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La nueva piel de una buena actriz

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Nicole Kidman. Foto: Reuters
70th Cannes Film Festival - Photocall for the film "The Beguiled" in competition - Cannes, France. 24/05/2017. Cast member Nicole Kidman poses. REUTERS/Eric Gaillard FILMFESTIVAL-CANNES/
ERIC GAILLARD/REUTERS

Desfiló cuatro veces en Cannes y se fue premiada.

Presten atención porque este es el año de Nicole Kidman. Una actriz que ha logrado reinventarse con los años para convertirse en una de las mejores actrices de su generación. Cannes se lo reconoció este año cuando Pedro Almodovar (presidente del jurado), le concedió un premio especial, algo que sucede excepcionalmente en este festival.

La actriz, que el mes próximo cumple 50 años, había llegado a La Croisette para presentar cuatro proyectos que la tienen como protagonista: The Killing Of A Sacred Deer, The Beguiled, How To Talk To Girls At Parties y la serie Top Of The Lake: China Girl. Papeles que representan historias y personajes distintos y confirman la valentía de Kidman a la hora de elegir roles, además de su versatilidad.

Con tanto estreno en tan poco tiempo, Kidman se convirtió en la cara más vista de Cannes, una de las fiestas del cine más importantes del mundo. Es que Kidman mantiene una relación especial con este festival desde que hizo su primera aparición allí. Eso fue en 2001 cuando se estrenó el musical de Baz Luhrmann, Moulin Rouge! Una película bisagra para la vida de esta actriz.

Hasta ese entonces, Kidman era conocida por ser la esposa de Tom Cruise, con quien estuvo casada desde 1990 a 2001. Se conocieron mientras filmaban Días de trueno, cuando el actor (entonces casado con la actriz Mimi Rogers) quedó flechado por la belleza de esta actriz de cabello rubio ensortijado y de origen australiano, pese a haber nacido en Hawai.

No le fue difícil quitarse el mote de "esposa de". Kidman tuvo una personalidad y un carácter que no dependía del estrellato de otro.

Ya durante ese período se notaba el gusto de Kidman por papeles que salían del lugar de "mujer adorno". Como en Todo por un sueño (Gus Van Sant, 1995), uno de sus mejores papeles, donde interpretaba a Suzanne Stone, la chica que decía el pronóstico del tiempo de un pequeño canal de televisión y que haría lo que fuera por convertirse en famosa. Un rol audaz por el que ganó su primer Globo de Oro y que demostró que más allá de la belleza había una buena actriz.

Si bien la película Retrato de una dama (Jane Champion, 1996) no fue un éxito, fue el inicio de una amistad con la directora neo cenandesa que dura hasta estos días. Por eso, 20 años después de esa primera colaboración, Kidman visitó a su amiga. "Nicole vino a mi oficina y me dijo que estaba harta de las películas que había hecho en los últimos años. Necesitaba cambiar de aires. Le conté que estaba preparando la continuación de Top Of The Lake y me pidió que le diese un papel", No tuvo que insistir mucho. Champion le dio el papel de Julia, un personaje que se suma a la historia de la detective Robin Griffin (Elisabeth Moss) en esta temporada.

Desde entonces y tras el éxito de Todo por un sueño, Kidman ha logrado trabajar con algunos de los mejores realizadores, como Stanley Kubrick (Ojos bien cerrados, 1999), Baz Luhrmann (Moulin Rouge!, 2001), Stephen Daldry (Las horas, 2002), Lars Von Trier (Dogville, 2003), Lee Daniels (The Paperboy, 2012) o Werner Herzog (Queen of the Desert, 2015).

Papeles por los que tuvo que cantar, ponerse una prótesis facial, sufrir el calor del desierto o tener un bronceado color naranja. La apuestas le salieron bien ya que en ese período ganó su primer Oscar (por su interpretación de Virginia Woolf en Las Horas), un premio al que ha sido nominada ya en cuatro ocasiones. El año pasado estuvo en el quinteto secundario por el drama Un camino a casa que dirigió Garth Davis.

Este año se la pudo ver en la miniserie de HBO que creó David E. Kelly, Big Little Lies, donde comparte elenco con Reese Witherspoon y Laura Dern. En la serie dirigida por Jean-Marc Vallée, Kidman interpreta a Celeste, una de las adineradas residentes de Monterrey, un pueblo de apariencia perfecto, pero que tras las puertas se esconden maridos golpeadores y un asesinato por resolver.

Sin dudas, este fue el año de Kidman en la Riviera Francesa, donde fue la protagonista indiscutida. Ni la ganadora de la Palma de Oro a interpretación femenina, Diane Krueger, logró quitarle cartel. Kidman lució vestidos de diseñador, pidió más presencia de directoras femeninas ("creo que es necesario que cada 18 meses, haga una película de una directora mujer", dijo) y se llevó un premio especial. Y no va a ser el único premio que, se espera, se lleve a su casa en este año.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Nicole Kidman. Foto: Reuters

NICOLE KIDMAN

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