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"Being Van Gogh": una experiencia inmersiva entre estrellas y girasoles

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"Being Van Gogh". Foto: Difusión

ARTE

En el tercer piso del Montevideo Shopping se encuentra el Centro de Arte Inmersivo que tiene funciones todos los días de la muestra "Being Van Gogh"

Suena la campana y los espectadores se acercan a la puerta de ingreso. Apenas se cruzan las cortinas que dan acceso a la muestra, el lugar se convierte en una gran sala sin luz y paredes blancas. Ni se escucha, ni se distingue. Solo hay oscuridad.

De a poco las paredes comienzan a proyectar imágenes, hojas escritas que caen del techo, mientras una música da inicio a Being Van Gogh, la muestra de arte ubicada en el tercer piso del Montevideo Shopping que estará abierta todos los días hasta el 23 de diciembre. Las entradas se consiguen en la boletería del lugar a 450 pesos de lunes a jueves, y 550 pesos de viernes a domingos y feriados.

"Being Van Gogh". Foto: Difusión
"Being Van Gogh". Foto: Difusión

La figura de Vincent Van Gogh, alumbrado por una vela comienza a leer esas hojas, cartas escritas a su hermano Theo. El epistolario será el hilo conductor de la exhibición, y mientras el artista habla de su vida cotidiana y explica sus cuadros, estos comienzan a proyectarse y a moverse, generando un efecto visual, somo si el espectador pudiese ver a través de su mirada.

Claro que no se trata de una experiencia completamente inmersiva, ya que ni el techo ni el piso tienen proyecciones, como hay en otras partes del mundo. De acuerdo a los organizadores, esas ausencias son por falta del espacio necesario para proyectar en esos lugares. Igual, el efecto se consigue gracias a las paredes de más de tres metros de altura que se convierten en lienzos. No hay lugar donde se vea mal, y se puede seguir la muestra caminando, o sentados en bancos distribuidos en el espacio.

Si bien se mencionan momentos previos y posteriores, como la influencia del arte japonés en su estilo de pintura, su etapa en París, o la obra “Los comedores de patatas”, la exhibición se centra su temporada en Arles en 1888 y 1889, una de sus épocas más prolíficas. Allí pintó “Los girasoles”, “Terraza de café por la noche”, “La habitación”, “La noche estrellada”, muchos retratos y autoretratos; todas están incluidas en la muestra llegando a ocupar las enormes paredes, gracias a un efecto generado por más de 40 proyectores que fueron instalados en el lugar.

Sin acrílicos protectores o cuerdas que separen la obra de los espectadores, se puede apreciar cualquier detalle en las pinceladas de los más de 300 cuadros, bocetos y fotografías documentales que se utilizan en esta exhibición que tiene una hora de duración.

La pandemia y las posibilidades de la tecnología hizo que el arte inmersivo ganara adeptos en el mundo.

Así Being Van Gogh estuvo en Dubai, Riga y Moscú, y para su armado vinieron técnicos para supervisar los detalles. El doblaje y traducción se hicieron en Uruguay.

Un paseo distinto.

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