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Troupe ideal para la comedia

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De izquierda a derecha Russell, Cooper, Lawrence y De Niro. Foto: Google

Entrevista con David O. Russell, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence y Robert De Niro, el equipo de la película "Joy: el nombre del éxito" que se estrena en Uruguay.

Aunque estuvo exiliado de la industria de Hollywood, desde que volvió con El ganador, el director David O. Russell ha conseguido consolidarse como uno de los grandes directores estadounidenses de esos que, por ejemplo, siempre cuelan sus películas en los Oscar.

Lo mismo se espera que pase con Joy: el nombre del éxito, su nueva película que hoy se estrena (estuvo desde el jueves como preestreno) en Uruguay.

Es una comedia sobre un caso real: la historia de superación personal y social de la mujer que inventó el "Trapeador Milagroso", que impedía que las mujeres tuvieran que escurrir con sus manos el escobillón; lo vendió además a través de QVC, un canal exclusivo de compras que en su momento fue una idea loca que también se convirtió en un éxito.

Una vez más, Russell se rodeó de sus lista de actores de grandes ligas. Jennifer Lawrence es la protagonista Joy Mangano; Robert De Niro es su padre y Bradley Cooper es el ejecutivo de QVC que descubre el invento y el carisma de Joy.

La película sigue la historia de vida pasando de un niña precoz en la década de 1960, a frustrada madre en la de 1970 y exitosa emprendedora en la década de 1990. Para eso debió soportar idas y vueltas financieras, estafadores y una familia que funciona como un coro griego.

Es la tercera vez que el grupo trabaja junto después de éxitos de taquilla como El lado luminoso de la vida (2012) que tuvo ocho nominaciones para los Oscar con Lawrence llevándose el de mejor actriz, y Escándalo americano (2013) que tuvo diez nominaciones pero se fue con las manos vacías.

Los cuatro se reunieron para charlar con The New York Times sobre la película, lo que significa trabajar juntos y cuándo fue la última vez que pasaron un trapo de piso.

Si no puede ver el video, haga click aquí.

—Otra vez juntos, como si fuera una troupe teatral. ¿Se siente como un asunto familiar?

Russell: Cada vez es diferente, pero me siento muy cerca de todos los que están en esta mesa, y aspiro a escribir para todos papeles que sean dignos de ellos. Esta es mi primer historia con una mujer en el centro. Naturalmente, Jennifer es la persona en la que pienso para ese rango de edad, de 18 a 43 años. Naturalmente pensé en Robert para ser su padre porque está familiarizado con estos personajes buena gente. Bradley porque se volvió un cineasta; produjo Francotirador, así que era un papel perfecto para él. ¿No parece correcto?

Lawrence: No. Deberías volver a empezar.

—Para vos, ¿fue siempre obvio que harías esto?

De Niro: Sentí que ser parte del grupo era algo que debía hacer. Me recuerda a Cassavetes y otros directores que tenían su troupe. Ingmar Bergman. Y era muy divertido. Trabajar con David es como dice Bradley: un deporte de contacto. Es como que está escribiendo y está filmando. Es realmente energético y de alguna manera frenético y espontáneo.

—Que se conozcan más, ¿cambia la manera de actuar?

Russell: Hemos crecido como una pandilla, y estos tipos han interpretado personajes muy diferentes. Si observas a cualquier grupo, con el tiempo evoluciona. Lo que evolucionó es que de repente todos giramos alrededor de Jennifer (como el personaje central), algo que no habíamos hecho.

Lawrence: Bob siempre fue tan bueno desde que nos conocimos. Yo era joven y él siempre fue muy amable y nos cobijó a ambos, y fue esa clase de relación paternal onda Hollywood. Yo tenía todo clase de preguntas, y obviamente él era el que tenía las respuestas. Así que es una linda evolución que ahora haga de mi padre. Y Coop y yo tenemos... es como una reacción. Yo tenía una escena en la que hablo por teléfono con su personaje. Si fuera otro actor, solo necesitaría al supervisor de guión para que lea el diálogo. Pero sabía que iba a actuar diferente si lo hacía con Bradley. Así que lo obligué a despertarlo y hacerle leer la escena conmigo en el teléfono.

Cooper: Bob y yo trabajamos juntos en otra película antes de El lado luminoso de la vida (Sin límites en 2011), pero luego tuvimos la experiencia de El lado luminoso de la vida que cambió todo. Empezás a integrarte en la vida de los otros. Pasamos mucho tiempo juntos, así que uno se entera de todo. No hago una película sin llamarlo.

Lawrence: ¿En serio?

Cooper: Sí. ¿Cómo no voy a pedirle consejo? Y nosotros con ella no nos vimos por un tiempo, pero una vez en el set es tan fácil trabajar juntos. A pesar de que no hablamos, en realidad, es como "pum" y no podés evitarlo. (David) creó esta familia (lo mira). Tus ritmos son diferentes, y eso hace que sea una experiencia divertida.

—¿Podés comparar cómo fueron de diferentes ahora comparados con su primera película juntos?

Russell: Vi a cada uno crecer en los cinco años desde que hicimos El lado luminoso de la vida. Cuando conocieron a Jennifer, ella tenía 20 años, y llegó al set preguntándoles a Bradley y a Robert: "¿Cómo es eso de que la gente te reconozca en público?". Y eso cambió. La vimos crecer y hacerse mujer.

—¿Cuándo les presentaron la idea de Joy?

Lawrence: Russell me llamó y empezó a hablar de la idea de la mujer que inventó el Trapeador Milagroso. Lo que él tenía en su corazón era la idea de retratarla, pero también a los héroes anónimos que abandonaron sus sueño por apoyar a su familia y que todos salgan adelante. Y además era un gran desafío intepretar a alguien con una imaginación tan gigante, un don tan grande y esconderlo por 17 años. No se descubre a sí misma hasta que es una adulta y que nunca es tarde para tener éxito.

Russell: Todos gravitábamos alrededor del hotel de De Niro, que se volvió una especie de hogar para nosotros. Y su oficina estaba al lado, y nos la prestó para hacer las audiciones.

Lawrence: (interrumpe susurrando) ¿Tenés un hidratante labial?

Russell: ¿Por qué? Te consigo uno.

Lawrence: ¿Cómo podés tener 45 lapiceras encima y ningún lapiz de crema de cacao?

—¿Cuándo fue la última vez que alguno de ustedes pasó un trapo de piso?

Lawrence: En el rodaje.

Russell: Estuve limpiando la casa de Robert hace un par de días y pasó una cosa idéntica a una escena de la película con unas copas de vino rotas. Yo limpio cualquier enchastre, así soy, y Robert decía, "por favor levantate". Y la madre de Cooper es una fanática del canal QVC, se conoce los nombres de la conductoras. Y tu hijo (le dice a De Niro) Julian me decía que su madre también estuvo enganchada con las compras por QVC. Cuando llegaban los paquetes sabía el nombre del cartero.

Lawrence: Se acuerdan cuando Bradley me enseñó cómo usar correctamente el trapeador. Hacía una escena y empieza "no, no, no, Jen, no". Y me mostró cómo hacerlo.

—¿Ya están pensando nuevas ideas?

Russell: Tengo algunas cosas que ya las hablé con ellos.

—¿Y ustedes se suman?

Lawrence: Sipi. Hasta que se muera. Eso es lo que siempre digo.

La chica que recorre un camino de éxitos

Parece increíble que Jenniffer Lawrence tenga 25 años, de las cuales solo siete los dedicó a hacer películas. En ese tiempo ganó un Oscar de tres nominaciones; tres Globos de Oro (uno por Joy: el nombre del éxito); estar vinculada a dos de las franquicias más exitosas de la historia, los X-Men y Los juegos del hambre, y recibió un piropo alentador de Jack Nicholson en vivo por televisión. En el camino, y gracias a situaciones como esa, se convirtió en una estrella espontánea, algo torpe y muy simpática, de comentarios graciosos y elegancia envidiable. Y es una actriz de gran fuste, capaz, como en el caso de Joy, de cargar con todo el peso de una película. Solo le esperan buenas oportunidades en su carrera.

DAVID O. RUSSELL ?

Un director con un ritmo ideal para la comedia

Ya no quedan directores de comedia. David O. Russell es de los últimos. Y Joy: Joy: el nombre del éxito es una nueva prueba de ello.

Ya sus primeras películas apelaban a la tradición clásica de la comedia americana. Flirting with disaster era una locura con Ben Stiller, como un hijo adoptivo que quiere encontrar a sus padres biológicos. La familia siempre es una presencia destacada en sus películas. La que lo hizo más famoso fue Tres reyes, una comedia sobre la guerra de Irak con George Clooney y Mark Whalberg. Después hizo I Love Huckabees que no fue un éxito, por lo que Russell quedó desterrado de Hollywood. Recién en 2008, con El ganador, una historia dramática, pudo volver y dejar lo mejor de su carrera: la trilogía con Cooper, De Niro y Lawrence que integran El lado luminoso de la vida, Escándalo americano y ahora Joy: el nombre del éxito. Es uno de los grandes directores y guionistas de hoy.

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De izquierda a derecha Russell, Cooper, Lawrence y De Niro. Foto: Google

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