Animales nocturnos, Amy Adams o Scorsese no figuraron.

Como en toda clase de premio, y más en los de perfiles tan altos como los Oscar, abundan las injusticias en sus dos presentación: exageración y el olvido. Entre las nominaciones a la 89° entrega de los premios de la Academia, hay de las dos clases. Y también algunas, escasas, sorpresas.

Sabiendo eso, igual parece un despropósito que Amy Adams, quien este año tuvo dos papeles relevantes en La llegada y en Animales nocturnos, no esté mencionada a mejor actriz. Estuvo nominada cinco veces antes sin ganarlo y si bien no está nada mal lo que hace Meryl Streep en Florence, qué necesidad de seguirla nominando (van 20 veces). Adams había aparecido entre las nominadas (en lugar de Ruth Negga por Loving) pero rápidamente fue corregido como el error de un periodista ansioso. En la categoría mejor actriz todo indica que podría haber merecido mejor suerte Annette Bening por 20th Century Women.

En la categoría de olvidados también podría caer Animales nocturnos, la película de Tom Ford que solo fue nominada a través de Michael Shannon, un secundario que bien merecida se tiene la mención (es su segunda, antes fue por Solo un sueño). Animales nocturnos es una película desafiante y llamativa. Menos de eso a muchos les alcanza para ser nominados.

Shannon le pelea la estatuilla a Jeff Bridges, en una actuación de sus habituales que es lo más destacado de Sin nada que perder, que está nominada a mejor película. Esa sí que es una exageración: es un policial que pretende ser (un comentario social con forma de neowestern) lo que no es: es poco más que una aventura entretenida. Tanto Shannon como Bridges interpretan a policías sureño.

Era previsible que no iba a figurar la que, antes que empezara la temporada de Oscar, parecía una de las grandes favoritas: El nacimiento de una nación de Nate Parker. Una acusación (por la que no fue procesado) de violación durante sus años universitarios terminó con cualquier trascendencia de un drama que recorre en su historia el mismo sendero que transitaba la premiada 12 años de esclavitud.

En lo que muchos señalan como parte de la doble moral de Hollywood (si es que eso existe) a Casey Affleck, por lo visto, no le afectaron acusaciones igual de escandalosas: dos mujeres del equipo de Im Still Here, su falso documental sobre Joaquín Phoenix, presentaron una demanda por acoso sexual que finalmente se saldó con un acuerdo. Affleck, sin embargo, es uno de los grandes méritos de Manchester junto al mar como lo confirma esta nominación al Oscar y su Globo de Oro.

Manchester junto al mar, además, se convirtió en la primera película producida por un servicio de streaming (Amazon, en este caso) en ubicarse entre las aspirantes a un Oscar.

Es un poco injusta, la ausencia de Martin Scorsese con su drama jesuita, Silencio (solo consiguió mejor fotografía) o de Pedro Almodovar (quien estuvo nominado como mejor director por Hable con ella, por la que ganó el Oscar a mejor guión original) por Julieta. También estarían faltando a mejor director Clint Eastwood (por Sully, demasiado modesta para la grandilocuencia que se oscariza) y el propio Denzel Washington para su Fences, un drama bien respetable que el actor dirige con solvencia.

Pero no todas las sorpresas son de injusticias. Es un buen reconocimiento la nominación al mejor guión a The Lobster, la película del griego Yorgos Lanthimos. Y también que estén como mejor documental de I am Not your Negro sobre el escritor James Baldwin y OJ: Made in America sobre OJ Simpson.

Los nominados se conocieron ayer a la mañana, por primera vez en una presentación pregrabada en la que actores y directores saludaron su amor al cine y una locutora presentaba los nominados. La transmisión estuvo acompañada por el trailer de la próxima ceremonia que es el 26 de febrero y la conduce Jimmy Kimmel.

El director de fotografía mexicano Rodrigo Prieto, consiguió la única nominación de la película de Martin Scorsese, Silence, una de las olvidadas de este año.

También el compositor de origen puertoriqueño, Lin-Manuel Miranda, quien con su nominación a mejor canción original por la película de Disney, Moana, culmina un año de exitos (consiguió un Pulitzer, un Grammy y varios premios Tony).

Entre los candidatos a cortometraje de ficción también se coló un iberoamericano: el español Juanjo Giménez director de Timecode. Se trata de un cortometraje de apenas 15 minutos, que ganó la Palma de Oro en el festival de Cannes.

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