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Un galán inoxidable que es estrella multifacética

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Costner no siempre gozó de prestigio, pero ultimamente ha sido revalorado.
Der US-amerikanische Schauspieler Kevin Costner sitzt am Samstag (30.09.06) in der ZDF-Unterhaltungsshow "Wetten, dass..?" in der DM-Arena in Karlsruhe. Es war die erste Sendung nach der Sommerpause. Foto: Johannes Simon/ddp
Johannes Simon/ddp

Alo largo de su carrera ha conocido las mieles del éxito y las hieles del fracaso, ha sido uno de los hombres más guapos del mundo y tiene su propia banda de música. Ahora, con sesenta años que no aparenta, Kevin Costner vuelve con fuerza al cine.

Black or White, su próxima aparición en el cine, ha pasado por varios festivales pero no llegará a las pantallas estadounidenses hasta el 30 de enero, unos días después de que haber cumplide 60 años, el día 18, mientras que el 20 de febrero estrenará McFarland, en la que vuelve a uno de los temas que le son más queridos, el deporte.

El actor afronta los 60 con ímpetu renovado, el que le llevó a hacer el año pasado cuatro películas, tres de ellas ya estrenadas: Jack Ryan: Código sombra, 3 Days to Kill y Decisión final.

Nacido en California en 1955, en el liceo se destacó como deportista —en muchas de sus películas el deporte tiene un papel central— y fue en la universidad, donde se graduó en empresariales, cuando asistió a las clases de interpretación.

Costner se define como "el estadounidense por antonomasia, sin lugar a dudas (...) Todo lo que tienes que hacer es ver los papeles (que he interpretado). No puede haber dos personajes más estadounidenses que Crash Davis (Bull Durham, 1988) y Roy McAvoy (Tin Cup, 1996)", aseguraba en una entrevista.

El salto a la interpretación lo dio tras hablar con Richard Burton a quien abordó en un avión y quien le dijo que si quería ser actor debía ir a por todas, así que dejó su trabajo y se fue a Hollywood.

Allí comenzó su carrera en 1981 pero no tuvo notoriedad hasta Silverado (1985) y dos años después se convertiría, de la mano de Brian de Palma, en el incorruptible Eliot Ness, en Los intocables.

Después llegaron éxitos como Danza con lobos (1990) —su debut en la dirección— y JFK (1991). Costner vio cómo en tres años consecutivos un film con sí mismo como protagonista lograba la nominación al Oscar a mejor película.

El premio llegó con Danza con lobos, en la que se puso delante y detrás de la cámara y, aunque no logró la estatuilla como mejor actor, sí se hizo con las de mejor película y director.

Tras las mieles del éxito, Costner también supo lo que podía ser el fiasco, que se escribió, primero, con Waterworld (1995) en la que la humanidad trata de sobrevivir en un mundo donde se han derretido los polos y que hizo aguas en la taquilla con pérdidas de cien millones de dólares.

En 2008 creó la Kevin Costner & Modern West, una banda de rock&roll con raíces que ya ha editado tres discos. Y es que, para él cantar y actuar son dos maneras de contar historias, por lo que se trata de artes hermanas.

Éxitos y fracasos, todo sumado, Costner aseguraba en una entrevista en 2000: "Estoy feliz con las cosas que he hecho, no siempre contento con el resultado, pero sí con las decisiones, porque las tomé por mí mismo, creo que esa es una forma importante de ir por la vida".

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Costner no siempre gozó de prestigio, pero ultimamente ha sido revalorado.

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