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Martin Scorsese cuenta cómo hizo "El Irlandés" que se estrena hoy en Netflix

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Martin Scorsese

Estreno

La nueva película del director es su reencuentro con Robert De Niro, Joe Pesci y Harvey Keitel a quienes se suma, esta vez, Al Pacino

Martin Scorsese
Martin Scorsese dirigiendo a De Niro en "El irlandés"

En Mientras la ciudad duerme (1950), Louis Calhern interpreta a un abogado y dice una frase genial”, comentó Martin Scorsese. “Su esposa dice: ‘¿Por qué siempre defiendes a los malos y a los gánsteres y todo eso?’. Él le responde: ‘Bueno, creo que el crimen es una actividad siniestra de la condición humana’”.

“Sí”, dijo el cineasta de 77 años. “Es esa idea de que el crimen es parte de lo que somos. Siempre está ahí. Las fuerzas oscuras siempre están ahí. Lo que debemos preguntarnos es si sucumbiremos ante ellas. Todo el tiempo”.

Scorsese sabe de lo que habla: basó su carrera, una de las mejores en la historia del cine, en películas sobre el crimen, la corrupción y las fuerzas oscuras dentro de nosotros.

Su nueva película El irlandés, que hoy se estrena en Netflix y también se puede ver en Cinemateca Uruguaya, no es la excepción.

Es una épica de tres horas y media, se cuenta a través de Frank Sheeran (Robert De Niro), un camionero y veterano de la Segunda Guerra Mundial a quien conocemos en una silla de ruedas en un asilo. Fue matón de algunos de los personajes más célebres del crimen organizado. Y es una historia sobre esas fuerzas oscuras.

En el centro del relato, que abarca décadas, se encuentra uno de los más grandes misterios de la historia estadounidense: la desaparición en 1975 de Jimmy Hoffa (Al Pacino), líder de la Hermandad Internacional de Camioneros.

“Bob y yo queríamos trabajar juntos desde que filmamos Casino en 1995, pero no coincidíamos”, dice Scorsese. “Ibamos a hacer otra cosa cuando Bob me dijo: ‘Marty, tienes que ver esto. Dime qué te parece’”.

Scorsese leyó, así, el libro de Charles Brandt sobre Sheeran. “Lo tenía todo”, dice. “Estaba ambientado en todo un contexto histórico del Estados Unidos con los mafiosos, los sindicatos y John F. Kennedy. También hablaba de nuestra naturaleza como seres humanos: el amor, la traición, la culpa o la falta de ella, y el perdón o el rencor que todos enfrentamos”.

“Le dije: ‘Creo que sé qué hacer con este libro’”.

Aun así, pasó una década para filmarla, incluso después de que Steven Zaillian, ganador del Oscar, escribió un guion.

“No pudimos obtener financiamiento durante años”, dice Scorsese. “Antes de eso, hubo otras cosas que hacer. No lo digo negativamente. Hubo problemas y obligaciones, y tuvimos que esperar a que cuestiones técnicas se resolvieran”.

Martin Scorsese
Martin Scorsese, director americano

El problema técnico era que Scorsese no quería que los personajes interpretados por De Niro, Pacino y Joe Pesci y Harvey Keitel fueran interpretados por actores más jóvenes en las escenas clave, ni que los cubrieran de maquillaje. Quería usar tecnología digital para “rejuvenecerlos” en esas escenas, y tuvieron que pasar años antes de que Pablo Helman, supervisor de efectos especiales de Industrial Light & Magic, encontrara la manera de hacerlo.

No solo se trataba de la apariencia. Pacino, de 79 años, y De Niro, de 76, también debían moverse como jóvenes.

“Fue el primer día en mi vida en que trabajé con Pacino”, dijo Scorsese riendo. “Después de una toma en la que debía verse de 49, le dije: ‘Te quedó bien. Quizá hagamos otra. Recuerda que tienes 49 años. Levántate de esa silla como si tuvieras esa edad’. Hicimos la otra toma y Al dijo: ‘¿Qué te pareció?’. Le tuve que decir: ‘Estuvo bien, ahora te veías de 62, pero tenemos que llegar a 49’”.

Scorsese, nació en Queens y creció en Little Italy, en Manhattan, donde su padre trabajaba como planchador y actor, y su madre como costurera y actriz.

Debido a problemas graves de asma, no podía jugar en la calle ni practicar deportes. En vez de eso, el cine local se convirtió en su patio de juegos, y despertó en él una pasión por el cine que duraría toda su vida.

Su fascinación con los tipos rudos y el lado más oscuro de la vida también data de esa época.

“En esa época, mi casa colindaba al este con el que llamaban Barrio de la Milla del Diablo”, dijo Scorsese. “Al oeste con la que llamaban Milla de los Asesinos. Eran nombres llenos de referencias oscuras. Ahí es donde crecí, y me fascinaba”.

Scorsese podría hablar todo el día de sus recuerdos sobre el cine; podría contar, por ejemplo, cuando De Niro plantó la semilla de Toro salvaje.

“Un día estábamos en un gimnasio en la calle 14”, recordó Scorsese. “Bob se subió al ring con un tipo llamado Jimmy. Yo estaba recuperándome de un largo periodo de búsqueda qué tipo de película filmar. Solo me senté en el gimnasio y me di cuenta de que no puedes solo filmar una escena de boxeo; debes diseñarlo todo, como crear una coreografía. Durante un momento me quedé ahí paralizado mientras ellos seguían peleando. Estaba tratando de entenderlo todo”.

“Después Bob me preguntó: ‘¿Estás bien? Y, por cierto, me estoy matando ahí arriba. ¿Estás poniendo atención?’”.

En el set de Casino, agregó Scorsese, hubo pláticas filosóficas. “Dios les dio a esos personajes su paraíso de pecado”, explicó. “Les dio Las Vegas y aun así lo arruinaron todo y los expulsaron del paraíso. Solíamos sentarnos y hablar sobre el significado de eso”.

Sonrió. “Esa película aún me recuerda a la historia que Nick solía contarnos sobre el tipo del viejo vecindario que era un ladrón”, dijo. “Iba mucho a la iglesia y le rezaba a Dios para que le diera la fuerza para robar un poco más. Le decía: ‘Por favor, Dios, tengo que trabajar. ¡Es todo lo que sé hacer!’”.

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