Crítica

Crítica de la película La monja que se estrenó ayer en nuestro país

Nicolás lauber

En 1952, un investigador del Vaticano y una novicia que “tiene conocimiento del terreno” aunque nunca estuvo en Rumania, son enviados a investigar el suicidio de una religiosa.

Así se abre una nueva película surgida del El conjuro, una franquicia que ya lleva dos películas sobre la muñeca Annabelle y que promete más personajes sobrenaturales.

Lo que les espera a los enviados en la abadía (un castillo en una colina rumana y en el que habita el mal suena mucho a Drácula) de la que los lugareños prefieren no hablar, es un edificio ruinoso que representa la situación de la fe y que alberga un secreto que el Vaticano está dispuesto a guardar sin importarle el costo.

Ficha

La monja [***]

DirectorCorin Hardy

GuiónGary Dauberman

ConDemián Bichir y Taissa Farmiga

Duración: 96 minutos

Demián Bichir, nominado al Oscar por A bettter life de Chris Weitz, interpreta al padre Burke. Es un cazador de milagros -eufemismo para decir exorcista- perseguido por el recuerdo de un trabajo que habrá sido exitoso para sus jefes, pero no lo fue para él. La novicia es interpretada por Taissa Farmiga, hermana de Vera (la de El conjuro), de lo mejor de la película.

Al villano lo conocemos: es la aterradora monja de El conjuro 2 que en realidad es un demonio llamado Valak. Y de a poco comienzan a darse una serie de apariciones, susurros en la noche y espectrales visitas que atormentarán a los recién llegados. Todo mientras se escuchan cánticos religiosos de fondo gracias a la buena banda sonora de Abel Korzeniowski, que da como resultado un impacto tanto visual como simbólico.

“Dios termina aquí” es la frase que se encuentra en una puerta subterránea de la abadía. Y una bienvenida así nunca lleva a nada bueno o sagrado. Gracias a efectivas escenas de suspenso, donde muestra poco y se insinúa mucho, es de los mejores aciertos del director Corin Hardy y el guionista Gary Dauberman quien escribió la saga Annabelle e It.

Si bien tiene sus puntos flojos, La monja encaja a la perfección en el universo de El conjuro gracias a una coherencia que se revela al final de esta película.