiantes  fundó la revista Clinamen, de cuyo consejo de redacción formó parte y en cuyas páginas publicó poemas y reseñas de libros.

Tuvo como maestro a José Bergamín y entabló una importante relación de amistad intelectual con el Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez (autor de Platero y yo), de paso por Montevideo en 1948.

La poetisa es traductora de prosa, teatro y poesía, del francés, inglés, italiano y portugués.

Colaboradora de El País, Marcha, Entregas de La Licorne y otras publicaciones, con una beca del gobierno francés viajó a París en 1955 y 1956. A su regreso, se desempeñó como profesora de Literatura en Enseñanza Secundaria.

Entre 1962 y 1964 dirigió la página literaria de Época y estuvo vinculada a la revista Maldoror desde su fundación, en 1967. Radicada en México en 1974, desarrolló una intensa actividad docente y literaria, dictó conferencias, participó en seminarios, integró jurados, escribió para diarios y revistas especializadas, tradujo libros para Fondo de Cultura Económica.

Vitale (segunda desde la izquierda) junto a Angel Rama, Manuel Flores Mora, Amanda Berenguer y Jose Bergamin. Foto: archivo El País.
Vitale (segunda desde la izquierda) junto a Angel Rama, Manuel Flores Mora, Amanda Berenguer y Jose Bergamin. Foto: archivo El País.

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En México, integró el círculo de Octavio Paz y escribió con frecuencia en la revista Vuelta como más tarde en Letras libres. Colaboradora del semanario Jaque, retornó a Montevideo en 1985, con el regreso de la democracia.

Desde 1990 pasó a residir en Austin (Texas, Estados Unidos), con estadías frecuentes en Uruguay y México; también ha vuelto a Europa en varias oportunidades. Fue columnista en la revista Posdata entre 1993 y 1994.

En 2017 regresó a Montevideo, donde está radicada desde entonces.

Obra

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Ida Vitale es autora de una poesía de lenguaje preciso, tenso, grave, y a un tiempo lúdico, equilibrada, melancólica, cargada de ironías y sutilezas y, sobre todo, concentrada en los fulgores de la inteligencia.

Creadora de La luz de esta memoria (1949) y Palabra dada (1953), Cada uno en su noche (1960), Oidor andante (1972), Jardín de Sílice (1980), Entresaca (1984), Serie del sinsonte (1992), Paz por dos (con Enrique Fierro, 1994), Jardines imaginarios (1996), Varia empresa (1998), Procura de lo imposible (1998), Reducción del infinito (2002), Trema (2005), Reason Enough (edición bilingüe de 2007), Fracción quinta (2009) y Mella y criba (2010).

Bajo el título Fieles se publicaron dos antologías de su obra, en 1976 y 1982. La producción poética hasta 1984 fue reunida en Sueños de la constancia (1988). Obra poética I (1992) incluyó sus libros hasta 1980.

En prosa dio a conocer los curiosos, atractivos e inclasificables Léxico de afinidades (1994), Donde vuela el camaleón (1996), De plantas y animales: acercamientos literarios (2003) y El ABC de Byobu (2004).

También escribió el cuento para niños Un invierno equivocado (1999). En 2009 le fue otorgado el IX premio internacional Octavio Paz de poesía y ensayo.

En 2015, con 91 años de edad, le fue conferido el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el más famoso en su género. En el mismo año y en México, la distinguieron con el Premio Alfonso Reyes.

Ahora suma el Premio Cervantes 2018 a su lista de galardones.

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