Videoarte
La argentina Graciela Taquini trajo su videoarte al CCE
En la exposición de Graciela Taquini en el Centro Cultural de España, lo de artes visuales pasa a segundo plano. Lo que hace esta artista argentina implica más sentir, pensar, responder. Destino 2, donde el videoarte está llevado a su máxima expresión, interpela.
La muestra de Taquini, una referencia en el videoarte, partió de dos premisas base: que fuera, justamente, multisensorial y que el espectador fuera el protagonista. Siempre podemos hablar de que arte sin público no se concibe, pero en este caso, la presencia del otro, del extraño, es fundamental.
“Aspiro a que el espectador no se olvide de esta muestra, que sea una experiencia vivencial y que le toque las sensaciones, la emoción, y también lo intelectual; que pueda llegar a agarrar una de estas preguntas y pueda sentir que lo conmueve”, explica la artista a El País.
En cuanto a las preguntas que menciona, Taquini se refiere a todo: cada obra expuesta en Destino 2 plantea una interrogante a quien se pare enfrente (o dentro): hay un oráculo, hay una pared gigante con preguntas populares como la famosa “¿qué pretende usted de mí?” de Isabel Sarli, hay un espejo deformante que repite “¿quién soy?” y hay una simulación de las galletas de la fortuna. “Me llama la atención la tendencia de la gente a pensar que existen la suerte, la fortuna. Así como el deseo de saber qué pasará”, dice.
En la exposición no hay solo obra de Taquini. La argentina seleccionó a dos compatriotas, Natalia Rizzo y Ester Nazzarian y a la uruguaya Teresa Puppo, artistas que para ella hacían un buen diálogo con su obra. Taquini cree que en el videoarte más que en otras ramificaciones, la creación es comunión. Después de todo, su obra depende de un equipo detrás para que suceda y está convencida de que el arte debería ser un lugar de encuentro. Lo cree y lo comulga.