Cine

Se estrena "Jurassic World: el reino caído" y promete sustos, sorpresas y regresos

Siempre se vuelve. A la Isla Nublar, esa que aparentemente está ubicada a menos de 200 kilómetros de Costa Rica, siempre se vuelve. Más que por sus playas paradisíacas o sus selvas pobladas, la isla caribeña tiene algo que no se puede encontrar en ningún otro rincón del mundo: dinosaurios.

Steven Spielberg fue el primer guía encargado de pasear a un mundo de espectadores en un recorrido imaginario por la Isla Nublar, donde se encontraba instalado y a punto de inaugurarse el Parque Jurásico. La primera excursión se hizo hace 25 años, en 1993. Los resultados no fueron muy auspiciosos para el futuro del turismo de dinosaurios.

El responsable de una nueva travesía no es estadounidense. Es español, cineasta, y se llama Juan Antonio García Bayona. O J.A. Bayona, como se lo conoce en Hollywood.

A diferencia de las tres incursiones que Spielberg hizo como director, y una que Colin Trevorrow realizó en 2015 para relanzar la saga, la aventura emprendida por el artista español tiene una particularidad: puede que se trate del último viaje que veremos a la Isla

De acuerdo a la promoción de Jurassic World: el reino caído, que los uruguayos podrán ver desde el miércoles, el hogar deslumbrante de los dinosaurios resucitados será destruido por un volcán. No es un meteorito, no, pero es una catástrofe natural que tiene olor a algo los animales prehistóricos ya conocen: la extinción.

Afortunadamente para los antepasados de los pájaros, siempre hay un grupo de humanos en la vuelta convencidos de que en el siglo XXI hay lugar para los dinosaurios. Entre ellos se encuentran el exmilitar y domador de velocirráptores. Owen Grady (Chris Pratt). Convencido por la administrativa y experta en correr con tacones, Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), Owen regresa a los restos del parque para salvar a los responsables de la catastrófica experiencia que acabó, una vez más, con el afán económico que varios inversores tenían en los paseos de Mundo Jurásico.

A golpe de balde, la premisa de El reino caído hace acordar a la secuela que Spielberg dirigió en 1997 y con la que comparte un nombre similar: El mundo perdido. En este mundo ficticio, basado en las novelas de Michael Crichton, los humanos rara vez aprenden que encerrar a los reptiles gigantes que una vez dominaron la Tierra suele terminar con un solo tipo de resultado: el peor.

Parte del compromiso constante entre la audiencia y la saga de aventura fantástica ha sido que no hay que analizar mucho las excusas para volver a la Isla Nublar y sus territorios adyacentes. Siempre que haya un T. Rex, un par de velocirraptores y alguna otra especie colorida que deje a los espectadores boquiabiertos -como lo hizo Spielberg hace 25 años al mostrar a un grupo de saurópodos-, el público estará pronto y armados con un balde de pop y lentes 3D para volver al parque.

Como series cinematográficas, Parque Jurásico y Star Wars comparten muchas similitudes. Ambas fueron creadas por dos de los directores más exitosos del cine estadounidense (que además resultan ser amigos y colaboradores) y fueron relanzadas a mediados de la década de 2010 por directores más jóvenes, moldeados e influencias por la imaginación detrás de las obras Spielberg y George Lucas.

Mientras que J.J. Abrams creó en 2015 nuevas aventuras de Star Wars, Trevorrow hizo lo mismo con los animales de Spielberg. Ambas producciones contaban con múltiples guiños y homenajes a sus capítulos originales, al mismo tiempo que intentaban introducir personajes que despertáran el fanatismo en los más jóvenes.

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Con la reintroducción y consecuente destrucción del parque en Mundo Jurásico, Trevorrow -quien se mantiene como guionista en El reino caído- y su coautor Derek Connolly tienen ahora la libertad de plantear nuevas direcciones para la saga.

Sí, la isla vuelve a tener protagonismo pero la secuela también promete sorpresas. Y en parte, el fichaje del español J.A. Bayona parece responsable de ello.

El reino caído no solo tendrá un nuevo y aparentemente imparable dinosaurio modificado genéticamente -se llama Indoraptor y se dice que es más pequeño pero más letal que el antagonista anterior, el Indominus rex-, sino que también se verá a algunos dinosaurios causando estragos en la civilización. ¿Hay algo más espeluznante que un dinosaurio corriendo en los pasillos de una casa de familia?

Bayona, por su parte, parece haber sido el culpable de imágenes como esa. El español demostró que puede filmar terror como pocos en El orfanato y también demostró su destreza al reconstruir, en Lo imposible, el tsunami que arrasó Indonesia, Tailandia y Malasia en 2004. A su vez, el español también emocionó con la interacción entre un niño y un ser colosal en Un monstruo viene a verme, un relato de fantasía que era más devastador de lo pensado. Bayona, quien adelantó que la película se pondrá cada vez más claustrofóbica a medida que avanza la historia, parece haber traído un poco de cada uno de esos trabajos previos en su turno de jugar con dinosaurios.

Y si bien El reino caído es una secuela que retomará varias de las líneas de argumento planteadas en su primera parte, el regreso más esperado no es el de Owen, el T.Rex ni Blue, la velocripator inteligente. En cambio, es un humano quien parece unir todo el mundo jurásico de casi treinta años: Ian Malcom. El carismático académico interpretado por Jeff Goldblum (quien ya de por sí tiene varios rasgos de su personaje) regresará para la película en un rol que no ha sido promocionado pero que promete emocionar a los fanáticos más viejos.

Con Malcolm de regreso, es imposible no pensar en la fascinación del personaje hace 25 años, cuando el relato de Spielberg le presentó a los dinosaurios como nunca se los había visto. Ahora, le toca a Bayona tratar de dejar a su público boquiabierto. Tiene con qué hacerlo.