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Vehículo para un talento mayor

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Es prolija, totalmente "british", y una de esas películas que seguramente van a estar nominadas a algo en la próxima entrega de los Oscar.

Otra forma de describirla es decir que dos de los productores ejecutivos son Bob y Harvey Weinstein, quienes (ambos o uno de ellos) han estado detrás de El discurso del rey, Mi semana con Marilyn, El mayordomo de la Casa Blanca, Big Eyes y otras películas que han combinado un tema serio y preferentemente basado en hechos reales, buenas actuaciones, estilo narrativo académico y una dosis de "atención social", o una punta de polémica impregnada de corrección política.

Casi todos esos rasgos se repiten en esta Dama de oro. En la base está la historia auténtica de Maria Altman (Helen Mirren), una judía austríaca que emigró a los Estados Unidos huyendo del nazismo, y muchos años después demandó al gobierno de su país natal, exigiendo la devolución de una valiosa pintura de Gustav Klimt que pertenecía a su familia, y que fue robada por las fuerzas del Tercer Reich y terminó en un museo de Viena. En su cruzada la ayudó el joven abogado Randy Schoenberg (Ryan Reynolds) y un periodista austríaco (encarnado por Daniel Brühl). Tuvo que enfrentar varias incomprensiones, y sobre todo la persistente negativa austríaca para hacerse cargo de ciertas culpas pasadas. Es molesto tener cerca a una judía que le recuerda a uno que la anexión de su país al sistema hitleriano no fue el resultado de una invasión, sino una decisión aprobada en un plebiscito.

El resultado es sólido pero también previsible. Juega con cierta habilidad su relato en dos tiempos (la evocación de la Austria ocupada por los nazis y el intento en huir de ella; los vaivenes tribunalicios en Estados Unidos y Europa cincuenta años después), dejando fluir su historia con pulcritud aunque sin genio. La tensión de la historia pasada, sobre todo, se debilita un tanto porque el espectador conoce ya el destino que corrieron sus personajes.

Por supuesto, la película cumple debidamente con su propósito de llamar la atención sobre algunas culpas del pasado que no han terminado de saldarse, y cuenta sobre todo con una actriz de primera línea para sostener todo el andamiaje. El libreto proporciona, muy adecuadamente, el tipo de diálogo casi epigramático que una Mirren enojada puede emitir como casi nadie, y es en la energía de esa labor donde la película obtiene su mejor punto de apoyo. El resto acompaña adecuadamente a la estrella, desde el siempre interesante Brühl hasta el propio Reynolds, quien confirma que puede ser alguien más que Linterna Verde. De hecho, con sus lentes y su gesto controlado, hace pensar más bien en un Clark Kent que podría desdoblarse en superhéroe.

SABER MÁS

La dama de oro [***]

Reino Unido/Estados Unidos 2015. Título original: Woman in Gold. Dirección: Simon Curtis. Guión: Alexi Kaye Campbell. Fotografía: Ross Emery. Música: Martin Phipps, Hans Zimmer. Producción: BBC Films/Origin Pictures. Intérpretes: Helen Mirren, Ryan Reynolds, Daniel Brühl, Tatiana Maslany, Charles Dance, Katie Holmes, Antje Traue, Max Irons, Elizabeth McGovern, Jonathan Pryce, Tom Schilling, Moritz Bleibtreu, Anthony Howell, Allan Corduner, Henry Goodman.

CríticaGUILLERMO ZAPIOLA

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