CINE

“Fui a muchos conciertos en mi vida y entiendo por qué la gente los ama. Es un show muy complejo: la pirotecnia, los vuelos y el escenario. Es un fenómeno”, dice una joven estadounidense que intenta definir la euforia que se produce durante cada uno de los shows del grupo BTS. “Todos los fans participaban. Había pasos de baile que todos conocían, la música era genial y todos cantaban en coreano”.

Mientras habla —con una verborragia intensa y repleta de exclamaciones—, la joven condensa en unas pocas frases la energía que definió al show inaugural de la gira mundial Love Yourself: Speak Yourself, celebrado en mayo de 2019 en el Rose Bowl Stadium de Pasadena (ver recuadro). Sus palabras se completan con imágenes de aquel recital en el que 113 mil personas corearon las canciones del grupo a un volumen ensordecedor.

La experiencia es similar durante el resto de esa gira que, en poco más de cinco meses, llevó a los coreanos a Arabia Saudita, Brasil, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Corea del Sur. En cada estadio la red mundial de fanáticos denominada ARMY se enloqueció por los siete miembros de BTS. Y todo quedó registrado en Break the Silence: The Movie, la película que hasta mañana se podrá ver en los complejos de Movie.

Pero más allá de analizar los números del grupo que no deja romper récords de escuchas y visualizaciones en plataformas digitales, la película —ideada como una conjunción entre road movie y documental— se centra en las vidas de los siete miembros del grupo.

Durante poco más de una hora y media, Break the Silence: The Movie presenta entrevistas a Jin, Suga, J-Hope, RM, Jimin, V y Jungkook con la premisa de mostrar “historias jamás contadas” del grupo. Así, el director surcoreano Park Jun-soo muestra cómo los jóvenes se enfrentan a una exposición cada vez mayor, mientras intentan encontrar un equilibrio entre el personaje que define su seudónimo y la persona que se esconde detrás del artista.

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“El campo de fútbol se ve como un lugar libre”, dice Jimin, cuyo verdadero nombre es Park Ji-min, en un momento de la película. Está en Brasil y, desde un auto con vidrios polarizados, ve a unos niños jugar al fútbol. “Me hace recordar a mi infancia. Ver el césped es reconfortante y liberador”, comenta antes de sumergirse en una reflexión sobre lo que implicó esta fama repentina.

“Al principio sentía que había perdido a mis amigos, a la gente que me conoce tal cual soy, así como mi libertad”, dice, como si estuviera haciendo un guiño a la letra de “Home”, la canción que interpreta en el EP Map of the Soul: Persona.

“Cuando debutamos no necesitaba todas esas cosas. Lo que hacía en ese momento era tan importante que no me importaba si otras personas me miraban raro o se alejaban de mí. Pero cuando estuve a medio camino, empecé a sentirme solo y esa sensación de soledad me hizo ver a la gente a mi alrededor. Tal vez sentía que perdí la libertad, pero ahora soy aún más libre”, agrega el cantante.

Reflexiones como las de Jimin se repiten con el resto de los miembros de BTS. Además de dejar en claro que la relación entre los siete cantantes funciona como un refugio emocional, las entrevistas muestran cómo la conexión con actividades cotidianas —ya sea viajar a un parque de diversiones o a un bosque— generan espacios de reflexión y de cuestionamiento interno para tratar de entenderse. Es un concepto que está ampliamente ligado a Map of the Soul: Persona.

Basta con escuchar “Intro: Persona”, la canción que abre el EP, para entenderlo. “¿Quién soy? La pregunta que me he hecho toda la vida, / La pregunta a la que probablemente no encontraré respuesta en toda mi vida”, rapea RM. Break the Silence: The Movie deja en claro que, si bien la búsqueda personal no parece tener fin, atravesarla en conjunto es lo que hace de este viaje algo disfrutable. Pero esto no se limita al núcleo de la banda, sino que abarca a los millones de fanáticos de todas las edades que se sienten identificados con sus letras.

La idea queda clara en las imágenes que retratan la gira mundial: el público que agotó cada uno de los recitales participa de una especie de ritual colectivo de autoaceptación mientras corea las letras.

Uno de los momentos más emotivos es la interpretación de “Epiphany”, a cargo de Jin. Sentado frente a un piano de diseño futurista, el cantante y el público corean al unísono el estribillo: “Yo soy a quien debería amar en este mundo / Brillando, mi preciosa alma / Finalmente me doy cuenta / Así que me amo / No es tan perfecto pero sí es hermoso”.

Sobre el final de la cinta, V resume la búsqueda del grupo: “Dicen que la música que escuchás de adolescente y a los 20 causa el mayor impacto durante el transcurso de tu vida. Por eso quiero hacer música que tenga un efecto positivo”.

Las imágenes de Break the Silence: The Movie demuestran que, de a poco, los artistas y su público lo están logrando.