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Un cómico en medio del horror del Holocausto

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Jerry Lewis en el papel más infrecuente de su carrera.

La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos ha adquirido recientemente un lote de materiales pertenecientes al cómico Jerry Lewis. La más insólita pieza de ese conjunto debe ser la nunca estrenada película The Day the Clown Cried ("El día que el payaso lloró"), un drama producido, dirigido y protagonizado por Lewis en 1972 sobre el Holocausto, que nunca conoció distribución comercial.

Lewis aceptó que la única copia existente del film, que hasta el momento estaba en su colección privada, ingresara en los archivos de la Biblioteca, con la condición de que no podrá ser vista hasta dentro de 10 años.

Hay toda una historia detrás de esa película. Para entonces Lewis, cuyo período de mayor brillo actoral y directriz corresponde a los tardíos años cincuenta y principios de los sesenta (época en que actuó para Frank Tashlin en películas como Artistas y modelos, Papá soy yo, Érase una vez un Ceniciento, ¡Qué me importa el dinero! o El matasanos, y se dirigió a sí mismo en El botones, De golpe en golpe, El terror de las chicas o El profesor chiflado) había entrado en una suave decadencia que se acentuaría luego, y al parecer sintió la necesidad de hacer algo "diferente". Su ADN judío ya lo había impulsado a satirizar a Hitler y a los nazis en la no muy convincente ¿Dónde está el enemigo? (1970), que seguía siendo una comedia, pero decidió que su regreso al tema debía ser en clave de drama. Muchos piensan que cometió uno de los mayores errores de su carrera.

Para entonces, Lewis estaba impartiendo clases de dirección cinematográfica en la Escuela de Cine de la UCLA (George Lucas y Steven Spielberg fueron dos de sus alumnos), y escribió un manual para principiantes titulado El oficio de cineasta, que no está mal. Pero quería volver al ruedo de la realización cinematográfica, y su opción fue The Day the Clown Cried, historia de un payaso enviado a un campo de concentración por haberse manifestado contra Hitler. Allí, el personaje recibe un encargo siniestro: acompañar vestido de payaso a los niños condenados a morir en las cámara de gas. Aunque había trechos de humor en el asunto, se trataba básicamente de una tragedia, claro.

En principio al menos, Lewis parece haber creído realmente en su tema. Incluso llegó a decir en una entrevista del New York Times que la escena final del film, con los niños a su alrededor, abrazados a sus piernas y a sus brazos, había sido "el momento más importante de su vida". Pero hubo problemas.

Inicialmente, The Day the Clown Cried había sido un proyecto del productor Nathan Wachsberger, encargado a los guionistas Joan OBrien y Charles Denton. Sin embargo, la opción de Wachsberger había expirado, y Lewis compró los derechos y se lanzó a la realización de la película, en cuyo elenco asoman, muy lateralmente Serge Gainsbourg y Jane Birkin. Terminado el rodaje, sin embargo, Wachsberger reapareció esgrimiendo derechos al parecer aún vigentes sobre el asunto, los guionistas OBrien y Denton objetaron los cambios introducidos por Lewis (sosteniendo que alteraban profundamente el sentido del material), lo que dio comienzo a una larga batalla judicial durante la cual el negativo fue secuestrado. Por ello es que el film nunca fue estrenado. La leyenda sostiene que es muy malo, pero es difícil opinar al respecto ya que casi nadie lo ha visto. En su momento molestó su idea de un payaso deambulando por los campos del horror, pero años después al insoportable Benigni le dieron el Oscar por hacer lo mismo en La vida es bella.

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Jerry Lewis en el papel más infrecuente de su carrera.

Recién en diez años se podrá ver el no estrenado film de Jerry Lewis

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