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Demasiado amor a la música para un voz así

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Foto: Archivo El País

Hoy se estrena Florence, con Meryl Streep y Hugh Grant.

Florence Foster Jenkins fue una de las peores cantantes de ópera de todos los tiempos. Ahora tiene su propia película en la que la interpreta Meryl Streep. Es un largo camino para una mujer que hace 70 años no pasaba de ser considerada una broma de mal gusto.

La película con su vida, Florence la "mejor" peor de todas se estrena hoy en Uruguay. Hay otra película con el mismo tema, la francesa Marguerite de Xavier Giannoli, lo que habla de que lo que antes fue motivo de burla, hoy puede ser una película seria.

Foster Jenkins era una millonaria, mecenas del arte de la Nueva York entre las décadas de 1920 y 1940. Ese amor por la música, estaba convencida, la debería convertir en una soprano talentosa, aunque nada más lejos de la realidad. Murió en 1948 después de luchar contra una larga enfermedad durante toda su vida.

Impulsada por un marido que hacía todo lo posible para aislarla de las burlas que provocaba, y por un montón de aduladores pagados o simplemente sin ningún espíritu crítico, esta millonaria heredera de Filadelfia consiguió cierto renombre en el círculo de las bellas artes de su época. Hoy es considerada la "peor cantante de ópera de la historia".

Este tipo de aseveraciones suelen ser exageradas: no es el caso. La única grabación de su voz (una tremebunda versión de la Flauta Mágica de Mozart disponible en YouTube) es testimonio de que su vocación por el canto estaba muy lejos de su talento.

Florence la "mejor" peor de todas está dirigida por Stephen Frears, el inglés que empezó como un cronista de los márgenes de la sociedad británica de la década de 1980 (Mi bella lavandería); firmó comedias clásicas (Alta fidelidad) y en los últimos años se ha volcado hacia las biografías (La reina, The Program sobre Lance Armstrong y ahora anuncia Victoria and Abdul con Judi Dench como la reina Victoria). Es un director importante y con mucho, mucho oficio.

No es la primera vez que Meryl Streep, la más grande actriz de su generación, canta en una película. Fue una cantante de rock en Riki and the Flash, una cantante country en Noches mágicas de radio y cantó en Mamma mía y En el bosque.

Seguro que ninguna tan mala como la pobre Florence que, la verdad, era un encanto de señora. Streep tiene para lucirse porque es un personaje de esos que una actriz como ella siempre sabe aprovechar. Se apoya en Hugh Grant, como ese marido abnegado que intenta que a su esposa no la contamine la opinión (negativa) del mundo exterior sobre su arte.

Una película para un público que no siempre atiende la cartelera uruguaya.

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Foto: Archivo El País

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