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La política en la cancha de Tinelli

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Macri tiró unos pasos acompañando a la imitación de Martín Bossi. Foto: Ideas del Sur.
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Alguien llamó a este circo "política pop" y el término es apropiado. El primer programa de Bailando por un sueño no estuvo dominado por las peleas de las celebridades de cabotaje que han sido, al menos hasta ahora, el centro del programa de Marcelo Tinelli.

Es año electoral en Argentina, así que el show de variedades dejan paso al show de la política. Aunque no parezca haber diferencia. Así, el debut de la temporada 25 de ShowMatch estuvo marcado por un asunto casi excluyente: el año electoral en Argentina que terminará el 10 de diciembre con un nuevo presidente y en el que Tinelli pretende ser un protagonista con poder de decisión.

Conscientes de que estarían ante una audiencia de por lo menos tres millones de votos, los tres candidatos se prestaron a ser estrellas de varieté. Sergio Massa y Mauricio Macri amagaron unos pasos de baile y Daniel Scioli jugó una competencia de anudarse la corbata con una mano. Los tres soportaron estoicamente (aunque se notaban los nervios) las pullas del imitador que les tocó en suerte (Martín Bossi hizo de Macri; Freddy Villarreal, de Scioli; Roberto Peña, de Massa) y algunas preguntas "incómodas" sobre su vida personal que no sobre su propuesta política. Bancarse eso es una ganga en un programa donde los 10 minutos que estuvieron al aire les hubiera costado un millón de dólares de su bolsillo. "De acá va a salir un presidente", dijo Tinelli. Sabe cómo hacerlo.

Desde los tiempos en que era un simple mostrador y el mayor gasto de utilería era el traje del Dinosaurio Bernardo y el efecto más llamativo era el enano Gula Gula, su programa ha marcado terreno en la política. Llevó al entonces presidente Carlos Menem la noche anterior a su intento de ser reelegido (lo consiguió) y le enseñó a los argentinos en manos de quién estaban cuando Fernando de la Rúa mostró un despiste que hay quien considera terminó con su presidencia. Su Gran Cuñado, un falso reality show le dio la victoria a Francisco de Narváez gracias a un latiguillo lanzado por su imitador que —por si es cábala— es el que esta vez le tocó a Massa.

Ahora Tinelli también tiene aspiraciones políticas. Por ahora están limitadas a ser presidente de la Asociación de Fútbol Argentino, la AFA, un objetivo para el que puede llegar a precisar al que gane de estos tres candidatos. Su ambición podría ir más allá de ser un ejecutivo de la AFA y para eso también va a precisar aliados poderosos que no tiene en el actual gobierno.

El vínculo de Tinelli con el kirchnerismo supo ser cercano. Pero la batalla del gobierno con Canal 13 y el freno que pusieron a sus aspiraciones de tener los derechos del fútbol argentino tiene que haber mellado alguna vieja simpatía del conductor hacia los Kirchner.

Quizás por eso, aunque Tinelli había dado a entender que le gustaría que la presidenta Cristina Fernández estuviera en el primer programa, no pudo ser. Sin embargo, el prólogo con una versión doblada (al estilo DAngelo) de Las mil y una noches, fue interrumpido dos veces por una "cadena nacional" en la que Fernández (también doblada) se refería al comienzo ShowMatch como un hecho histórico. Florencio Randazzo, presidenciable por el oficialista Frente para la Victoria, se excusó de ir y criticó a los otros candidatos.

De hecho, hubo un golpe directo al gobierno. En la parodia a Forrest Gump, un niño que quiere robar la mochila a la versión infantil de Tinelli y que paga en el quiosco con billetes falsos se llamaba Amado, en referencia al vicepresidente Boudou. Las acusaciones de corrupción que pesan sobre él serán un tema del Bailando donde compite su exnovia, Agustina Kämpfer.

Pero el tono con los invitados fue de charla de amigos. Había previstas bromas con la mano ortopédica de Scioli pero sus asesores rechazaron esa línea de humor. El gobernador de Buenos Aires, además, exigió ir con su esposa Karina Rabolini (a quien Tinelli presentó como candidata a gobernadora de Buenos Aires en 2019; ella rechazó la idea) por lo que los tres fueron en pareja. Aunque las mujeres pasaron con cara de no tener ganas de estar ahí, todos salieron ilesos.

Es que en el nuevo escenario de la política, no se discute de política. La posibilidad de estar frente a los tres candidatos fue aprovechada para que el conductor hiciera pública su amistad con todos (con Macri bromeó sobre asados prometidos, con Scioli sobre cómo juega al fútbol, algo parecido con Massa) y los hiciera hablar de temas tan domésticos como los piojos de sus hijos o la fogosidad en la cama de algún candidato (ahora sabemos que Massa es "toquetón", según su esposa). Y hablaron mucho de fútbol que es, por lo visto, de lo que más saben. Fue el programa con más rating en Uruguay, aunque la temática fue tirando a localista.

Al salir del plató, a la una de la mañana, Massa le pidió a Tinelli que organizara allí un debate presidencial. "Me dejás pensando", dijo Tinelli, siempre atento a ideas redituables.

No es un mal lugar porque la política según Tinelli es un show de camaradería entre poderosos hablando trivialidades. Quizás porque lo más importante allí no son los candidatos sino Tinelli, quien ha visto subir y caer políticos —e incluso ayudó a que eso pase—, mientras parece estar esperando su oportunidad. Sabe que en Argentina mientras la política se juegue en su cancha, eso es más que posible.

Comienzo con despliegue que mostró su poderío televisivo.

Fue un gran despliegue. El primer programde ShowMatch empezó con una parodia al estilo "El hombre del doblaje" de Las mil y una noches. Siguió con un baile cargado de gente, coreografías llamativas, Lali Espósito y una final a todo Flavio Mendoza con su Stravaganza. Aunque hubo partes grabadas, la logística fue importante. Un flashmob liderado por Peter Alfonso y Paula Chaves, por ejemplo, concentró centenares de bailarines entusiasmados. Cuando terminó, Marcelo Tinelli apareció sin muchas novedades: sonó "Twist and Shout", hizo morisquetas en primerísimo primer plano, gritó "Buenas noches América" y al lado suyo estaban Carna y Larry De Clay, misterios de supervivencia televisiva.

Después, el cortometraje que inaugura el ciclo. Esta vez fue una adaptación de Forrest Gump que mezclaba a Tinelli (en el papel principal) con Perón, John Lennon y Barack Obama en un efecto especial ya visto pero simpático. Fue filmada en escenarios naturales y con estrellas invitadas como Juanita Viale, Nicolás Repetto, Graciela Borges y Maravilla Martínez. Fue más un despliegue megalómano que presenta Forrest/Marcelo Hugo como el hombre detrás de la invención de Facebook, Twitter y Caiga quien caiga, entre otros padecimientos modernos, que un chiste eficaz. La película termina con la hija de Tinelli diciendo que admira a su papá. Después de los políticos, el show lo cerró Martín Bossi con una imitación flojísima de Romeo Santos. A Tinelli le encantó: se mató de risa. Es su estilo.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Macri tiró unos pasos acompañando a la imitación de Martín Bossi. Foto: Ideas del Sur.

El primer programa de ShowMatch se convirtió en una tribuna electoralFERNÁN CISNERO

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