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"Misión imposible", una saga que cumple 25 años y tiene dos películas en espera

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Misión imposible

Aniversario

La saga interpretada por Tom Cruise se estrenaba mundialmente en mayo de 1996 con un episodio dirigido por Brian de Palma y que presentaba una formula que se mantiene inalterable

Misión imposible
Tom Cruise en la primera Misión imposible

Hay películas que nacen así de clásicas. Es decir quizás no sean lo mejor del mundo pero cuando se alinean un montón de cosas, consiguen un carisma imbatible.

Es el caso de Misión imposible, aquella que hace en estos días 25 años inauguró una franquicia que tiene demorada su nueva entrega. Fue uno de los primeros proyectos cinematográficos en retomarse cuando la pandemia pareció amainar un poco.

Aquella película, que en Uruguay se estrenó en agosto de 1996, tenía todo el carisma disponible.

Primero que nada está Tom Cruise, la más grande de las estrellas de su generación y que parecía nacido para interpretar a Ethan Hunt, el jefe de un equipo de agentes especiales que enfrentan a villanos con ambiciones globales.

Su Hunt es intrépido, temerario y hace sus propias escenas de riesgo. Es obstinado y algo rebelde. Es. con eso, uno de los grandes papeles de Cruise, quien además fue el promotor y el productor (con su compañía con Paula Wagner) del proyecto.

Después tenía a Brian De Palma, uno de los grandes directores surgidos a fines de la década de 1960. Al principio parecía una decisión extraña. Aunque tenía grandes películas en los 80 (Vestida para matar, El sonido de la muerte, Caracortada, Doble de cuerpo y Los intocables, otra adaptación de una serie), la de la década de 1990 lo había mostrado algo fuera de forma.

No parecía de antemano, además, el más indicado (con sus manierismos a lo Hitchcock su estilorecargado) para modernizar una franquicia. Originalmente se pensó en otro director veterano, Sidney Pollack, lo que hubiera sido un error, quien abandonó el proyecto después de empezar a trabajar un guion.

Y ahí está otro factor que potenció la historia. En el libreto trabajaron varios de los grandes escritores de Hollywood: Steven Zaillian (Oscar por La lista de Schindler) quien llegó con De Palma; David Koepp (Jurassic Park) y finalmente, a pedido de Paramount, Robert Towne, uno de los más prestigiosos del medio, ganador del Oscar por Chinatown. En los créditos iniciales, el libreto aparece firmado por Zaillan y Koepp.

Todos al servicio de una historia que tiene el mismo alcance anecdótico que la serie creada por Bruce Geller. Hunt y su equipo (entre lo que esta vez están Kristin Scott Thomas, Emanuel Beart, Ving Rhames y Emilio Estevez, actores que, en algunos casos, volverían para las otras entregas aunque la mayoría no pasa de la primera) deben resolver una amenaza mundial y, además, descubrir la identidad de un topo en la organización. Increíblemente el principal sospechoso es el propio Hunt.

Para sortear todo eso, apelan a toda clase de trucos desde hackeos en precarias computadoras, planes increíbles y una capacidad para hacer las mejores máscaras del mundo. Quedan igualitas y ni se notan.

Hay algunas diferencias con la serie original, la más importante que el señor Phelps, que en la televisión era el protagonista y lo interpretaba Peter Graves, acá tiene la cara de Jon Voight y -el spoiler ya prescribió- es el traidor a la organización. Lo van a descubrir de la manera más Misión imposible del mundo.

Todo el sinsentido -que es parte de la idea- es manejado con su habitual destreza por De Palma que sabe cómo administrar suspenso y tomarse en serio todo. La escena que tiene a Cruise colgado del techo en una bóveda de la CIA es un clásico porque el actor es un especialista en esta clase de cosas y porque verdaderamente De Palma sabe cómo contarla. Fue una escena difícil de hacer y que haya quedado en el producto final por la insistencia de Cruise, quien, una vez más hizo sus propias escenas de riesgo.

Aquella primera Misión Imposible fue un tremendo éxito: de una inversión de 80 millones terminó recaudando alrededor de 450 millones de dólares y es la más exitosa en la carrera de De Palma.

Con esas cifras, era natural que se continuara con la franquicia. La segunda la dirigió John Woo y no está tan buena; la tres, J.J. Abrams con su estilo rutinario; Protocolo fantasma, no estaba nada mal y la dirigía Brad Bird y Nación secreta y Repercusión, ambas dirigidas Christopher McQuarrie. La última quizás sea la mejor de la saga e incluye una persecución en moto que es puro Tom Cruise. Están todas para ver en Netflix y en servicios de streaming como NSNow de Nuevo Siglo.

McQuarrie, además, dirigirá las partes siete y ocho que tiene previstos estrenos para mayo de 2022 y en algún momento de 2023, respectivamente. Es la continuación de una saga que envejece bien y que -qué grandes que estamos- ya tiene un cuarto de siglo de vida.

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