Crítica

Se estrenó María Magdalena, una revisión del personaje bíblico

Le llevó casi 1500 años, a María Magdalena ser valorizada en su justa medida por la Iglesia Católica. Esta película puede ser vista como parte de esa reivindicación tardía.

Aquí, María Magdalena, la prostituta bíblica, es retratada en una nueva dimensión que incluye su condición de apóstol de los apóstoles pero, de manera más anacrónica, en la primera feminista. Lo hace con un elenco estelar que tiene a Rooney Mara en el protagónico y a Joaquin Phoenix como Jesús y un director tirando a impersonal, Garth Davis, el de Un camino a casa, aquella del niño indio que se perdía, era rescatado por una familia y volvía al hogar gracias a Google Earth.

El principal problema de María Magdalena, es el mismo que el de ese antecedente: simplismo. Así, el resultado es una película más interesante por su tesis (el nuevo papel de Magdalena en el imaginario católico) que por su resolución cinematográfica o por el guión que tiende a repetir los momentos bíblicos más conocidos y a la unidimensionalidad de los personajes.

En La última tentación de Cristo, Martin Scorsese había reimaginado el rol de la Magdalena como esposa de Jesús, pero acá no se va por la polémica. Las imágenes estatuarias de su protagonista (a la que ayuda la frialdad habitual de Mara) y el hecho de convertirla en una feminista de una sola pieza, atentan contra cierta profundidad que, a esta altura del partido, resulta indispensable.

Es buena cosa, eso sí, que la película replantee el papel de una de las más importantes mujeres de la historia, pero capaz que el emprendimiento requería una mayor sofisticación.

Es, sin embargo, una película necesaria para un público que no encuentra -entre tanta grosería y falta de modales del cine moderno- una historia inspiradora y de buen corazón. En ese sentido, María Magdalena, como su protagonista, es una bendición en un mundo convulsionado. Si solo fuera un poquito mejor como película.