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El recuerdo a uno de los más grandes del comic

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Will Eisner hizo grandes aportes a la historieta con The Spirit

A 100 años del nacimiento de Will Eisner, revolucionario de la historieta.

Tal vez no su nombre no sea tan conocido como el de Bob Kane o el de Walt Disney, nombres que hemos visto en muchas películas. Pero para los fanáticos de la historieta como expresión artística, el nombre de Will Eisner está a la altura de los recién mencionados.

El pasado 6 de marzo se cumplieron 100 años de su nacimiento (Eisner falleció el 3 de enero de 2005) y en su ciudad, Nueva York, la Sociedad de Ilustradores lo recordó con una muestra de varias de sus más importantes obras, entre las cuales se destaca, claro, The Spirit, su personaje más conocido e importante.

A Eisner le tocó ser un genio de la ilustración y el relato en formato de comic más o menos en la misma época —la década de 1940— que la dupla Siegel y Shuster (Superman) y Kane (Disney ya estaba avanzado en su tarea de constructor de imperio), pero que no haya trascendido tanto como éstos habla en parte de su poco olfato para los negocios.

Pero en parte, también habla de que probablemente estuviese algo adelantado a su tiempo. The Spirit, el detective enmascarado que es su legado más importante, era un personaje bastante más matizado que los algo cuadrados Superman y Batman de la época.

En ese sentido, The Spirit coincidía en espíritu y en apariencia con los antihérores del cine negro de la misma época, donde los protagonistas eran algo más ambiguos en sus posturas morales. Más allá de eso, en la historieta había un sentido del humor, de la sexualidad y la violencia que eran ligeramente más zafados que la norma de la época.

Además, Eisner se tomaba bastante más libertades que los demás cuando ilustraba las aventuras de The Spirit.

Anelle Miller, directora ejecutiva de la Sociedad de Ilustradores de Nueva York, le dijo a la agencia española de noticias EFE que durante muchos años las escenas de las historietas se enmarcaron en "cajas", un formato esquemático que Eisner decidió abandonar para crear historietas más dinámicas. Esa manera de encarar el componente visual del comic sigue hasta hoy, y es un enfoque empleado tanto por las historietas que salen como chorizos de las fábricas de Marvel, DC, Dark Horse y otras editoriales, como también aquellas que son resultado de la inspiración artística y la mirada personal, como el caso de Bill Watterson, creador de Calvin y Hobbes..

"Eisner se salió de esas cajas y creó las páginas splash, donde un solo dibujo podía ocupar toda la página". Eisner también innovó con la tipografía, cambiando las fuentes de una historia a otra y dándole así a la historieta un dinamismo y una libertad que otros no tenían. "Era un artista increíble, pero también era un diseñador en muchos sentidos. Se tomaba muchas libertades y todas las páginas eran distintas entre sí", dijo Miller.

Pero Eisner tenía otro as bajo la manga para el formato: la novela gráfica (aunque hay expertos que señalan que el concepto ya venía de antes). Hoy, muchos asocian el término "novela gráfica" a los trabajos de Frank Miller (Batman: El caballero oscuro regresa) y Alan Moore (Watchmen, V de Venganza).

Pero unos años antes que tanto Miller como Moore revolucionaran la historieta con sus trabajos, Eisner había publicado, en 1978, la novela gráfica Un contrato con Dios y otras historias de Nueva York.

Ahí, Eisner dejaba sentada las bases para la "novela gráfica": un comic que en vez de dirigirse a niños y adolescentes, le hablaba a adultos sobre temas adultos, como la pobreza, el sacrificio, la espiritualidad y la explotación porque Eisner es, también, un creador con una actitud política.

En Un contrato con Dios, Eisner cuenta historias sobre algunos de los más pobres inquilinos e inmigrantes de Nueva York, de sus penurias y alegrías. El reconocimiento que obtuvo el título motivó dos continuaciones y hoy se puede comprar en Amazon la trilogía Contrato con Dios. La vida en la Avenida Dropsie.

Hasta los 87 años, cuando murió, Eisner se mantuvo activo y su influencia es tal en el mundo de la historieta que uno de los más importantes premios de la industria lleva su apellido.

The Spirit en el cine: oportunidad perdida

En lo previo, parecía la combinación perfecta. Frank Miller, uno de los que mejor supo usar las posibilidades que otorgaba la novela gráfica cuando creó Batman: El caballero oscuro regresa, iba a dirigir una película sobre el personaje más famoso de Eisner, quien había popularizado el término novela gráfica con su relato Un contrato con Dios unos años antes que Miller saliera con su historia.

Además, Miller había sido el co-director de Sin City —una adaptación de sus propias historias, inspiradas en parte en The Spirit— junto a Robert Rodriguez. El resultado, estrenado en 2008, fue un desastre que no supo aprovechar la riqueza del personaje original.

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