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¿Cómo es que Linda Hamilton volvió a ser Sarah Connor en la nueva Terminator?

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Linda Hamilton

El jueves se estrena, "Terminator: Destino Oculto" con el regreso a la franquicia de Hamilton, James Cameron y Anrold Schwarzenegger

Linda Hamilton
Linda Hamilton, una mujer de armas tomar

Linda Hamilton se ríe como canta Courtney Love: con una rasposa bravuconada. Sería una risa intimidante si no le saliera así de fácil, ni la soltara tantas veces.

Por ejemplo, la historia que Hamilton cuenta sobre la vez que fue a un salón de billar de Carolina del Norte, poco después de que Terminator 2: El juicio final le diera un lugar permanente en el altar de la cultura pop. Mientras jugaba, Hamilton podía sentir que la gente le clavaba la mirada: ¿Era realmente la actriz que había interpretado a la camarera convertida en guerrera Sarah Connor en la película más grande de 1991?

“Escuché a alguien susurrar: ‘Esa no puede ser ella. ¡Jugaría billar mucho mejor que eso!’”. Recordando la historia, Hamilton largó esa risa gutural. “No soy Sarah Connor, que puede hacer todo de manera brillante”, dice. “Me ha mantenido muy real, porque tiendo a cambiar de dirección cuando la gente me asigna ese rol”.

Después de casi tres décadas tratando de sacarse de encima la larga sombra de Sarah Connor, Hamilton, de 62 años, finalmente repitió al personaje para Terminator: Destino oculto que se estrena este jueves. Después de tanto tiempo alejada de la franquicia Terminator, no se puede culpar al público por preguntarse dónde ha estado.

La respuesta está en la colorida casa de Nueva Orleans, donde me prepara una taza de té Earl Grey. “¡Acá tenés, bebé!”, dice, ilustrando una de las diferencias clave entre ella y su personaje: Linda Hamilton puede llamar “bebé” a un extraño mientras que Sarah Connor siempre está más cerca del improperio.

El día que la conocí, Hamilton estaba rubia, delgada y sin maquillaje; cada uno de sus movimientos era seguido por dos perros, un enorme pastor llamado Turk y Noodle, un pequeño perro faldero. En su muñeca hay un tatuaje con la ubicación de la villa de Malibu que vendió en 2012, poco después que se terminaran sus apariciones en la serie Chuck : “Me desperté un día y dije: ‘Bueno, estoy en mi hermosa mansión, sin mis hijos, mis agentes no llaman y esto no es real’”.

Terminator Dark Fate
Gabriel Luna se enfrenta a un deteriorado T800 interpretado por Anrold Schwarzenegger

Desilusionada, dejó los muebles y huyó de Los Ángeles, radicándose por unos años en una granja de Virginia antes de mudarse a Nueva Orleans, una ciudad de la que le encanta su espíritu vivo. “Conozco a la gente de aquí en cuatro años mejor de lo que he conocido a nadie en Malibu”, dijo. Las paredes de su casa de dos pisos están repletas de pinturas y retratos; la única forma en que Hamilton consideraría tomar un nuevo esposo, bromeó, es si la propuesta proviene de su artista favorito, Kehinde Wiley.

De lo contrario, su vida en Nueva Orleans es gratificantemente espartana. “Amo mi tiempo a solas como nadie”, dijo Hamilton, quien se divorció de su director de Terminator 2, James Cameron, en 1999. “He sido célibe durante al menos 15 años. Uno pierde la pista, porque simplemente no importa, o al menos no me importa. Tengo una relación muy romántica con mi mundo y las personas que están en él”.

El director Tim Miller, a quien se le asignó la tarea de atraer a Hamilton a su papel característico para Terminator: Destino oscuro, dijo: “No le importan las trampas del estrellato; de hecho, no parece interesarles en absoluto”, dijo. “Una de las cosas más difíciles para ella al regresar a este personaje fue saber que tendría que volver a ser el centro de atención".

Hamilton estuvo de acuerdo: “Esa fue mi duda: ¿quiero cambiar esta vida encantadora y auténtica por eso? No quería que mis vecinos me miraran de manera diferente. Somos vecinos por lo que somos, no por lo que hacemos, y no quiero que eso vuelva a mi vida “.

Cuando estaba haciendo la primera película de Terminator, estrenada en 1984, Hamilton nunca pudo haber previsto el impacto que tendría en su incipiente carrera. “¿Pensé que iba a convertirme en una estrella de acción y aventura? ¡Nunca!”, dice Hamilton, quien creció en Salisbury, Maryland, y estudió con Lee Strasberg en Nueva York.” Iba a ser una actriz de Shakespeare, y con Terminator, todo se fue para otro lado”.

En esa película seminal de ciencia ficción, Sarah Connor era una mujer común que era blanco de un cyborg que viajaba en el tiempo (Arnold Schwarzenegger) porque iba a ser el salvador de la humanidad. El elenco y el equipo trabajaron largas noches, y Hamilton pasó gran parte de su papel encogida o huyendo. “Fue duro para la psique”, dijo. “Cuando terminé, luché contra la depresión y seguí soñando con Terminator”.

Lo que no había soñado era una secuela. Años más tarde, cuando Cameron la contactó de la nada para ver si se comprometía con Terminator 2, Hamilton solo tenía una condición: en lugar de volver a ser la damisela en apuros, quería que Sarah se volviera loca. “Lo escribí basado en sus condiciones, dijo Cameron.

Dato

La nueva historia borra tres secuelas

Ya lo avisó James Cameron: Terminator: Destino oculto es la continuación de Terminator 2: Juicio Final, desafiliando de la franquicia a Terminator 3: La rebelión de las máquinas, Terminator: La salvación y Terminator: Génesis, las tres secuelas hoy extraoficiales. Es, de hecho, la primera reunión en 28 años del director, guionista y productor de las dos primeras, James Cameron, con la dos estrellas originales de la franquicia, Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger.
Como para dejarlo claro, esta nueva película, que se estrena el jueves en Uruguay, empieza donde terminaba Terminator 2: Juicio final. De acuerdo a la sinopsis oficial, pasaron más de 20 años desde que Sarah Connor previno el Día del Juicio Final, cambió el futuro y reescribió el destino de la raza humana. Dani Ramos (Natalia Reyes) vive de manera sencilla en Ciudad de México, con su hermano (Diego Boneta) y su padre, cuando un muy avanzado y mortal Terminator nuevo -el Rev-9 (Gabriel Luna)- viaja a través del tiempo para cazarla y matarla. La supervivencia de Dani dependerá en que sume fuerzas con dos guerreras: Grace (Mackenzie Davis), una renovada súper soldado del futuro, y una aguerrida Sarah Connor (Linda Hamilton). Conforme el Rev-9 destruye de manera despiadada todo y a quien se cruce en su camino para cazar a Dani, las tres son guiadas hasta un T-800 (Schwarzenegger) del pasado de Sarah, que podría ser su mejor y última esperanza.
Terminator: Destino Oculto la dirige Tim Miller, uno de los directores del momento desde Deadpool.

Aquella versión de Sarah Connor, encerrada en una institución psiquiátrica, tenía guerra en sus ojos y un cuerpo entrenado para ser un arma.

El resultado fue una de las heroínas de acción más indelebles de todos los tiempos, una madre musculosa que luchó como nadie.

Pero la desventaja de una transformación tan potente fue que Hollywood simplemente encasilló a Hamilton más mujeres guerreras, ninguna de las cuales encontró tan interesante como el personaje que acababa de interpretar. “Nadie pensó ‘Ella puede hacer cualquier cosa’”, dice Hamilton, quien esperaba pasar de las películas de acción a las comedias. “En cambio, fue ‘¡Nos va a comer vivos!’. La gente realmente no sabía qué hacer conmigo”.

“No creo que Linda supiera qué hacer con Linda después de Terminator 2”, dijo Cameron. “Le dije: ‘Che, podrías ser la Bruce Willis mujer’. Pero a ella no le interesaba hacer una serie de películas de acción después de T2”.

Después de tremendo éxito, diferentes estudios intentaron extender la serie sin la participación de Hamilton o Cameron: en 2003, Terminator 3: La rebelión de las máquinas mató a Sarah Connor fuera de la pantalla y no alcanzó las alturas de taquilla de su predecesora. Esfuerzos recientes para revivir la franquicia, incluyendo la Terminator: La salvación de 2009 y Terminator: Génesis de 2015, no llevaron a ninguna parte.

Por eso Hamilton se sorprendió hace dos años cuando recibió una carta de Cameron, preguntándole si estaría dispuesta a interpretar a Sarah Connor una vez más. Después de hacer Deadpool, Miller iba a dirigir una nueva película de Terminator que Cameron produciría, y ambos sintieron que para que Terminator: Destino oculto funcionara, las otras secuelas tenían que borrarse y Hamilton tendría que volver.

Ella había estado trabajando ocasionalmente en televisión y no había protagonizado una película importante en más de dos décadas, pero Hamilton aún tenía que convencerse para aceptar. “No es que tuviera miedo de decepcionar a los fanáticos”, dijo. “Tenía miedo de decepcionar a Sarah Connor”.

En una lluvia de ideas junto a Miller y Cameron, Hamilton ayudó a crear una nueva versión de Sarah, ahora convertida en una loba solitaria y canosa que debe formar equipo con una mujer soldado mecánicamente mejorada (Davis) para proteger a otra muchacha (Natalia Reyes) a la que apunta Terminator. La alianza de las tres mujeres no es natural.

“Sarah es un ser roto al comienzo de esta película”, dice Hamilton. “Es una mujer sin país, a la deriva y llena de ira”. Para interpretarla, Hamilton tuvo que cavar más profundo que nunca, aprender a disparar un lanzacohetes y volver a ponerse en forma a los 60 años. “Esto fue 10 veces el esfuerzo que puse en la segunda”, dice.

Hamilton entrenó en el desierto con Boinas Verdes, mientras que los médicos le aplicaron un régimen de suplementos y hormonas bioidénticas para desarrollar músculo. “Tenía un verdadero ejército de expertos tratando de sacar el máximo provecho de este cuerpo”, dice, aunque la vanidad no era la misión. “No creo que haya una persona que se me acerque y me diga: ‘Te ves tan bien para tu edad’. Lo tiré al río Mississippi, porque de eso no se trata. Quiero que la gente me vea y diga: ‘¡Dios mío, qué vieja está!’”.

Cameron dijo que “lo que es realmente genial es que se colgó una gran película de acción a una actriz de 62 años”. También se sintió alentado por el éxito de Jamie Lee Curtis, de 59 años, como una Laurie Strode canosa en el regreso de Halloween del año pasado.

“Es increíblemente liberador interpretar a alguien de esta edad”, dijo Hamilton, aunque Miller no fue más tolerante con ella por eso. Sarah Connor lucha en tierra, aire y agua en Terminator: Destino oscuro, y el rodaje fue arduo. “Tuvimos infecciones de oído por estar en el agua durante tres semanas”, dijo Hamilton, “y luego nos colgaron boca abajo”.

Aún así, Hamilton quería hacer la mayor parte de las acrobacias ella misma: si iba a volver a comprometerse con Sarah Connor después de tanto tiempo, cambiando su vida pacífica por una llena de explosiones y , no iba a hacerlo a medias. “Linda está en su mejor momento cuando tiene un desafío”, dijo Cameron.

Y aunque las cosas se pusieron difíciles, Miller sospechaba que Hamilton estaba disfrutando de las secuencias de acción más de lo que ella mostraba. “Ella sonríe cuando dispara un arma”, dijo Miller.

Después de que terminó Destino oculto, Hamilton admitió: “Pasé tres meses en el sofá comiendo torta, y luego me desperté una mañana y dije: ‘¡Maldita sea, eso fue divertido!’”. “Fue lo más difícil y lo mejor”, dice Hamilton. “¿Y no es eso lo que todos buscamos?”

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