George Miller habla de su brillante año con "Mad Max: furia en el camino".

Al que la vio no debería sorprenderle que Mad Max: Furia en el camino haya terminado con 10 nominaciones para el Oscar, entre ellas a Mejor película y Mejor director para Miller, el australiano que inventó el personaje a fines de la década de 1970.

En esta charla, el director habla de Furiosa, la verdadera protagonista de la película, cómo le sienta que la gente se tatúe sus personajes y Mel Gibson.

—A Mad Max: Furia en el camino le está yendo muy bien en la temporada de premios. ¿Quién hubiera pensado que algo así iba a suceder?

—Bien dicho. ¿Quién lo hubiera pensado?. En serio, la película salió algo así como en mayo del año pasado y no imaginé que acá iba a estar de nuevo hablando de ella, lo que está divino, sabés, lo que está muy bueno. Cuando uno está metido en esta temporada de premios y ve que la gente respondió de una manera tan positiva, uno dice: "Bien, voy a disfrutar de esta fiesta mientras dure".

—En broma, escribí una vez que la película debería llamarse Mad Max: El camino de Furiosa.

—Sí, eso está bueno. Bien al principio, la idea que germinó era la historia de una persecución continua con la que nos propusimos ver hasta dónde podíamos aguantarla. El llamado McGuffin, el asunto por el que todo el mundo está luchando, se concentró en las cinco esposas quienes eran básicamente los animales de cría, que es lo que eran, de un decadente señor de la guerra. Necesitaban un guerrero de carretera. Y tenía que ser una mujer.

—¿Tenía que ser una mujer?

—Sí. Tenía que ser una mujer porque si hubiera sido un hombre, hubiera sido un hombre robándole las esposas a otro hombre. Y esa es un historia diferente. Lo que yo no esperaba era cómo Charlize (Theron, que interpreta a Furiosa en la película) era capaz de agarrar el personaje y darle todo lo que tenía al punto de que, sabés, la gente se está haciendo tatuajes de Furiosa. Como el inventor y el narrador de la historia es un poco atemorizante para mí. Un par de veces me ha parado en la calle gente que me dice, "¿puedo mostrarte mi tatuaje". Y son jóvenes que se tatuaron a los personajes.

—¿Y vos no les decís que fue una idea terrible?

—No, no lo hago. Solo les digo "qué lindo tatuaje". Y si es muy bueno, quedo muy impresionado. Pero pienso, que el año que viene, nadie se va a acordar de eso.

—¿Sabés si Mel Gibson vio la película o hablaste con el sobre ella?

—La primera vez que vi la película con público fue en la première en Los Angeles, a comienzos de mayo, y Mel estaba ahí, sentado al lado mío durante la proyección.

—¿Te esperabas eso?

—No me lo esperaba. Nos sentamos juntos y Tom (Hardy, quien interpreta a Max) estaba detrás nuestro y yo sabía que Mel estaba metido en la película porque me pegaba en las costillas. A medida que avanzaba la película me daba cuenta que la estaba disfrutando y mostró un gran respeto por la película y eso estuvo buenísimo.

—¿Le hubiera gustado estar en ella?

—No, pienso que ese momento ya había pasado hace mucho, mucho tiempo. Lo íbamos a hacer a comienzos 2000 y nada salió bien, y encima Mel metió toda esa turbulencia en su vida.

cineCara Bucley, The New York Times