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El glamoroso desenlace de una ajustada competencia

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Una versión gigante de la estatuilla que todos quieren ganar. Foto: Reuters.
A carpenter uses a hammer to remove protective plastic from an Oscar statue just placed outside the Dolby Theater during preparations for the 87th Academy Awards in Hollywood, California February 20, 2015. The Oscars will be presented at the Dolby Theater February 22, 2015. REUTERS/Rick Wilking (UNITED STATES - Tags: ENTERTAINMENT) AWARDS-OSCARS/ AWARDS-OSCARS/
RICK WILKING/REUTERS

Hoy se entregan los premios Oscar; en Uruguay se vieron las principales nominadas.

Es un rato largo, de eso no hay dudas, con suerte tres horas de autocelebración de una industria mostrando su cara más elegante, lujosa, graciosa, simpática, suntuosa y, porque por encima de todo tienen que estar las películas, más prestigiosa.

Eso será hoy (ver nota aparte), la fiesta de los premios Oscar que desde 1927 entrega la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, la gremial de artistas y técnicos que hacen el cine de Hollywood. Son unos 6.000 especialistas que votan y todo un mundo que opina.

El Oscar como cierre de la zafra de premios ha sido, desde siempre, la oportunidad que tiene la industria de mostrar sus mejores atributos: la capacidad de hacer un cine serio firmado por directores con aspiraciones artísticas, con temas interesantes y en películas en las que los actores pueden hacer lucir su arte. Celebra una isla de cine analógico en medio de un mar de cine digital.

Por las ocho películas nominadas a ser la mejor de 2015 este fue un buen año; todas fueron estrenadas en Uruguay y cuatro de ellas están en cartel.

La más nominada es Revenant: el renacido, que tiene aspiraciones en 12 categorías, incluyendo las más ambicionadas: película, director, guión, fotografía, actor principal y secundario. Intenta además entrar en la historia porque su director, el mexicano Alejandro González Iñarritu tiene pretensiones serias de sumarse a la exclusiva sociedad de los directores que ganaron dos años seguidos (integrada por John Ford y Joseph L. Mankiewicz); González Iñárritu ganó el año pasado por Birdman (o La inesperada virtud de la ignorancia).

Además le podría dar su tercer Oscar consecutivo al fotógrafo mexicano Emmanuel Lubezki y el primero a Leonardo DiCaprio, su protagonista, quien ya estuvo así de cerca cinco veces aunque recién ahora verdaderamente lo merece.

Revenant está buena (es una experiencia cinematográfica que resume el cine de Herzog, Mallick y Tarkovski en un western artístico) pero la favorita es la menos bulliciosa En primera plana, drama sobre la crisis de dos instituciones, el periodismo en profundidad y la Iglesia Católica, a partir de la investigación que hicieron editores y reporteros del encubrimiento oficial en Boston de los sacerdotes abusadores de menores. El director Tom McCarthy (nominado) sabe que con el material que tiene no se precisan muchos artilugios, así que se limita a seguir a su ensemble de actores (que incluye a los nominados Rachel McAdams y Mark Ruffalo). Claramente lo que hace González Iñárritu es más llamativo y llena más el ojo.

La otra gran nominada —siete categorías—, es la espectacular Mad Max: furia en el camino, odisea de acción en la que el director George Miller retoma la franquicia que él mismo empezó, reemplazando a Mel Gibson por Tom Hardy y dejando a Max en un papel casi secundario ante la avasallante emperatriz Furiosa de Charlize Theron (quien no está nominada). Miller hizo un gran trabajo en recuperar el viejo espíritu de las películas de acción, no da descanso al espectador, y en su aplicación a los efectos visuales, hizo una coreografía de la violencia que, sin dudas, demandó un gran trabajo de logística. Es, como los viejos directores, un general al frente de una tropa de locos haciendo cine. Esa clase de compromiso debería ser reconocido.

Otro viejo general, el británico Ridley Scott, consiguió que su mediocre pero vistosa Misión rescate tuviera siete nominaciones, dejando claro que fue un buen año para las películas de ciencia ficción y fantasía. A Scott, que no compite como director, se lo ve en buen forma (por lo menos más afinado que en Éxodo: Dioses y reyes) pero eso no alcanzaría para hacerse con algo más que algún Oscar en los rubros técnicos, que suman y reconocen una parte imprescindible de las películas, sí, pero que en el fondo importan poco.

Una sorpresa podría darla La gran apuesta, casi una comedia documental sobre las causas de la crisis económica estadounidense de la década pasada. Tiene un buen elenco (está nominado Christian Bale como secundario), un guión interesante e imaginativo (nominado) y un director (Andy McKay, nominado) que hace lo suyo sin tropiezos y con algún momento inspirado. En total tiene cinco nominaciones.

De las otras aspirantes a Mejor Película, estaría bien que se reconozca el guión de Nick Hornby de Brooklyn, la romántica historia de una irlandesa que intenta empezar su vida en Nueva York. Y sería justo, y seguramente pase, que Brie Larson se lleve el de Mejor Actriz por su composición de una madre aislada con su hijo a merced de un secuestrador en La habitación. Lo de Larson es infinitamente superior a lo que hace Cate Blanchett, que parecía ser la favorita, en Carol; su principal competidora podría ser Charlotte Rampling por la aún no estrenada en Uruguay, 45 Years, si a los miembros de la academia les da más por ir por la nostalgia que por el futuro.

En todo caso, que la cuota de reconocimiento la gasten con Sylvester Stallone que está muy bien en su personaje más clásico y melancólico, Rocky Balboa, en la sorprendente Creed. El premio a la Mejor Actriz Secundaria le calzaría bien a Jennifer Jason Leigh (por Los ocho más odiados), actriz de larga carrera, que proviene de una familia de Hollywood (es hija de Vic Morrow, el sargento Sanders de la serie Combate) y que entregó un personaje clásico en la última de Tarantino.

Hoy, como todos los años, nos sentaremos frente a la televisión a mirar una ceremonia que siempre se termina viendo medio adormilado, indignándonos con injusticias, celebrando coincidencias, esperando que terminen rápido los números musicales y emocionándonos con los homenajes y las despedidas. Una noche de Oscar, bah.

Los detalles de una gala que genera bastante expectativa.

La ceremonia de la 88º entrega de los Premios Oscar se podrá ver en vivo por La Tele desde las 22:30, con la conducción de Victoria Rodríguez y Carlos Dopico. En América Latina se podrá seguir por el canal de cable TNT.

Será, como de costumbre, en el Teatro Dolby de Los Angeles, y contará con el humorista Chris Rock como presentador. El actor tendrá revancha, pues en 2005, cuando estuvo al frente de esta gala, recibió duras críticas de la prensa internacional. De hecho, fue considerado de los peores anfitriones de todos los tiempos.

No es nada fácil, está claro, entretener a los presentes y a la audiencia en una gala extensa. Año tras año los dedos señalan al que tiene que mantener el hilo de la noche, que pocas veces logra convencer.

Además esta vez los Oscar, los premios más importantes de la industria cinematográfica, que cierran la temporada de galardones, esperan no perder su glamour ni su interés a pesar del boicot que han propuesto varios artistas, molestos por la falta de diversidad racial en las principales categorías.

Chris Rock hará lo posible por borrar aquella imagen negativa, y dejar una mejor y más entretenida impresión, pero también se esperan sus referencias a esta polémica.

Además de Rock, los Oscar contarán con 46 presentadores que se encargarán de anunciar a los ganadores en cada categoría. Resaltan este año figuras como Cate Blanchett (nominada a Mejor Actriz por Carol), Rachel McAdams (nominada a Mejor Actriz de Reparto por En primera plana), Eddie Redmayne (ganador a Mejor Actor el año pasado por La teoría del todo, y aspirante en el mismo rubro ahora por La chica danesa), entre tantos.

Y, como cada año, las canciones que compiten por Mejor Canción Original serán interpretadas en vivo. Aunque no estarán todas: J. Ralph y Anohni (el primer transgénero nominado a estos premios) y tampoco Sumi Jo, en carrera por los temas de Youth y de Racing extinction respectivamente, no participarán.

Sí cumplirán con sus performances Lady Gaga (quien el año pasado rindió homenaje a La novicia rebelde); The Weeknd y Sam Smith. Ellos buscan la estatuilla en la categoría musical, por las composiciones para los largometrajes The hunting ground, Cincuenta sombras de Grey y Spectre, en ese orden.

Hay mucha expectativa por esta edición, que tendrá cobertura especial en El País.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Foto: Reuters.

La noche más esperada del cine

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