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Un musical que salió con ventaja

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La La Land. Foto: Difusión
Sebastian (Ryan Gosling) und Mia (Emma Stone)
Dale Robinette

La La Land alcanzó record de 14 nominaciones para los premios; La llegada tiene ocho.

El entusiasmo unánime de la crítica por los valores La La Land quedó certificado ayer por la propia industria del cine de Hollywood que ayer a la mañana le anunció 14 nominaciones a los Oscar.

Ese entusiasmo (y la clásica autocomplacencia de una industria a la que le encanta hablar de sí misma) por el mundo que retrata y cómo lo hace quedó reflejado en el récord de nominaciones de La La Land, entre las que están las más vistosas —mejor director, actores (Ryan Gosling, Emma Stone), guión (Chazelle), fotografía (Linus Sandgren), vestuario (Mary Zophres), montaje (Tom Cross) y dos canciones originales— y también las menos glamurosas pero que siempre suman, como diseño de producción, edición de sonido, mezcla de sonido y banda sonora original.

Esas 14 nominaciones igualan el récord de Titanic en 1997 (ganó 11 y eso también es un récord al que aspira La La Land) y La malvada en 1950 (ganó seis).

A mejor película compite con Luz de luna, Manchester junto al mar, La llegada, Un camino a casa, Fences, Sin nada que perder y Hasta el último hombre. La ganadora se sabrá pasada la medianoche uruguaya del domingo 26 de febrero.

Con ocho nominaciones están La llegada (entre las que no figura Amy Adams) de Denis Villeneuve y el drama racial Luz de luna de Barry Jenkins (incluyendo mejor actor secundario para Mahershala Ali, el Remy Denton de House of Cards).

En lo que puede ser visto como un gesto de bienvenida, la nueva película de Mel Gibson, Hasta el último hombre tiene seis nominaciones incluyendo una para el propio director estrella. También hay seis para Manchester junto al mar (la primera película producida por un servicio de streaming, Amazon, en llegar tan lejos) de Kenneth Lonergan, lo que es otro gesto de reivindicación artística después de los líos artístico-judiciales de su anterior, Margaret.

Con aspiraciones de ser el mejor director están Chazelle, Villeneuve, Lonergan, Jenkins y Gibson. A excepción del veterano Mad Max, todos representan a una nueva generación de directores del cine industrial.

Esa misma combinación se da en las categorías interpretativas. A mejor actor está Denzel Washington (Fences, por la que no quedó nominado como director), Andrew Garfield (Hasta el último hombre), Gosling, Viggo Mortensen (por Capitán Fantástico donde aparece desnudo tomando mate) y Casey Affleck por el afligido protagonista de Manchester by the Sea.

La pelea por mejor actriz es un duelo trasatlántico que enfrenta a la gran intérprete americana (Meryl Streep por Florence: La Mejor Peor De Todas, su vigésima nominación) y la gran intérprete europea, Isabelle Huppert (por Elle de Paul Verhoeven) en su primera nominación para un Oscar. Acompañan en la categoría Ruth Negga (Loving), Natalie Portman (Jackie) y Stone.

Así, por lo visto, el Oscar abraza su clásica combinación de estéticas que van de lo tradicional a lo inquieto aunque sin ninguna locura.

Buena selección.

Está claro que La La Land es una gran película y que Chazelle es un tipo de talento para esta clase de proyectos. Quedó claro en Whiplash, aquella sobre fundamentalistas del jazz que ganó tres Oscar. Acá consigue un musical clásico tan cerca de Cantando en la lluvia como de Los paraguas de Cherburgo.

También parece evidente que lo que alcanza Villeneuve en La llegada es consagratorio y que su mensaje de una humanidad que necesita superar diferencias para salir adelante, es esperanzador y necesario. Tiene un cuidado visual, además, que la emparenta con cuanta ciencia ficción haya salido desde 2001: Odisea del Espacio de la que es una pariente simplona pero igual de interesante.

Más convencional (entre John Huston y Samuel Fuller) es lo de Gibson con Hasta el último hombre, que, como esos antecedentes, de lo mejor que tiene para ofrecer es su bravura y una buena historia.

Falta ver qué consigue Lonegan con el material radioactivamente dramático que ofrece Manchester junto al mar o la independencia que, de antemano, presenta Luz de luna, una historia que mezcla homosexualidad y pobreza en ambiente afroestadounidense de Miami.

De las películas principales en Uruguay ya se pueden ver tres: La La Land, La Llegada y Hasta el último hombre. Manchester junto al mar y Un camino a casa (que tiene cinco nominaciones incluyendo una a Nicole Kidman como secundaria) van el 2 de febrero y Luz de luna, el 23 de febrero. Las otras no tienen fecha prevista aunque el cronograma puede variar.

Signo de los tiempos.

Quizás detrás de las 14 nominaciones de La La Land, esté la amarga sensación de fin de ciclo que acompaña la presidencia de Donald Trump.

Después de todo, La La Land es una celebración del cine clásico de Hollywood, en sí mismo un movimiento cinematográfico. Su manifiesto nunca demasiado explícito, siempre evidente, es una manera de financiar y vender películas, sí, pero también una forma de presentar las historias, de guiar la narración o incluso decidir el tipo de encuadre. La La Land lo conoce.

Y el musical es, además, uno de los géneros que ese movimiento expandió artísticamente luego de haberlo fundado.

No es casual que se ubique a la gran etapa del cine clásico de Hollywood (sin contar el fundacional cine mudo) entre 1931 y 1960. O sea, después de la crisis; durante la guerra y, su beneficio colateral, la prosperidad, y antes de Vietnam. Estamos muy lejos de esos días.

Así, La La Land —la historia de amor de dos artistas en una Los Angeles de ensoñación— representa cierta nostalgia por esos tiempos del cine, de la música pero también de una forma de vivir en Estados Unidos. Una era al que el cine aportó fantasía, esperanza, estabilidad, certezas y mitología.

Lo hace sumando apuntes de modernidad inevitable en Chazelle, un director de 31 años y un talento que no incluye la copia o el homenaje ramplón.

DIRECTORES EN CARRERA.

Nuevos y veterano.

El cine es un arte colectivo pero el artista principal es el director. Estos son los cinco nominados a pasar a la historia entre los cineastas

Mel Gibson - Hasta el último hombre.

Ya tiene un Oscar como mejor director (por Corazón valiente) lo que en su momento pareció un exceso. Es el más clásico de los nominados con su historia de pacifista condecorado en la Segunda Guerra.

Damien Chazelle - La La Land.

Ya ganó con su anterior película, Whiplash, un Globo de oro a mejor director pero este es su primera nominación al Oscar en la categoría (ya estuvo como guión adaptado). Ahora aspira además a mejor película.

Barry Jenkins - Luz de luna.

Pasaron ocho años de su anterior película, la recomendable Medicine for Melancholy, y ahora llega la consagración. Jenkins nació en 1979, en Miami, el escenario de esta película sobre pobreza y discriminación.

Denis Villeneuve - La Llegada.

Este canadiense tiene una seguidilla impresionante: Incendios, La sospecha, Enemies, Sicario y esta fantasía sobre invasión extraterrestre con final optimista. Y ahora está haciendo la nueva Blade Runner.

Kenneth Lonergan - Manchester junto al mar.

Guionista (Pandillas de Nueva York) con un debut auspicioso (You Can Count on Me), la anterior película de Lonergan, Margaret, quedó rehén de una disputa que demoró su estreno cinco años. Esta es su revancha.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
La La Land. Foto: Difusión

OSCAR 2017FERNÁN CISNERO

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