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Un corazón sano también puede triunfar

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Su disco consagratorio demuestra que no hay nada más rentable que un corazón roto.

La británica volvió a la cima con “25”, un disco que en días batió todos los récords.

Pocas cosas inspiran más y mejor a un artista que una crisis existencial, emocional o amorosa, o una mezcla explosiva de las tres. El alma sensible se cura revolcándose en su miseria y compartiendo su dolor con el mundo exterior, que a la vez usa esa misma obra para arrastrarse hasta sanar.

El disco consagratorio de Adele, 21, apareció para demostrar que no hay nada más rentable que un corazón roto, hecho pedazos. Con 11 canciones desgarradoras que hablan de un amor no correspondido, de la tristeza y la soledad, del vacío, la cantante británica recaudó millones y se consolidó como una de las grandes artistas de la década que empezaba.

Era 2011 y a esta mujer salida de una foto antigua, de rasgos delicados y aspecto de señora a pesar de tener en ese momento 23 años, un exnovio le había roto el corazón. De ese dolor tan profundo salieron himnos como "Someone like you" y "Rolling in the deep". De ese dolor salió la fama de Adele.

En 2008 Reino Unido ya le había prestado atención y la había convertido en un fenómeno de ventas. Su buena ópera prima 19 (tiene un fetiche con la edad aunque prometió cortar con eso) la había puesto a sonar en todos lados, pero no le había dado trascendencia mundial.

Esa trascendencia llegó con 21, y si será irónica la vida: Adele, una muchachita, se convirtió en una estrella con el cielo como límite gracias a una angustia profunda.

¿Qué hubiera pasado si aquel novio no la hubiera dejado? ¿Cuántas veces se hará esa pregunta?

21 fue un impresionante éxito de ventas, tanto que la cantante se empezó a cuestionar qué iba a pasar cuando no tuviera un desamor al que cantarle. Entonces hizo una pausa en la que se operó de las cuerdas vocales, construyó una familia (en 2012 tuvo un hijo con Simon Konecki) y adelgazó 68 kilos. Ah, también ganó un Oscar, pequeño detalle que se estaba escapando: fue por el tema central de Skyfall, película de James Bond.

Hoy Adele es otra, por fuera y quizás también hasta por dentro. Hasta su voz es otra. "Mi disco anterior fue de separación, y si tuviera que calificar este, diría que es un disco de reconciliación. Una reconciliación conmigo misma", escribió en una carta abierta que usó para anunciar su vuelta al mercado con 25, tercer trabajo discográfico de su carrera que se puso en venta el 20 de noviembre.

Y, al parecer, la reconciliación también es rentable. El flamante álbum logró meterse en el selecto club de los que vendieron un millón de copias en solo una semana, y se convirtió en el disco más vendido en Estados Unidos en ese período de tiempo, desbancando al No strings attached de la boy band *NSYNC.

Y ni que hablar del éxito de su single "Hello", un tema bien Adele que pone la voz en primer plano, y que tiene tanta intensidad que hace que el aliento se corte antes del estribillo.

Sin embargo, el fuerte de 25 está no sólo en la típica intensidad de esta artista, sino en ese puñado de canciones que son menos Adele, que han aparecido también en sus trabajos anteriores pero no se han convertido en hits.

Es posible que en este caso pase lo mismo, que la brillante y bailable "Send my love (to your new lover)" no sea un suceso, aunque bien lo vale. Seguramente tenga más posibilidades "When we were young", la colaboración que hizo con el joven Tobias Jesso Jr., en la que un piano muy delicado acompaña sus juegos vocales, siempre tan imponentes.

25 no es un disco perfecto, tampoco uno más; no tiene ningún "Rolling in the deep" pero tiene "River lea", un pop de raíz negra con algunos ribetes gospel estupendos.

No es 21, evidentemente, pero ahí está la gracia. Adele se salió de ese lugar que tanto le dio pero que tanto la aprisionó también, y en este álbum explora otros caminos y ofrece nuevas texturas de su voz, nuevos colores que no hacen más que demostrar la gran cantante que es, comparable a la enorme Etta James. Su talento queda plasmado más allá de lo buenas que puedan ser o no estas canciones.

Ese talento combinado con un comportamiento ejemplar (no hay escándalos, vicios ni manchas negras en su carrera) le ha permitido ganarse los mimos, a veces exagerados, de la prensa internacional. La revista Rolling Stone le dio cinco estrellas a 25 cuando otros medios especializados y menos populares lo tildaron de "aburrido" e incluso "mediocre".

Ni una cosa ni la otra, ni brillante ni terrible. Adele volvió al centro de atención con un material solvente y correcto, y sobre todo auténtico. No hay tanta tristeza en su vida, pero la reconciliación, la esperanza y el amor feliz también son asuntos a los que les puede cantar de la misma buena manera que a los otros. Y en su manera de cantar se transmite una honestidad brutal que le permite, más allá de elogios exagerados, seguir siendo tanto un éxito de ventas como una artista fabulosa. ¿Qué más se puede pedir?

Los tres discos de Adele

19 -2008, XL/COLUMBIA

Es el primer disco de la cantante británica, apenas un adelanto de lo que le aportaría a la música en sus años venideros. "Crazy for you" o "Chasing Pavements" son algunas de las mejores canciones de este trabajo, que además incluye una versión de "Make you feel my love" de Bob Dylan. Con este álbum, Adele se ganó el Grammy a Mejor Artista Nueva en 2009.

21 - 2011, SONY

Es el álbum que consagra a la cantante con dos hits impresionantes: "Someone like you" y "Rolling in the deep". 21 fue el disco más vendido en todo el mundo en el año de su lanzamiento y recaudó millones de dólares. También triunfó en los Grammy con dos premios importantísimos: los de Álbum del Año y Mejor Álbum Vocal. La fama golpeó fuerte a la puerta de Adele.

25 - 2015, SONY

Se lanzó el pasado 20 de noviembre y de inmediato arrasó con todos los récords, vendiendo cifras absurdas en apenas tres o cuatro días. "Hello", el corte de difusión de este disco, se estrenó un mes antes y ya tiene más de 500 millones de reproducciones en YouTube. Adele anunció con este álbum una nueva gira, pero no estará por Sudamérica. No por ahora.

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Su disco consagratorio demuestra que no hay nada más rentable que un corazón roto.

ADELEBELÉN FOURMENT

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