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Así es "Creed II", el drama con el que Rocky Balboa se despide del cine

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Creed II. Foto: Difusión

Se estrena el jueves

Michael B. Jordan vuelve a lucirse en la octava película de la serie del boxeador

Creed II. Foto: Difusión
Creed II. Foto: Difusión

Cuando Sylvester Stallone anunció, hace un par de meses, el final de su aventura como Rocky Balboa en el cine, tras más de 40 años, admitió que nunca se imaginó que su personaje iba a darle tanto e iba a ganar tanto cariño. Y a decir verdad, del otro lado, pocos le habrán apostado una vida tan larga a una seguidilla de películas sobre un boxeador conflictuado.

Sin embargo, Rocky gozó de una salud envidiable. Arrancó en 1976 con el Oscar a mejor película y otros tantos galardones, y a partir de ahí hizo un camino largo, con un rendimiento parejo. Rocky Balboa, estrenada en 2006 y con el ya veterano pugilista volviendo al ring para asumir un reto mediático, parecía una despedida por encima de las expectativas, con más de 150 millones de dólares de recaudación y aceptación media de la crítica.

Sin embargo, casi 10 años después de aquel adiós, apareció Creed y el mundo lo celebró. El spin-off sobre un hijo de Apollo Creed con vocación de boxeador, y la sangre demasiado caliente, le dio una inesperada continuidad a la serie y fue un éxito.Sylvester Stallone fue nominado al Oscar como actor de reparto por su mejor actuación en mucho tiempo, y ganó en esa misma categoría, el Globo de Oro y el premio de la Crítica.

Pero al margen de su interpretación de un retirado, viudo y enfermo Rocky volviendo al rol de entrenador, Creed acertó en la presentación de Michael B. Jordan como el nuevo portador de la antorcha. Jordan hizo una construcción firme de Adonis Creed, un muchacho complicado que nació para pelear, pero que no sabe cómo lidiar con el legado de un padre al que no llegó a conocer.

En "Creed II", el boxeador, ahora campeón de los pesos pesados y de fama mundial, está un poco más habituado a ser el hijo de Apollo Creed, pero dispuesto a construir su propio legado. De cara a ese objetivo, el obstáculo a superar es nada menos que enfrentar a Viktor Drago, el hijo de Iván, el ruso que mató a su padre en plena pelea.

Imagen promocional de "Creed II: defendiendo al campéon"
VIDEO | Tráiler de "Creed II", que se estrena el jueves

Con esa trama el film, que se estrena el jueves en las salas uruguayas, es más un dramón que una película de acción. Hay tres peleas en total y una larga secuencia de entrenamiento, pero después, el relato le da mucho lugar a los asuntos cotidianos, y a dejar en evidencia cómo un reto que abre viejas heridas, afecta a todo el entorno. No está mal, pero que el tono simple y el plano y contraplano sean una constante en las dos horas de duración, le dan a Creed II un aire un tanto convencional.

Tampoco es que se precise demasiado para transmitir el mensaje directo que siempre han tenido las películas de Rocky: demostrar que lo que no te mata te fortalece, que hay que aguantar el dolor para seguir adelante y que, aunque cueste, hay que preguntarse cuál es la pelea que tiene cada uno para dar, y estar a la altura de la respuesta.

Eso se logra, repitiendo algunas ideas que ya estaban en Rocky IV. Habrá una carga de culpa que hará actuar de cierta manera a Rocky, un entrenamiento duro en unas condiciones muy precarias (aunque se cambia a la nieve por el desierto), y una batalla final que será, como aquella de Rocky contra Drago, una demostración de puro coraje.

"Creed II" es mucho más una película de "Rocky", que lo que fue la anterior, "Creed".

Eso tiene sentido si se la entiende como una despedida a Rocky Balboa. Los guiños al momento más heroico de su historia son una forma de reforzar su grandeza y la expectativa que hay sobre Creed, el personaje, y su capacidad para continuar la saga. Jordan tiene con qué sostener esa responsabilidad: su actuación a base de miradas de angustia, dientes apretados y una actitud corporal tensa, es lo mejor de una película un poco más floja que su antecesora, pero que tiene lo justo para mantener el legado de aquel famoso boxeador, que está listo para ceder el protagonismo.

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