Ganadora del Premio del Jurado en el festival de Cannes de 2013, De tal padre, tal hijo es otra reflexión del director japonés Hirokazu Koreeda, sobre la paternidad, la infancia y las consecuencias de una sobre otra.

Lo hace desde la tradición del más grande director nipón, Yazujiro Ozu, quien supo tocar estos temas con la misma delicadeza; Koreeda igual ha dicho que prefiere que lo comparen con Ken Loach.

El punto de partida aquí es de melodrama. Dos familias se enteran que los niños que en realidad han estado criando estos últimos seis años, no son sus hijos, sino que se los intercambiaron en la maternidad. Las dos familias no pueden ser diferentes: una es de clase media alta, un tanto estirada y con padre que mantiene una relación algo fría con su hijo único; la otra son tenderos, tienen dos hijos más y el padre es un poco pollerudo, es cierto, pero le pone onda a la paternidad. Enterados de la situación deciden ir probando cómo enfrentarla antes de llegar a lo inevitable: deben intercambiar los nenes.

La anterior película de Koreeda, Kiseki, oponía también dos mundos familiares pero a partir de dos hermanos separados por el divorcio de sus padres. Y acá vuelve a manejarse al borde del estereotipo pero ese es un riesgo que toma al meterse con temas tan sensibles que dependen tanto de las casualidades y que en el fondo no pretenden ser más que una comedia agradable. Pero su mirada intimista y la sutileza de sus imágenes sortean cualquier obstáculo.

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A medida que avanza, el espectador empieza a entender que la película no es necesariamente sobre esos niños y lo que están viviendo (de hecho se lo toman con bastante naturalidad), sino sobre uno de lo padres: ese arquitecto frío demasiado pendiente sobre su trabajo que repite la crianza que tanto le critica a su propio padre. Es él quien debe pasar por un crecimiento personal que tiene cosas para aprender de una situación que, como él dice, "arruinó" su familia. Es una película que analiza los riesgos modernos de la paternidad.

Más allá de lo sanguíneo, parece decir la película, lo importante son los momentos vividos, esas instantáneas de felicidad que construimos con nuestros padres. Y lo mejor sería no proyectar frustraciones personales en nuestros hijos.

Koreeda es un director japonés de los importantes. En Uruguay, exclusivamente a través de Cinemateca Uruguaya se han conocido por lo menos cinco títulos incluyendo el primero de proyección internacional, After Life. Que una de sus películas llegue al circuito comercial es un acontecimiento.

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