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Estrellas que cambiaron de lugar

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Crowe interpreta a un granjero que quiere saber que pasó con sus hijos.
Mark_Rogers

Otro actor que cambia de posición y se coloca detrás de la cámara. El próximo jueves llega a Montevideo Camino a Estambul, primera película dirigida por Russell Crowe, protagonizada por el propio Crowe y en la que también actúan , Olga Kurylenko, Jai Courtney, Isabel Lucas, Damon Herriman, Jacqueline McKenzie y otros.

La acción transcurre cuatro años después de la devastadora batalla de Gallipoli de 1915, en Turquía, ese famoso fracaso aliado en la Primera Guerra Mundial. El granjero australiano Connor (Crowe) viaja a Estambul para descubrir qué ha pasado con sus tres hijos, que han sido declarados desaparecidos en combate. Durante su búsqueda establece una relación con una mujer turca, propietaria del hotel en el que se hospeda. Aferrado a la esperanza y con ayuda de un oficial turco, el personaje se embarca en un viaje a través de Turquía para descubrir la verdad acerca de sus hijos.

Crowe puede tener sus virtudes como actor y lo ha demostrado en películas tan diversas como El informante, Gladiador (por la que obtuvo un Oscar) o Una mente brillante. Lo que no es, decididamente, es un tipo humilde. Explicando las razones que lo llevaron a optar por la dirección ha reivindicado la "libertad creativa", añadiendo. "Si me diesen a elegir a cualquier director vivo con el que trabajar, no escogería a ninguno; no creo que exista uno solo del que a estas alturas pueda aprender algo. Hay muchos que me fascinan, eso es distinto, pero habiendo probado ya las mieles de mi propio rodaje, creo que puedo decir que hasta la fecha es el más feliz y divertido que he conocido nunca". De todos modos admite que se trata de una postura que tiene sus riesgos, y que puede verse obligado a cambiar de opinión: "Si esta película no funciona volveré a trabajar para otros, y tampoco está mal, aunque será volver a un limbo no muy cómodo para mí."

Carreras.

Por supuesto el fenómeno es tan antiguo como el cine mismo, y podría iniciarse con Charles Chaplin, un talento mayor a ambos lados de la cámara.

Pero no hay dos casos iguales. Existen intérpretes que ha incursionado ocasionalmente en la dirección, a veces casi por obligación. Anthony Quinn dirigió El bucanero (1958), como un favor a su suegro Cecil B. DeMille, que iba a ser el realizador original pero enfermó antes de empezar el rodaje. Marlon Brando asumió la dirección de El rostro impenetrable (1961) luego de que dos colegas (Stanley Kubrick y Anthony Mann) huyeran despavoridos ante los desplantes del divo. John Wayne dirigió una película y media (El Álamo, 1960; Los boinas verdes, 1965, esta última codirigida con Ray Kellogg). Misma cifra para Burt Lancaster (Hombre hasta el fin, 1955; El hombre de la medianoche, 1974, codirigida con Roland Kib- bee), y un poco más, dos películas cada uno, para Kirk Douglas (Aventuras de un bribón, 1973; Justicieros del Oeste, 1975) y Robert De Niro (Una luz en el infierno, 1993; El buen pastor, 2006). Es más raro que un intérprete incursione una sola vez en la realización y el resultado sea una obra maestra (La noche del cazador, 1955, de Charles Laughton). Otro ejemplo de "caso único": El secreto sellado (1957) de Karl Malden.

En el otro extremo están obviamente los actores que han demostrado una mayor persistencia y más talento detrás de la cámara que frente a ella: el caso más notorio es el de Clint Eastwood, una real leyenda del Hollywood de hoy. Ejemplos similares pueden ser Robert Redford, un hombre con menos títulos dirigidos (nueve hasta el momento) pero ciertamente merecedor de respeto, o George Clooney, con una similar vocación por la polémica liberal (el listado de liberales inquietos debe incluir también a Sean Penn y Tim Robbins, tipos con aportes respetables).

A Mel Gibson le bastaron cuatro películas (y en particular las dos últimas, La pasión de Cristo y Apocalypto) para exhibirse como uno de los mejores narradores de Hollywood. Kevin Costner ha tenido menos suerte: lo llenaron de premios Oscar por Danza con lobos (1990), y todo el mundo ignoró su muy superior Pacto de justicia (2003). Y cabe todavía alguna expectativa en torno a Ben Affleck. Hasta Jack Nicholson ha dirigido algunas cosas, incluyendo una secuela de Chinatown llamada The Two Jakes.

Para no ser acusados de totales machistas, recordar el aporte femenino, desde la olvidada Ida Lupino hasta las más cercanas y a menudo interesantes Jodie Foster o Angelina Jolie, La lista puede seguir.

ACTORES QUE DIERON EL SALTO

El Álamo - John Wayne.

La famosa batalla en la que se decidió el destino de Texas. Debut de Wayne como director, y la película por la que seguramente quiso ser recordado. Históricamente dis- cutible, sermoneadora y patriotera (aunque el enemigo mexicano aparece pintado con inesperada dignidad), se las arregla empero para crecer en su extenso fragmento final hasta niveles de epopeya.

Imperdonables - Clint Eastwood.

El primero de los dos Oscar de Clint Eastwood (el otro fue "Million Dollar Baby"), y uno de los tres westerns que han ganado el premio. Un intento de desmitificación del género que se muerde la cola (lo me- jor que tiene es la recupera- ción de lo mítico en la se- cuencia final), con más filo- sofía de la habitual en Clint pero también la marca de un respetable narrador.

Apocalypto - Mel Gibson.

Algo así como Rambo entre los mayas, pero con infatigable imaginación visual y un pulso narrativo que nunca decae. Gibson sabe indiscutiblemen- te contar una historia, en este caso curiosamente cercana a una vieja aventura africana (La prueba del león o La presa desnuda, 1965) que también fuera dirigida por una estrella pasada a la dirección, el hoy olvidado Cornel Wilde.

Argo - Ben Affleck.

Affleck había dejado intuir que además de ser el más inexpresivo de los actores podía ser también un narrador interesante en "Desapareció una noche" y "Atracción peligrosa". De todos modos pareció un despro- pósito que la Academia pre- miara con el Oscar este tercer trabajo suyo acerca de un operativo de la CIA durante la crisis de los rehenes en Irán.

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Crowe interpreta a un granjero que quiere saber que pasó con sus hijos.

se estrena “Camino a Estambul”, el debut de Russell Crowe como director

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