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La influencia del director Wes Anderson en una exposición de arte en Viena

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Wes Anderson, el director encargado de abrir el Festival de Cine de Berlín

Arte

El realizador es el curador de la exposición "Spitzmaus Mummy in a Coffin and Other Treasures" que se encontrará disponible en el Museo de Historia del Arte de Viena hasta el año próximo

La simetría, el color y la estética retro del director estadounidense Wes Anderson ha desbordado el mundo del cine para influir en la moda y el diseño. Ese universo se trasladó hoy a Viena en el debut del cineasta como comisario, con una exposición que reúne momias y hombres lobo, entre otras rarezas.

La exposición del director de Los excéntricos Tenenbaum o El Gran Hotel Budapet junto a su esposa, la diseñadora y escritora Juman Malouf, se puede visitar en el Museo de Historia del Arte de Viena (KHM) hasta el 29 de abril de 2019.

Desde hace años el KHM invita a artistas contemporáneos para que elijan sus piezas preferidas de los más de cuatro millones de objetos que tiene el museo y otras siete galerías estatales asociadas.

Imagen promocional de Isla de Perros
Tráiler de "Isla de perros", la última película del director Wes Anderson

El resultado esta vez es una muestra titulada "Spitzmaus Mummy in a Coffin and Other Treasures" (Una momia de musaraña en un ataúd y otros tesoros) formada por más de 400 piezas, desde cuadros al óleo, miniaturas, escultura, medallones, vestidos, sombreros austrohúngaros o animales exóticos disecados.

La pieza más antigua proviene del antiguo Egipcio y tiene unos 5.000 años, mientras que la más reciente es la figura de un mono tallado hace tres décadas en madera, procedente de Indonesia.

La idea de que Wes Anderson y Juman Malouf realizaran la exposición surgió de una visita al KHM en 2015, cuando se encontraron con Jasper Sharp, responsable de arte contemporáneo del museo.

"Me di cuenta entonces de lo bien que conocían el museo. Habían venido muchas veces en los pasados diez años y eran las personas idóneas para este proyecto", explicó Sharp en una rueda de prensa.

Para preparar esta exposición, Anderson y Malouf trabajaron durante dos años, viajaron numerosas veces a Viena y vieron casi la totalidad de los fondos del museo. Uno de los objetivos de los comisarios era ofrecer "una nueva mirada" a objetos que dormían en los fondos del museo y que en ocasiones nunca se habían expuesto.

Con la mezcla de distintas piezas, materiales y épocas buscaban darle un nuevo significado a estas obras, elegidas con el único criterio subjetivo del gusto de Anderson y Malouf.

"Albergamos la humilde aspiración de que la agrupación no convencional y la disposición de las obras expuestas puedan influir en el estudio del arte y las antigüedades de una forma menor, incluso trivial, pero detectable, en las futuras generaciones", escriben con humor los comisarios en el catálogo de la muestra.

Entre las piezas expuestas destacan un enorme óleo dedicado a finales del siglo XVI a Petrus Gonsalvus, que padeció hipertricosis, o síndrome de hombre lobo, y que fue una celebridad en Francia por su abundante vello facial.

Junto al hombre que se asegura que inspiró el cuento de "La bella y la bestia" se exponen también dos cuadros de sus hijos, que padecieron la misma enfermedad congénita de su padre.

Otra de las piezas presentes más conocidas es un retrato anónimo del siglo XVI dedicado a Vlad Tepes, el sanguinario príncipe de Valaquia que inspiró la figura de Drácula en la novela de Bram Stoker.

Además de piezas marcadas por su rareza, en la exposición se pueden rastrear algunas de las obsesiones de Wes Anderson, como los animales exóticos o los niños, presentes en sus películas.

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