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Nostalgia: festejar los recuerdos

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Gente bailando en una fiesta en la Noche de la Nostalgia
Gente bailando en una fiesta en la Noche de la Nostalgia
Foto: archivo

Después de escuchar tanto que los uruguayos somos tristes, uno termina por creérselo. Y no es que se requiera de mucho esfuerzo para hacerlo: el cine nacional, la literatura, las ciudades, el comportamiento del público en distintos eventos masivos y hasta las figuras de la farándula tienen en el fondo un tinte melancólico, tristón, como de tibieza (a grandes rasgos, por supuesto que siempre hay excepciones).

El hecho de que la fiesta nacional por excelencia sea la Noche de la Nostalgia no hace más que confirmar ese mito que a regañadientes acabamos por aceptar: que nos gusta mirar para atrás pensando en Maracaná, Los Shakers, Telecataplum; las gloriosas épocas de Nacional y Peñarol, el esplendor del Café Sorocabana y tanto más.

Creación del entonces propietario de Radiomundo y hoy de Océano FM Pablo Lecueder, esta celebración que aprovecha como excusa (y deja en segundo plano) la víspera de la conmemoración de la Declaratoria de la Independencia apareció por primera vez en el convulsionado contexto de 1978, bocanada de aire para un público ávido por entretenerse.

Se fue instalando como clásico hasta que adquirió nombre propio y terminó por convertirse en un patrimonio nacional. Y a casi cuatro décadas de aquel primer baile que dio puntapié inicial a esta celebración, el mapa ha ido cambiando mucho por un lado, y muy poco por otro.

Ha aumentado enormemente la cantidad de ofertas para la Noche de la Nostalgia, tanto en locales bailables tradicionales como en espacios más atípicos como los hoteles.

Algunos optan por organizar cenas show, otros por la música en vivo; algunos juegan con pistas que pasan distintos géneros en simultáneo, y otros convocan a reconocidos DJs para que se encarguen de animar a los concurrentes. Las canciones que suenan durante siete horas y que son el principal atractivo de esta fiesta, sin embargo, prácticamente siguen siendo las mismas.

De un tiempo a esta parte se empezó a reparar (¡finalmente!) en que la nostalgia va cambiando generación tras generación, en que lo que le trae lindos recuerdos al señor de 70 no le causa añoranza al veinteañero, y el espectro se abrió.

La Noche de la Nostalgia, para muchos la más esperada del año, no es sólo un día para que los padres dejen a los chicos en sus casas y salgan a bailotear como en las viejas épocas o para que los abuelos muevan sus caderas sin vergüenza. Pero ojo: hay que tener en cuenta varias cosas antes de salir a la calle en una de las noches más agitadas del año. Aquí una guía para saber qué se puede hacer, cuánto cuesta, qué recaudos hay que tomar y cómo pasarla bien sin rendirse en el intento.

Relax.

Si usted ya decidió que este 24 de agosto va a salir a romper la noche, tiene que tener una premisa bien clara: cuando se encuentre en un aprieto, literal, respire hondo.

Prácticamente todos los lugares a los que considere ir van a estar muy concurridos. Los empujones, la bebida que se vuelca y mancha la ropa y el espacio reducido para bailar son factores comunes así que señores: no se permitan estresarse porque no vale la pena. No sólo debe evitar preocupaciones en ese sentido. Siempre que pueda, maneje horarios flexibles. Estacionar puede ser un caos, conseguir un taxi también y transitar por la ciudad, sea cual sea el medio, también.

Pero si música y ambiente hacen una buena combinación, poco importan los ambientes incómodos y los gastos altos. Las entradas van desde los 200 pesos a 180 dólares, dependiendo el tipo de evento elegido.

En cuanto a gustos, prácticamente todo está contemplado. Son varios los hoteles que ofrecen cena show más baile en Montevideo, y algunas de las tarifas contemplan incluso el hospedaje en el lugar.

Es el caso de Sofitel (ver recuadro), que propondrá una fiesta temática al estilo de la película Cocktail. En el Hotel Sheraton habrá una Noche Amarilla ideal para los fanáticos de The Beatles, que estará inspirada en el universo de Yellow Submarine y contará con una banda tributo. En el Radisson también habrá música en vivo: estará a cargo de la banda Elvis & Creedence, que con su nombre ya dice bastante de su estilo. Planes similares tienen algunos hoteles de Punta del Este (como Mantra, Conrad, Jean Clevers y Hotel del Lago) y de Colonia (Sheraton, Days Inn Casa del Sol y Nirvana).

Esta Noche de la Nostalgia tiene un condimento muy particular: el show que dará el cantante del dúo británico Erasure, Andy Bell (ver entrevista). Quienes vayan a verlo a La Trastienda se deleitarán con algunas de las canciones más emblemáticas de este festejo, como "Oh lamour", "A little respect" o "Stop", y cargarán energía para seguir rodando por la ciudad.

Otros recintos rockeros de la capital también abrirán sus puertas. BJ tendrá una nostalgia ricotera: Plagio hará canciones de Los Redondos y Mario Gallinares la selección musical. Montevideo Music Box recibirá al DJ estadounidense Troy Pierce, y la consigna es disfrazarse.

El resto de los shows en vivo serán ya pasada la medianoche. En el Hipódromo de Maroñas Alcides cantará Violeta, en Polo Prado hará lo mismo Vilma Palma y varias bandas locales (entre ellas Marama) y en otro de los salones del Radisson Croupier Funk hará covers con mucho swing (ver recuadro).

Otro lugar para ir disfrazado es al Hotel Esplendor, que en esta oportunidad albergará la ya tradicional fiesta Reíte de la Nostalgia, animada por la popular DJ Paola Dalto. Esta antinostalgia no saca el foco del pasado, sino que lo pone en lo más bizarro: cumbia, pachanga y marcha, entre otros géneros.

Y siempre están los que prefieren encontrarse en alguna casa, poner un poco de cotillón y beber y bailar hasta el cansancio, lo que también es válido.

¿Ya asumió que puede estresarse, hizo cuentas y eligió su mejor opción? Entonces queda decir: si toma, no maneje; haga el pasito de los Village People cuando suene "YMCA", y feliz Noche de la Nostalgia.

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