Crítica

Se estrenó Por siempre jóvenes, una comedia italiana que se queda corta

A la comedia italiana la aprendimos a querer desde la histórica altura de directores como Dino Risi o Mario Moniccelli o estrellas como Totó, Vittorio Gasmman o Alberto Sordi. Por siempre jóvenes está lejos de ese estandar. Muy lejos.

Quizás el público uruguayo —tan afecto al género gracias a la inercia cultural de aquellos años y a algún ejemplo interesante que suele aparecer aunque demasiado esporádicamente— pueda hallar graciosa esta historia bien italiana sobre personajes que se niega a madurar, un asunto que deberían haber encarado hace años. Hay, además, un cierto conformismo donde antes había corrosión. Es como una película para la televisión con su prespuesto y sus limitaciones.

El Forever young, así en inglés del título original, refiere a una canción de Alphaville, que debe ser un gran éxito en el programa de oldies que conduce Diego. El es uno de los cuatro personajes que no aceptan el paso del tiempo y afrontan la circunstancias con distintas estrategias. Los otros lidian con eso saliendo con parejas más jóvenes, siendo infieles sin mucho convencimiento o practicando deportes de los que convendría estar lejos.

Del director Fabio Brizzi se conoce poco por acá: de sus 11 películas solo se había estrenado una, Ex. No es que nos hayamos estado perdiendo mucho. En Por siempre jóvenes apuesta, casi exclusivamente, a la simpatía y la identificación que puede sentir su público, que bien puede estar desencantado con eso del paso del tiempo, las oportunidades perdidas y, principalmente, el horror a las nuevas generaciones. De esas cosas se pretende hablar.

Pero antes que nada Por siempre jóvenes es una oportunidad perdida. El costumbrismo italiano solía ser otra cosa.