Publicidad

El desafortunado viaje de una joven promesa

Compartir esta noticia
El director de ¿Qué pasa doctor? resucita un cine que le gusta en su nueva película.

La apariencia primera es la de una película de Woody Allen. Owen Wilson, quien ya estuvo en Medianoche en París, protagoniza Terapia sobre Broadway, y la ambientación del film en el universo del teatro establece otra conexión con el cine de Woody (y especialmente con Disparos sobre Broadway, claro). Para más datos, ver la crítica acá al lado.

Pero las referencias cinéfilas del último film de Bogdanovich, que se estrena hoy en Montevideo, vienen en realidad de más lejos y tienen que ver con la personalidad de su director, de quien hace más de cuatro décadas se pensó durante diez minutos que podría convertirse en un genio del cine y luego demostró que no lo era, pero que ha llevado adelante una carrera con desniveles. Esta película que llega ahora es uno de sus puntos (relativamente) altos.

Nacido en 1939, Bogdanovich tenía una bien ganada fama como crítico cinematográfico (ha escrito algunos libros fundamentales sobre Orson Welles, Fritz Lang y John Ford; sobre este último hizo también un espléndido documental, Directed by John Ford, en 1971) cuando el "rey de la clase B" Roger Corman le ofreció la oportunidad de dirigir Míralos morir (1968), un "thriller" de bajo presupuesto que no estaba mal sobre un asesino de masas. De ahí saltó a la consagración con La última película (1971), melancólica evocación de un pueblito texano en los años cincuenta, según relato de Larry McMurtry que llevó a que algunos lo consideraran "el nuevo Orson Welles".

No lo era, pero había un interés real en esa película, y siguió habiéndolo en las que hizo inmediatamente después: ¿Qué pasa doctor? (1972) era una mezcla de "remake" y homenaje a Domando al bebé de Howard Hawks (incidentalmente, la "última película" que se exhibía en el cine que cerraba en su film anterior era Río Rojo, también de Hawks); Luna de papel (1973) fue una comedia de pícaros que tenía su gracia y su emoción; Daisy Miller (1974) no era memorable pero zafaba como adaptación de Henry James. Poco después empezó la debacle.

Fue difícil entusiasmarse con el musical Al fin llegó el amor (1975), hubo solo un encanto menor en Aquella locura del cine (1976), y casi nadie necesitó Máscara (1985) o Texasville (1990), tardía secuela de La última película (no estuvo mal en cambio Nuestros amores tramposos, 1981, una película que casi nadie vio). En los últimos 15 o 20 años, sin embargo, Bogdanovich pareció eclipsarse: dirigió cosas para televisión, desde una secuela de Al maestro con cariño (1996) hasta algún intento de resucitar la vieja serie La ciudad desnuda (1998) y algún episodio de Los Soprano (2004), pero en todos esos trabajos y en otros se limitó a poner en juego una correcta artesanía, sin rastros de inquietud ni de expresión personal.

En los últimos diez años solo se había colocado detrás de la cámara para rodar el documental rockero Tom Petty and the Heartbreakers: Runnin Down a Dream (2007). Con Terapia en Broadway, sin embargo, parece haber retornado a un cine con el que se siente cómodo y que le gusta: la gran tradición de la comedia sofisticada norteamericana de los años treinta al cincuenta, que no existiría si no quedara él.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
El director de ¿Qué pasa doctor? resucita un cine que le gusta en su nueva película.

Terapia en Broadway es el regreso de Peter Bogdanovich

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

cinecarrera

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad