Crítica
Crítica a la película Megalodón, que se estrenó ayer.
Megalodón parece una de esas películas que son malas a propósito, donde el espectador queda en la encrucijada entre reírse o asustarse. Como también sucedía con títulos como Sharknado, Pirañaconda o Castores zombies que caían en todos los clichés posibles del cine fantástico que incluye animales que comienzan a matar gente.
Aquí, la historia se centra en un grupo de investigadores que, en Asia, están investigando una teoría sobre que el suelo submarino puede no ser lo más hondo del océano. Así bajan y, efectivamente hacen un Viaje al centro de la tierra donde se topan con el megalodón.
Claro que no se trata de una criatura marina jurásica común, si eso es posible, este monstruo es malo y hasta parece pensar y tener gestos humanos.
Uno podría pensar que con tanto presupuesto (se invirtieron más de 150 millones de dólares), los efectos visuales tendrían un gran destaque, pero eso no sucede. El megalodón se pasea debajo de una playa, sin generar movimiento en la superficie, pese a ser una criatura que mide más de 25 metros y que destruyó un submarino nuclear.
Afortunadamente para los científicos está Jason Statham, quien demuestra que solo puede interpretar el mismo papel siempre, el chico rudo con buen físico y sonrisa enorme. Lucha contra el monstruo, tiene ideas fantásticas que a ninguno de los científicos se les ocurrió y parece ser el único capaz de poder salvar el día.