-Mi personaje en El Hipnotizador (HBO, mañana, 21 horas) es un fantasma. Es el marido de Domingas, que después de muerto se le aparece para atormentarla. Fueron 5 o 6 escenas en una semana de rodaje. No hubo tiempo para preparar ni ensayar, uno trabaja con la información que da el director y con la intuición propia del actor.

-El personaje no habla, entonces había que trasmitir siempre desde lo gestual. Y una dificultad era que, como había muerto bajo la lluvia, siempre aparecía completamente mojado. Entonces había que pasar horas con un traje de neopreno bajo el vestuario y el frío hacía su trabajo.

-¿Conocías a Marilú Marini (Domingas)? ¿Y a Leo Sbaraglia?

-A ninguno. Marilú, además de ser una gran actriz, es un encanto de persona, nos entendimos muy bien. Y si bien no tuve escenas con Sbaraglia, lo vi trabajar. Es maravilloso cómo analiza y desmenuza la escena junto al director, y cómo toma decisiones en el set. Se aprende mucho mirando a actores con tanto oficio. Al poco tiempo nos cruzamos en el rodaje de una peli argentina y allí sí compartimos escena.

-¿Quedaron hechos contactos para futuros trabajos en HBO?

-Quedó la firme posibilidad de una segunda temporada de El Hipnotizador. Ojalá se concrete. Sería importante no solo para los actores uruguayos que participaron, sino para todo los profesionales que laburaron en producción y realización.

-¿En qué estás actualmente?

-Trabajé con Mariana Percovich en Mucho de Ofelia, de reciente estreno en el Sodre, y preparo un par de giras por el exterior con los espectáculos Algo de Ricardo y Ex que revienten los actores. También ensayo proyectos para el año próximo.

-¿Cuál es tu formación?

-Egresé de la EMAD en 2002. Desde esa época busco la forma de vivir de la actuación y agradezco cada vez que se presenta un proyecto, en teatro, cine, TV o lo que sea. Es muy reconfortante cuando te convocan. Me gusta pensar que esto recién empieza.

-¿La gente te comenta el aviso de TV de ANCAP?

-Lo hice hace ya un par de años y lo recuerdan hasta hoy. Para mí fue un trabajo más que no me trajo otras ofertas laborales, de hecho no hice ninguna publicidad más. Después de eso hice unas cuantas obras de teatro que, aunque no tuvieron la misma llegada que esa publicidad, me dieron infinitas satisfacciones como actor que no te dan 30 segundos en TV.

El lunes se estrena Asombrosamente (Nat Geo, 22 horas), serie de 10 episodios de media hora conducida por Germán Paoloski que explica el funcionamiento del cerebro en la vida cotidiana. Con toques de humor, explora la dinámica y procesos neuronales que intervienen en la seducción, la magia, la atracción o la risa. El primer episodio, Las reglas de la atracción, revela por qué los parámetros de belleza y atracción no siempre son subjetivos. Especialistas en neurociencia analizan mediante juegos cómo opera la voz en la atracción, y cuáles y por qué son los tonos de voz más magnéticos para hombres y mujeres. Mediante un eyetracker (seguidor de mirada) devela qué es lo primero que se mira del sexo opuesto. El segundo episodio, El juego del dinero, analiza el comportamiento del cerebro en relación al dinero y a las campañas de marketing: por qué los carteles de ofertas hacen que gastemos mucho más de lo esperado y que compremos hasta lo que no deseamos, cómo se diseñan los supermercados, el uso de fichas en los casinos, y más.

MundoFox presenta un domingo especial con mega conciertos de Diego Torres (21:30) y dos películas argentinas. Juan y Eva (23 horas): la construcción de la relación entre Eva, una actriz de radio de 23 años en ascenso, y Perón, un ambicioso coronel viudo de 48 años que ocupaba cargos públicos en la dictadura de Edelmiro J. Farrel. Desde que se encuentran en un acto para recaudar fondos para las víctimas del terremoto de la ciudad de San Juan, en enero de 1944, hasta octubre de 1945. Con Julieta Díaz, Osmar Núñez, Fernán Mirás y Alfredo Casero. Todos tenemos un plan: Agustín (Viggo Mortensen) es un hombre desesperado por abandonar Buenos Aires quien, después de la muerte de su hermano gemelo Pedro, decide rehacer su vida asumiendo la identidad de éste y retornando a la misteriosa región del Delta del Paraná, donde transcurrió la infancia de ambos. Sin embargo, poco tiempo después, Agustín se verá involuntariamente implicado en el mundo criminal del que su hermano había formado parte.

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