¿Qué sucede si una pianista dedicada se muda al lado de un creador de puzzles que solo puede concentrarse en silencio? Y a eso hay que sumarle que la pared que los separa es tan fina que podría escucharse hasta la aguja del reloj. Es una comedia francesa divertida y fresca que además tiene una trama bastante distinta a la que uno suele estar acostumbrado.  El tráiler está en francés, pero las imágenes hablan por si solas y es fácil entender por dónde viene la mano.

William es un joven estadounidense que llega a Copenhague tras semanas viajando por Europa con un amigo. Effy es una chica del lugar con bastantes problemas en la casa pero con el espíritu adolescente a flor de piel. Ella encuentra en él su primer amor, él encuentra en ella el puntapié esencial para entender de una vez por todas que tiene que madurar. 

Los paisajes de Dinamarca, las historias personales de sus personajes y sus psicologías, los paseos en bici... Una película que además de cautivar lleva a la reflexión, esa que tantas veces está presente en el cine y que tiene que ver con el "de dónde venimos y hacia dónde vamos".

Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2013, esta película narra la vida adolescente de Adèle y su transición a la edad adulta mientras comienza a descubrir el deseo y la libertad sexual al conocer a la universitaria Emma. Claro que la vida de Adèle no estará libre del drama que surge a partir de los prejuicios de su entorno y los suyos propios. 

Una película liviana por excelencia que garantiza unas cuantas carcajadas. Con un elenco bastante conocido para quienes consumen telenovelas brasileñas, Giovanna Antonelli interpreta a Adriana, una escritora que decide subir a un crucero para tratar de reconquistar a su marido, hasta que se da cuenta de que más importante es divertirse y pasarla bien con sus amigas Luiza (Fabíula Nascimento) y Dialinda (Thalita Carauta). 

Como toda comedia romántica, no puede faltar el galán, que en este caso es interpretado por Reynaldo Gianecchini. 

Más o menos como sucedió con Diario de una pasión, esta película española, con una trama bastante común en la que la niña rica se enamora del pandillero, se convirtió en una infaltable para quienes disfrutan de un buen romance. 

También en Netflix está la segunda parte, Tengo ganas de ti. Las dos cintas están basadas en las novelas homónimas del escritor italiano, Federico Moccia. 

Y porque de reír se trata, nada como encontrarse en streaming con una película que fue éxito en los cines de la década de 1990 para ver a Guillermo Francella y Natalia Oreiro como padre e hija en un viaje hilarante por Nueva York. 

Francella es Franco De Ricci, un argentino que viaja a Estados Unidos a buscar a su hija, Verónica (Oreiro), que tras un período como estudiante de intercambio decide no regresar a casa.