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Otra comediante explora su arte desde la realidad

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En el primer capítulo la comediante visita "Little white chapel". Foto: cortesía de Netflix

Se estrenó Chelsea Does el nuevo show de Chelsea Handler.

Es muy difícil de encasillar a Chelsea Does —el nuevo show de la comediante Chelsea Handler en Netflix— en un género. ¿Es ficción?, ¿es una docu-serie?, ¿es un reality show? Es una mezcla de todo eso. Lo único que queda más que claro es que el centro está en ella, por lo qué si alguien no soporta a Chelsea Handler debería abstenerse de mirarla.

En el primer capítulo Chelsea explora el tema del matrimonio, o más específicamente por qué no se casó y si debería hacerlo. Al principio parece una ficción, porque los diálogos con su grupo de amigos se ven demasiado acartonados para ser reales, pero de a poco va quedando claro que todos los personajes que aparecen son reales, por ejemplo cuando se muestran fotos de ella de joven.

A lo largo de poco más de una hora, la comediante habla con su familia, amigos y ex novios y "entrevista" a gente de la industria de los casamientos, como un organizador de bodas, la dueña de una capilla en Las Vegas y el fundador del sitio para infidelidades Ashley Madison, el que hace poco fue hackeado y toda su base de datos fue filtrada.

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A nivel visual, está filmado como una ficción o un documental, con planos muy bien logrados.

El atractivo y el problema de la serie, depende de quien mire, es que todo pasa por Chelsea. Eso se nota sobre todo en las "entrevistas"en las que ella no está de acuerdo con el tema, como con el sitio de infidelidades, en la que prácticamente no deja a hablar al fundador y no oculta el desagrado en su rostro.

Por otro lado, cuando conversa con su ex-novio y repasan qué salió mal, es interesante verla más vulnerable y no tan cerrada. Es Chelsea como nunca la habían mostrado.

Con sus altos y bajos, la comediante siempre se mantiene graciosa. Los otros tres capítulos hablan sobre Silicon Valley, el racismo y las drogas.

Una moda.

Chelsea Does es la última en la lista de cómicos estadounidenses con proyectos que exponen su vida personal en formatos audiovisuales, aunque es la que más se ha inclinado a lo documental.

Por ejemplo Aziz Ansari, en Master of None, serie que también se estrenó en Netflix, toca distintos temas desde una perspectiva de docu-ficción. Quienes hacen de sus padres lo son en la vida real y el actúa de actor, habla del racismo que sufrió, de qué significa ser hijo de inmigrantes, todos asuntos que parten de la experiencia personal. Sin embargo, a diferencia de Chelsea Does, es guionado.

Otros ejemplos son Louie de Louis C.K (FX) y Curb your enthusiasm (HBO) de Larry David, en orden decreciente de realismo. Louie, como el nombre lo indica gira alrededor de la vida ficcionada del comediante, intercalado con monólogos de él mismo en el Comedy Cellar de Nueva York y participaciones de otros comediantes allí. Curb your enthusiasm, por otro lado, está inspirada en la vida de Larry David y el personaje se llama como él, que fue el creador de Seinfeld.

Tal vez sea la necesidad de los fanáticos por conocer más de los famosos del stand up, una especie de reality show apto para el público más snob o la forma que encontraron de adaptar el stand up a imágenes —descartando el formato obvio de ellos mismos hablando con un micrófono— pero la fusión entre la realidad de la vida de los comediantes parece ser una tendencia en crecimiento.

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En el primer capítulo la comediante visita "Little white chapel". Foto: cortesía de Netflix

FICCIÓN, REALIDAD Y COMEDIA

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