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Los tiburones, los depredadores que Hollywood ama odiar

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A 47 metros

Cine

El amor del cine por los tiburones continua en A 47 metros

A 47 metros
Tráiler de "A 47 metros"

Antes de ser un cineasta consagrado, responsable de películas nominadas al Oscar como The Post: los oscuros secretos del Pentágono, Steven Spielberg era un desastre: no como talento creativo, pero sí como la figura responsable de un rodaje.

Al menos, así fue visto durante su trabajo como director en Tiburón, en 1974. Spielberg, quien tenía 26 años entonces, empezó a filmar en la isla de Martha’s Vineyard, Massachusetts, sin el guion terminado, y se pasó de presupuesto y tiempo designado por el estudio.

Para su suerte, Tiburón fue un éxito sin precedentes. Estableció el concepto de taquillazos de Holywood en el verano (una época antes designada para películas menores) y trazó un camino lleno de reconocimientos para Spielberg.

Además, Tiburón -disponible para ver en Claro Video y NS Now- inició un fanatismo por los estudios hacia los depredadores marítimos que continúa hasta el día de hoy, y que se refleja en varios géneros: la acción, el suspenso y hasta ciencia ficción.

Rodaje de "Tiburón"
"Bruce", el nombre que llevaba el animal de "Tiburón"

El último agregado en esa larga carta de amor es la película A 47 metros, estrenada ayer en Uruguay. En ella, dos hermanas terminan en una jaula bajo un mar infestado de tiburones.

A 47 metros no es una película memorable sino más bien, un entretenimiento pasajero gracias a alguna que otra escena entretenida para los entusiastas de las historias de supervivencia. Uno de los puntos a favor de la película -cuyas protagonistas humanas son tan superficiales y presumidas que sus muertes no parece una mala idea después de un rato- es el uso de los tiburones.

Aunque el director Johannes Roberts se apoya de sobremanera en los efectos especiales generados por computadora, la aparición medida de los animales provoca que sus escenas sean realmente terroríficas.
Esa cualidad, que Spielberg utilizó con destreza en Tiburón, es parte del encanto narrativo que ofrecen esos seres. En el cine, los tiburones son como una fuerza de la naturaleza imparable.

La vida real, sin embargo, ha demostrado que la letalidad de los tiburones ha sido exagerada por la industria del entretenimiento. Los tiburones están muy por debajo de los mosquitos en la cadena de animales responsables de matar humanos, por ejemplo.

Pero dentro de la pantalla, los rasgos de su fisonomía (los ojos muertos, la aleta y el gran tamaño que pueden alcanzar) han sido la excusa para aterrorizar a varios actores en películas con resultados, generalmente, entretenidos.

Miedo profundo
Blake Lively en "Miedo profundo"

En 2016 Blake Lively interpretó en Miedo profundo (NS Now) a una surfista atrapada en una roca mientras un monstruoso tiburón la acechaba. Con un ritmo enérgico y una actuación entregada de Lively, la película le devolvió un poco de crédito al cine de tiburones.

Lo cierto es que las malas películas de tiburones suelen ganarles por amplia mayoría a las buenas, incluso si no se cuenta la ridícula saga de Sharknado (sobre un tornado compuesto de tiburones) que entra en la categoría de lo camp: son tan malas que son buenas.

De todas formas, hay un puñado de títulos que valen la pena. Alerta en lo profundo (Netflix), Mar abierto, The Reef y USS Indianapolis: Hombres de Coraje (NSNow) son opciones recomendables para explorar un rincón del cine que ha atemorizado y entretenido al público por más de 40 años.

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